"(...) Desde luego hay tareas pendientes que se deberían
exigir a los partidos que se presentan a las elecciones, si es que se
quieren corregir el sistema para hacerlo más acorde con un bien
imprescindible. También más transparente: no hay quien sepa de verdad lo
que cuesta producir la electricidad en conjunto, ni cómo sale el precio
de la tarifa eléctrica. Y más sostenible medioambientalmente: es un
sector contaminante como pocos.
La primera medida debería ser convertir en norma toda
la Estrategia contra la Pobreza Energética, en caso contrario, será
papel mojado.
La segunda, realizar una auditoría de costes y
hacerla pública, para saber lo que cuesta producir, distribuir y
comercializar la electricidad.
Ello debería conducir a la supresión de
toda compensación a las compañías con el argumento de que venden el
kilovatio a un precio menor del que les cuesta producirlo y
transportarlo. Se ha llamado déficit de tarifa. Los consumidores deben
por ello a las eléctricas 24.000 millones de euros que se van pagando
poco a poco en cada recibo.
En tercer lugar, el sistema debería reformarse
radicalmente.
Confiar a una subasta la fijación del precio del kilovatio
donde rige un oligopolio, que puja por un bien que el mismo oligopolio
genera, es un puro engaño que no se arregla con mejoras técnicas, ni con
inspectores. Sin embargo, su eliminación no parece viable, al menos por
ahora, dado el berenjenal en el que está metido el mercado eléctrico.
Mientras dure el engaño, deben corregirse las trampas más osadas del
mismo.
La iniciativa de los ayuntamientos o cooperativas de
constituirse en agentes eléctricos para actuar en el mercado comprando
kilovatios, y ofrecer así precios más bajos es muy elogiable, puede
resultar combativa, se puede lograr en ocasiones, pero es sólo poner una
tirita sobre una herida que mana sangre a borbotones. En todo caso,
habría que eliminar los resquicios legales a los que se agarran las
compañías para litigar e impedir que se haga.
Cuarto. Debería cambiarse el sistema actual de la
tarifa, que establece un coste fijo muy elevado y cobrar de manera más
progresiva por el consumo.
Los primeros kilovatios deben costar poco y
subir el precio según se gaste más. Es bueno para conseguir un mayor
ahorro energético.
Quinto. Debe apostarse por las energías renovables,
sobre todo la solar, que tendría que contar con dinero público y de las
empresas para su desarrollo.
Al mismo tiempo, deben ir cerrándose las
nucleares según concluya su vida útil. Así lo hizo Alemania, ejemplo en
el que sólo se mira para lo que interesa.
Y para acabar, un tema menor, pero que afecta
gravemente a los consumidores menos informados. Deberían prohibirse los
cambios de contrato mediante visitas a domicilio. Un timo que se ha
generalizado. Se dan casos de clientes que sin saberlo llegan a
suscribir contratos con varias compañías." (Emilio de la Peña, CTXT, 10/04/19)
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