7.7.15

Tres vías para el acuerdo... y un 'grexit'

"(...)  Tenemos, por tanto, una negociación contra reloj. La troika hará una oferta a Grecia los próximos días, antes del hundimiento completo y absoluto del sistema financiero heleno. Todo el mundo sabe qué aspecto debería tener ese acuerdo (préstamo, reformas, quitas futuras); esto no ha cambiado.

 El problema es que todo el mundo sabía esto antes del referéndum, y no hubo acuerdo porque las partes no tenían incentivos para llegar a uno. Es difícil creer que esta vez la negociación vaya a ser distinta.

Hay quizás tres posibles salidas.

 La primera es que la desintegración de la economía griega ponga el gobierno de Syriza contra las cuerdas. Hemos visto en este referéndum que los votantes griegos están dispuestos a apoyar a sus dirigentes, así que no creo que esto acabe por forzar un acuerdo.

La segunda opción es que los líderes de la eurozona, en un ataque de responsabilidad suicida, ofrezcan a Tsipras un acuerdo mejor que el que pusieran sobre la mesa hace diez días, humillándose ante un líder populista periférico y rompiendo las promesas hechas a sus votantes para salvar Europa. Dado que los acuerdos en el eurogrupo son por unanimidad, eso requiere un milagro, y no ocurren a menudo.

La tercera opción es la más cínica: la troika ofrece una propuesta que parece ser considerablemente más generosa que la última oferta pre-referéndum, pero llena de asteriscos y notas a pie de página manteniendo el contenido básicamente parecido, y Tsipras responde proclamando su victoria abrumadora sobre el eurogrupo, aunque está aceptando algo sin demasiado cambios. Todo el mundo canta victoria y todos contentos, aparte de los cuatro gafapastas que se leen los acuerdos. 

Esta es la forma tradicional de solucionar problemas en Europa, pero necesita líderes pragmáticos y flexibles (cínicos, vamos). Mi sospecha es que Tsipras realmente se cree todo lo que dice y que referéndum no era postureo, así que no le veo capaz de este nivel de flexibilidad.

Queda, entonces, el callejón sin salida: no hay acuerdo. El corralito se alarga.  Grecia no puede importar petróleo o alimentos; las tiendas no pueden pagar a proveedores y los estantes se vacían. El gobierno deja sin sueldo a funcionarios, que reciben pagarés; a final de mes, hace lo mismo con pensionistas. Las dudas sobre el acuerdo hace que nadie los acepte a su valor completo.  

Los bancos griegos se quedan secos y quiebran, los ahorradores ven como sus depósitos se esfuman, el gobierno garantiza los depósitos con más pagarés. La economía entra en barrena. Ante esto, Grecia no tendría más opción que declararse en bancarrota, cesar todos los pagos y emitir dracmas. El gobierno podría mantener el país nominalmente en el euro, pero a efectos prácticos estarán fuera.

La vida fuera del euro

A corto plazo, Grecia se empobrecerá enormemente. La devaluación será brutal; sin acceso a financiación, los recortes serán tremendos. El sector exportador griego se beneficiará de la recuperación, pero es demasiado pequeño para realmente tirar de la economía. 

El turismo tiene problemas de capacidad de difícil solución (por motivos geográficos, Grecia no es un buen sitio para el turismo de masas), así que el acceso a financiación será complicado. Sin materias primas que exportar, repetir la recuperación Argentina será casi imposible. Con un sistema político disfuncional y un sector público insostenible, el país deberá entre acometer reformas o empobrecerse.

Sobre qué sucederá a los supervivientes de la eurozona no me atrevo a hacer pronósticos. Los líderes confían en que el sistema está preparado para aguantar el shock de la salida de uno de sus miembros. Me gustaría compartir esa confianza, pero no sé si es justificada.

Conclusión: nadie gana

Ahora mismo creo que el escenario más probable es el cuarto, la salida de Grecia del euro. El gobierno de Syriza puede aguantar la presión de la crisis, los líderes europeos están demasiado hartos como para ofrecer un pacto realmente distinto, y Tsipras no parece capaz de aceptar una victoria simbólica. 

Por eliminación, veremos agonía, recriminaciones y dracma, la peor solución para todos los implicados. La triste realidad es que la eurozona, como está diseñada, ha creado una situación donde nadie puede aceptar un acuerdo. La moneda única simplemente no es sostenible para Grecia."            ( , Politikon, 06/07/2015)

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