"(...) Jean-Claude Michéa fustiga de libro en libro a la «intelligentsia»
progresista que, desde hace una treintena de años se ha alejado del
pueblo. De Impasse Adam Smith a Complexe d'Orphée, su obra exalta la "decencia común" de las clases populares.(...)
Michéa se hace eco de reividicaciones concretas a
golpe de referencias eruditas que tienen todas por objeto señalar la
lenta y, según él, según él, inexorable deriva de la izquierda hacia el
liberalismo e incluso hacia el macronismo.
De libro en libro, Michéa denuncia invariablemente la
traición de la izquierda a sí misma. Esta traición se habría llevado a
cabo, en su opinión, a partir del momento en que los "progresistas",
apartándose del "pueblo", se preocuparon exclusivamente de las
"minorías", identificándose con los "derechos humanos".
La adhesión de la izquierda a la vertiente política
del liberalismo equivale por otro lado para Michéa a una rendición ante
el liberalismo económico. Las reivindicaciones que el pensador de
inamovible gorrito de lana plantea en este nuevo libro son sencillas:
alimentarse, tener un techo, circular, ejercer una profesión ... con
toda "libertad". Todo se sucede hoy como si la "República de las
pasiones tristes" no permitiera ya el ejercicio pleno de los derechos
elementales.
Jean-Claude Michéa establece una doble conclusión con
apariencia de profecía. Por un lado, apela al despertar de un movimiento
que se diga "autónomo": este despertar debería llevarse a cabo en
oposición a los partidos progresistas que habrían olvidado la lucha
social en beneficio del combate en favor de las minorías, para que se
actúe por fin respondiendo a los apremios de las clases populares.
Por
otro lado, ofrece una llamada de atención a las élites globalizadas con
el fin de que no descuiden más la angustia que carcome a esos ciudadanos
olvidados. En otros términos, Michéa, como libertario decepcionado,
acaricia la esperanza de que el "aprisco humano" se defienda finalmente
de las garras del lobo, que para él es el capitalismo sin control. (...)
De este libro de Michéa surgen varias cuestiones esenciales, que van a
sobrevivir a la probable desecación del movimiento de los «chalecos
amarillos»: ¿Cómo rehacer Francia? ¿Cómo apagar los fuegos de la cólera,
que por todas partes parpadean sobre las barricadas y en las
rotondas ?¿Cómo volver a insuflar "subjetividad humana", como dice el
autor, en un mundo en el que las decisiones las toman máquinas
"axiológicamente neutras", dicho de otro modo, neutras desde el punto de
vista de los valores?
Nuestra civilización, que el cineasta denomina "cibernética",
reinaría sin compartir sobre nuestras economías mercantiles, privando
totalmente de espacio político a un auténtico proyecto de alternativa
por la izquierda. Bien conocido por su sensibilidad anarquista, Michéa
propone aquí, pues, una lectura solidaria de un movimiento ambiguo.(...)" (Yoann Duval
, Sin Permiso, 08/01/2019)
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