2.11.14

El 30%, la clase alta, utiliza la sanidad privada, y el 70% restante, los trabajadores, utiliza la sanidad pública, la que Rajoy desmantela

"Hoy estamos viendo el desmantelamiento del Estado del Bienestar en España a base de recortes del gasto público social, que son de los más marcados en la Unión Europea de los Quince, el grupo de países de la Unión Europea (UE) más semejante a España en cuanto a nivel de desarrollo económico. (...)

Algo parecido ocurre con las transferencias públicas del Estado del Bienestar, como pensiones y ayudas a las familias y a las personas pobres y más vulnerables de la sociedad, en el preciso momento en el que las necesidades de estos grupos son mayores como consecuencia de las crisis económica y financiera, denominadas en la literatura económica como la Gran Recesión, que para millones de españoles es, en realidad, la Gran Depresión. 

Este empobrecimiento del sector público explica su creciente privatización, con el consiguiente aumento del gasto privado en pensiones y en los servicios citados anteriormente, entre los cuales, los servicios sanitarios están entre los más afectados. España es hoy uno de los países de la UE-15 que tiene uno de los gastos públicos sanitarios más bajos y uno de los gastos privados sanitarios más altos. 

Una consecuencia de ello es que España tiene una sanidad muy polarizada por clase social: el 30% de renta superior del país (burguesía, pequeña burguesía y clases medias profesionales de renta superior) utiliza la sanidad privada, y el 70% restante (clase trabajadora y clases medias de renta media y baja) utiliza la sanidad pública. 

Esta polarización social es profundamente ineficaz y sumamente preocupante, pues, aun cuando la sanidad privada es mejor que la pública en componentes básicos de gran importancia como la comodidad, las listas de espera y el trato personal (una cama por habitación), la pública es mucho mejor en la calidad profesional e infraestructura técnica y científica, como lo atestiguan muchos estudios realizados en el país.

 En realidad, la sanidad privada transfiere los pacientes graves a la pública, parasitándola constantemente. Debería ser obvio que lo que España necesita es un sistema público multiclasista y universal que tenga las comodidades (“patient friendliness”) que tiene la privada, con la calidad que tiene la pública.

 Pero ello requiere un gasto público mucho mayor, que es precisamente lo contrario de lo que está ocurriendo. Los recortes están acentuando más y más la polarización por clase social de la sanidad en España. (...)

La España social es, pues, la que está pagando la reducción del déficit público, haciéndolo en unas proporciones totalmente desmesuradas. Estamos, pues, viendo cómo un gobierno central, de un partido (el PP) que representa un porcentaje muy menor de todo el electorado, controla y domina todo el Estado (no solo la rama ejecutiva, sino también la legislativa y el aparato judicial del Estado), imponiendo unas políticas públicas que se están cargando el Estado del Bienestar. 

El oculto poder de clase en España

El lector se preguntará: ¿por qué ello ocurre así? La respuesta es sumamente fácil de ver, aun cuando el lector no la verá o leerá en los medios de mayor difusión del país, controlados por el 30% de renta superior del país (el sector de la población que utiliza los servicios sanitarios privados y envía a sus hijos a las escuelas privadas que reciben un generoso subsidio del Estado llamado concierto). 

Este sector (el 30%) es el que domina la vida política y mediática del país. Los recortes del Estado del Bienestar no les afectan, pues este es utilizado sobre todo por las clases populares, cuyo peso en la vida política y mediática del país es muy reducido.   (...)"           (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 7 de octubre de 2014., en vnavarro.org, 07/10/2014)

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