"A primera vista, parece que la economía de la zona del euro podría estar
empezando por fin a recuperarse. Los mercados de valores están
subiendo. La confianza de los consumidores está mejorando. (...)
Sin embargo, con una inspección más detenida resulta claro que la mejora
es modesta, probablemente temporal, y no resultante de las políticas
promovidas por Alemania. Es cierto que, según algunos cálculos, la
economía de la zona del euro puede estar creciendo ahora a una tasa
anual del 1,6 por ciento, frente al 0,9 por ciento en el año que
concluyó en el cuarto trimestre de 2014, pero eso es mucho más lento que
en los Estados Unidos y Gran Bretaña.
Con una economía de la zona del
euro un dos por ciento menor que hace siete años, la de “recuperación”
no parece la palabra apropiada, sobre todo porque no es probable que
dure. (...)
Las autoridades están contando con una divisa más competitiva para
estimular el crecimiento, pero es probable que resulten decepcionadas.
Como las exportaciones de la zona del euro dependen cada vez más de las
cadenas mundiales de suministro, una divisa más barata entraña un
impulso menor que antes. Los exportadores también pueden optar por
embolsarse las pocas ganancias que puedan, en lugar de procurar aumentar
su participación en el mercado. (...)
En cualquier caso, como las exportaciones representan sólo una quinta
parte de los diez billones de euros de la economía de la zona del euro,
no es probable que espoleen una fuerte recuperación, mientras la demanda
interna siga siendo débil. Según el modelo del BCE, la depreciación del
euro en un diez por ciento (en términos reales ponderados en función
del comercio) durante el pasado año puede elevar el crecimiento este año
tan sólo en un 0,2 por ciento.
También es probable que los beneficios de la relajación cuantitativa resulten efímeros. (...)
También es probable que los beneficios de la relajación cuantitativa resulten efímeros. (...)
La mayoría de las empresas de la zona del euro dependen de la
financiación bancaria y, si bien las condiciones crediticias han
mejorado un poco, el préstamo está flojo (y sigue reduciéndose en la
Europa meridional). Mientras los bancos zombis estén abrumados por sus
créditos fallidos, no es probable que haya demasiados cambios al
respecto. (...)
España no es precisamente un ejemplo de ajuste fiscal logrado; al
contrario, su recuperación coincidió con la relajación de la austeridad
extrema impuesta en el período 2011-2013, que ha animado a los hogares a
gastar más, pese al estancamiento de los salarios. Aun así, su economía
sigue siendo un 5,7 por ciento menor que hace siete años. Un descomunal
23,7 por ciento de los españoles –y uno de cada dos jóvenes– están
desempleados, mientras que muchos otros han abandonado totalmente el
mercado laboral.
Entretanto, el déficit presupuestario de España ascendió al 5,7 por ciento en el año pasado, el mayor de la UE. El rápido aumento de su deuda pública va a llegar al 100 por ciento del PIB este año. Cuando el país se dirige a unas elecciones en fecha posterior de este año, la Comisión Europea ha autorizado la amplitud de su déficit estructural. En lugar de prosperar gracias a la austeridad, España en muchos sentidos está obteniendo carta blanca. (...)
Entretanto, el déficit presupuestario de España ascendió al 5,7 por ciento en el año pasado, el mayor de la UE. El rápido aumento de su deuda pública va a llegar al 100 por ciento del PIB este año. Cuando el país se dirige a unas elecciones en fecha posterior de este año, la Comisión Europea ha autorizado la amplitud de su déficit estructural. En lugar de prosperar gracias a la austeridad, España en muchos sentidos está obteniendo carta blanca. (...)
La economía de la zona del euro va a tener unos resultados un poco
mejores en 2015, pero no por las políticas exigidas por Alemania, y es
probable que se trate de una recuperación temporal, no del comienzo de
una recuperación sostenida. Para superar su recesión en materia de
balances, la zona del euro debe sanear sus bancos, reducir el aplastante
endeudamiento, la mayor parte de él privado, reparar la enorme escasez
de inversión, eliminar los obstáculos para las empresas y abordar el
lastre deflacionario del mercantilismo alemán. Y ésa es la razón por la
que la zona del euro no se librará próximamente de sus problemas." (Philippe Legrain, Project Syndicate , en Jaque al neoliberalismo, 11/04/2015)
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