"El fracaso a la hora de lograr un acuerdo en Grecia trae su causa primera en el error de diagnóstico. Al final, el paciente empeoró y lo que ahora quiere es que dejen de tratarle.
Como ha venido repitiendo desde el comienzo de esta crisis el
ministro de finanzas Yanis Varoufakis, Grecia no tenía una crisis de
liquidez, sino una crisis de solvencia. Ésta última fue causada por una crisis de competitividad y empeoró con la crisis financiera.
Y este tipo de crisis no pueden ser resueltas con recortes y más recortes, sino sólo con una estrategia seria de inversiones acompañada de reformas serias –no palabreras- (por ejemplo, en la forma de llevar el Estado y, por consiguiente, de manejar los impuestos) para devolver competitividad a la economía.
Las condiciones del rescate deberían, pues, haber sido condiciones
capaces de estimular el tipo de reforma del sector público y de
estrategia de inversión que caracteriza a muchas de las potencias
competitivas de la Europa septentrional (incluida Alemania). Grecia no
debería hacer lo que Alemania dice que hace (austeridad), sino lo que
Alemania realmente hace (invertir). (...)
Imaginen lo distintos que serían los resultados a que hubiéramos
asistido, si las negociaciones hubieran versado sobre una estrategia de
inversiones vertidas sobre Grecia, en vez de meros recortes. "OK, te
rescataremos, pero reforma tu país, y lanza inversiones públicas (del
tipo antes mencionado), de modo que estés preparado para el desafío
innovador de 2020".
En cambio, insistir en el statu quo rebosante de austeridad produjo
una Grecia cada vez más débil, más desempleo y más pérdida de
competitividad.
Abandonada a su suerte ahora, la única esperanza
será que se preste oídos a la insistencia de Varoufakis en un programa
de inversiones a escala europea para encontrar al menos una solución a
escala nacional. (...)
Tal vez pueda empezar con Grecia instituyendo un banco del desarrollo
como el KfW, usándolo como punto de partida del tipo de estrategia de
inversiones a largo plazo que deberían haber sido parte del "pacto"
desde el comienzo.
¡Ah! y la competitividad de Italia es igual de mala. De manera que si
ocurriera ahora un Grexit y Europa no metiera en la sala a un médico de
verdad, prepárense para un Italexit el año que viene." (Mariana Mazzucato, economista de la Universidad de Sussex y colaboradora de The Guardian, Diagonal, 29/06/15)
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