"(...) El fenómeno nuevo desde la Gran Recesión es el grado extremo de
desigualdad que la acompaña y que es intrínseco a ella. ¿Por qué? Porque
una devaluación monetaria externa —como tantas hubo de la peseta—
depreciaba el valor de todos los activos y rentas, inicialmente por
igual: según el porcentaje en que se devaluaba la divisa propia.
A diferencia de aquella, la devaluación interna o reducción de los
precios de activos, patrimonios y salarios, dentro de las fronteras, no
es simétrica. Quienes ostentan patrimonio o mejores rentas pueden sufrir
deterioros, pero serán selectivos (por ejemplo, para los que abunden en
bienes raíces, en caso de burbuja inmobiliaria), mientras que para los
niveles inferiores, la factura es más alta en términos de empleo,
salarios y bienestar.
Esta crisis, pues, era, y es, indisolublemente económica —bajo
crecimiento— y económico-social, por generadora de más desigualdad. Por
eso la recesión ha pasado, y se va atisbando una recuperación, pero la
crisis sigue viva y coleando. (...)
Admitamos que la crisis estuviese superada, y que solo quedasen
flecos pendientes. Pues entonces lo que toca es devolver con urgencia a
los grandes paganos de su factura el importe de su aportación. Y que el
primer (encomiable) pacto social, con la ayuda de 426 euros mensuales a
unos 400.00 parados de larga duración carentes de todo apoyo público, se
multiplique ya.
Para que eso fuese creíble, debería
1) procurarse que la ayuda
llegase a todos los hogares con todos sus miembros en paro (1,8
millones);
2) decretarse una moratoria en las ejecuciones hipotecarias
de viviendas habituales a cargo de los bancos (1.200 semestrales) hasta
acordar una nueva reforma, dada la dramática inutilidad de la actual;
3)
recuperarse los 210 millones de euros en que se han reducido las becas
escolares en el último bienio, y volverlas a dotar;
4) reabrirse los
centenares de quirófanos cerrados y camas hospitalarias canceladas en
verano (1.100 solo en la Castilla-La Mancha de la incorrupta Cospedal).
Y... (...)" (Xavier Vidal-Folch , El País,
18 DIC 2014)
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