"En Los Ángeles, personas con un puesto de trabajo a jornada completa necesitan ayudas.
Cuando el alcalde de Los Ángeles firmó a mediados de junio la ley que
eleva el salario mínimo en la ciudad a 15 dólares la hora (un 67%), la
cifra más alta de Estados Unidos, lo llamó “el plan contra la pobreza
más ambicioso de la historia de la ciudad”.
En el Estado más rico de
EE UU y más poblado, con 38 millones de habitantes, uno de cada siete
habitantes y uno de cada cinco niños viven en la pobreza (2013).
De las
familias pobres, dos de cada tres tienen trabajo. Es decir, gente que
trabaja el día entero tiene que comer con ayudas públicas. Tener un
trabajo a tiempo completo con el salario mínimo otorga unos ingresos de
18.720 dólares al año, por debajo de la línea de la pobreza.
A nivel estatal el gobernador, famoso por su celo presupuestario, ha
propuesto un recorte de impuestos a las rentas más modestas que afectará
a unas 825.000 familias en el Estado. Además, los legisladores
demócratas le han arrancado una inversión extra en subsidios para
atención médica de niños pobres. La atención médica es el gasto más
grande para las familias.
Estas tres políticas, elevar el salario mínimo, ayudar con los gastos médicos
y bajar impuestos a las rentas bajas, son las tres mayores armas contra
la pobreza, según los estudios estatales. (...)
En California, dominada por el ala más izquierdista de los demócratas,
sacar a gente de la pobreza e incorporarla a la clase media que consume
es ya una política de Estado. Por donde va California, va después la
nación, se suele decir. En la lucha contra la desigualdad, el
experimento está en marcha." (
Pablo Ximénez de Sandoval
, El País, 23 JUN 2015)
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