"(...) ¿Esto quiere decir que todavía existe una discriminación
hacia el inmigrante en el ámbito laboral? ¿Siguen los prejuicios? ¿O es
una precarización generalizada?
Lo que pasa es que se ha nivelado para abajo. La sociedad ahora se divide en desocupados pobres, o pobres ocupados. Hay mucha gente pobre que tiene un trabajo, que cobra 500, 600 o 700 euros por mes. Antes solo eran inmigrantes. Ahora también hay población local, trabajadores europeos, españoles, catalanes, etc., que están dispuestos a trabajar por una miseria.
Es decir, España no discrimina, es la simple realidad.
Antes discriminaba a unos pocos, ahora discrimina a casi todos. Y cuando se discrimina a todos se pasa a un nuevo status quo muy peligroso: normalizar para siempre la precariedad laboral y de vida. Para una persona, su esperanza de futuro es a lo sumo tener un trabajo precario. Y esto es muy triste y muy peligroso.
Hubo una época en la que las
empresas se iban de España a países más baratos para bajar los costes
laborales. Lo que es increíble es que van a empezar a venir fábricas y
empresas de todo tipo a España simplemente porque el coste laboral
español ha descendido enormemente. Esto es una pérdida enorme para la
calidad de vida de las personas y una precarización del trabajo muy
preocupante.
Los niveles de inmigración en España han descendido desde que comenzó la crisis. También hay españoles que han salido fuera. Sobre todo jóvenes. ¿Las oportunidades, en este caso en América Latina, se han incrementado –aunque los antiguos BRICS, entre ellos Brasil, parecen haberse ralentizado-, o es que aquí no encuentran lo que buscaban?
Los niveles de inmigración en España han descendido desde que comenzó la crisis. También hay españoles que han salido fuera. Sobre todo jóvenes. ¿Las oportunidades, en este caso en América Latina, se han incrementado –aunque los antiguos BRICS, entre ellos Brasil, parecen haberse ralentizado-, o es que aquí no encuentran lo que buscaban?
La gente emigra por necesidad, pero también por algo mucho más importante: la perspectiva o ilusión de mejora en el futuro. La gente que se está yendo a Brasil, a Colombia, a distintos países de Latinoamérica, sueñan con hacer las Américas; ir a un sitio, evolucionar y crecer económica y profesionalmente.
Y es verdad que
cualquier persona que haya trabajado aquí con sistemas del primer mundo
en la construcción, por ejemplo, puede instalar estos sistemas en
Latinoamérica. Como también es cierto que los profesionales europeos son
muy bien remunerados y recibidos en nuestros países.
Nos vamos a tener
que acostumbrar a las migraciones circulares: que una persona esté en
España y Colombia, Perú, Ecuador, Canadá, Suiza, y luego vuelva a
jubilarse a España. (...)
¿España ya no es un país atractivo?
¿España sigue siendo atractivo comparado con? La pobreza española es riqueza en el 80% de nuestros países. Una persona vuelve a Bolivia, y vuelve a un pueblo donde la calle es de tierra, donde en el hospital no hay nada, donde la escuela es un desastre, y dice: ‘Mira, por mis hijos, aunque la tenga que pasar mal, me quedo en España’. Esperando a que la crisis económica se pase. Esperando su oportunidad. (...)" (Entrevista a Javier Bonomi, La Vanguardia, 03/05/2015)
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