17.12.18

La opción ganadora entre los andaluces ha sido, sin duda, la abstención. Es evidente que el crecimiento de la ultraderecha españolista de Vox es una reacción a la ultraderecha nacionalista que gobierna en Cataluña... pero para obtener un diputado se necesitan más votos en Sevilla o Málaga que en Almería o Huelva... La abstención hace que los costes medios por escaño bajen en todas las circunscripciones. Si los 11 escaños de Huelva costaban inicialmente sobre 35.000 votos, finalmente cuestan menos de 18.000 votos...

"La opción ganadora entre los andaluces ha sido, sin duda, la abstención. Concretamente, 336.442 ciudadanos más que en 2015 se decantaron por ella (un 14,85%).  (...)

Se puede especular que la mayoría vienen de la izquierda, pero es que la izquierda ha perdido 620.976 votos. Si se acepta esa premisa de que el abstencionismo es de izquierda está claro que los votos a Vox vienen de ahí, aunque sea por desplazamiento. 

Digamos que se fueron hacia la derecha mientras que de la derecha sí iban hacia la ultraderecha. Lo cierto es que la derecha se queda como estaba y el nacionalismo en Andalucía, al menos formalmente, es residual.

Tal vez la reflexión que se debería hacer es por qué la mayoría de andaluces no fueron a votar y la izquierda, especialmente debería preguntarse que responsabilidad tiene en ello. Echar la culpa a los demás o a los votantes no parece la más inteligente de las actitudes.

Es evidente que el crecimiento de la ultraderecha españolista de Vox es una reacción a la ultraderecha nacionalista que gobierna en Cataluña y tensa la cuerda identitaria. La reacción entre nacionalismos se retroalimenta. El nacional-secesionismo catalán se frota las manos con el avance de Vox ¡están encantados! Pero las culpas no son únicamente de éstos.

 El “sanchismo” se apoya en esa ultraderecha catalana, mientras la izquierda española les da alas. Tarde o temprano la presión produciría una grieta en sistema partitocrático español tan ensimismado en contentar al nacionalismo disgregador. Que apareciera un nacionalismo español estaba cantado. Ahora, sobran plañideras. 

Muchas son las causas del abstencionismo pero el sistema electoral es uno de los grandes gestores de dicha opción ciudadana. No será la primera vez que defiendo la abstención como una opción tan legitima como la de votar, independiente de que lo que, en realidad, refleja es desconfianza en el sistema.

 En 2015 ya analicé las elecciones andaluzas y me sirvieron para desmenuzar las deformaciones del sistema electoral español. En estas de 2018 se repiten las mismas trampas.  (...)

Si el valor del cada voto debiera ser 1, la realidad es que los sevillanos son los que menos poder tienen frente a los onubenses que casi triplican el poder de su voto. (...) para obtener un diputado se necesitan más votos en Sevilla o Málaga que en Almería o Huelva.  (...)

Tras las elecciones, las diferencias se agrandan. La abstención hace que los costes medios por escaño bajen en todas las circunscripciones. Si los 11 escaños de Huelva costaban inicialmente sobre 35.000 votos, finalmente cuestan menos de 18.000 votos. La realidad es que de los 109 escaños del parlamento andaluz, 70 valen menos de la media de votos (32.603), un 64% del total.  (...)

Evidentemente, no existen sistemas perfectos pero sí perfeccionables. La obsesión de los sistemas electorales occidentales por facilitar la gobernabilidad conlleva deformaciones de la voluntad popular, tendiendo a crear mayorías parlamentarias que faciliten la creación de gobiernos estables. Por el contrario, esos sistemas generan mayorías indeseables, como es el caso del nacionalismo en Cataluña.  (...)

Si aplicamos a los resultados del 2 de diciembre en Andalucía un reparto en circunscripción única usando el método Hare (reparto proporcional y a resto mayor) (...) Vemos que los dos partidos más votados, en este caso PSOE-A y PP perderían los escaños extras que el sistema les asigna, 2 y 3 respectivamente y que los reasignaría debidamente: 1 para Adelante Andalucía, 2 para PACMA, 1 para AxSí y otro para EQUO-INICIATIVA. Los tres últimos partidos entrarían en el Parlamento y tan solo 2 escaños habrían costado menos de la media de votos general.  (...)

El sistema propuesto, Circunscripción Única + Hare, genera unos costes medios bastante equilibrados (...)

La tentación de algunos puede ser proponer sistemas mayoritarios, como circunscripciones uninominales al estilo francés o británico, que minimicen la presencia de partidos extremos como Vox o los nacionalistas. Sin embargo, a la larga generaría más desafecto a la democracia y el crecimiento de éstos y, a la vez, asegurarles mayorías.

Una reflexión sosegada y el valor de afrontar incluso la propia pérdida de poder nos pondría en el camino correcto que no es otro que hacer partícipe a los ciudadanos de la toma de decisiones; otra cosa no es la democracia."                 (Vicente Serrano. Miembro del Grupo Promotor del partido IZQUIERDA EN POSITIVO , Crónica Popular, 08/12/18)

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