"A los rusos les pillaron con los pantalones bajados en Kursk. Los ucranianos llevaron a cabo una invasión a gran escala utilizando nuevas tácticas.
Avanzaron mucho en territorio ruso, en su mayoría sin oposición, o contrarrestados sólo por algunas unidades territoriales inexpertas. Lo hicieron con aviones no tripulados, pero no con ningún otro tipo de fuerza aérea, sobre todo porque no tienen ninguna (a pesar de los simbólicos F-16 con base en Rumanía).
Rusia ha declarado la Emergencia Federal en la región de Kursk.
Esto se escribe en la mañana del viernes 9 de agosto. La invasión comenzó el martes anterior, 6 de agosto. Mientras los rusos golpean ahora a los ucranianos, los rusos apenas están reuniendo suficientes tropas y operadores especiales para intentar aplastar el avance ucraniano.
Esto también estaba planeado de antemano por los ucranianos y sus patrocinadores de la OTAN. Las fuerzas ucranianas se atrincheran donde pueden, ya que el objetivo es mantener el territorio el mayor tiempo posible.
Según informa Rybar en Telegram, las fuerzas ucranianas, compuestas por las brigadas de asalto aéreo 82ª y 80ª, lideran los ataques, apoyadas por las brigadas mecanizadas 22ª y 61ª de las AFU.
Además, participan de forma limitada la 150ª Brigada Motorizada de Fusileros, la 5ª Brigada de Asalto Aéreo, el 151º Batallón de Defensa Territorial y la 24ª Brigada de Asalto a la Montaña.
La parte rusa sigue bastante desorganizada. La responsabilidad general sobre Kursk y la zona norte ha cambiado de manos varias veces en los últimos meses, dejando tras de sí confusión y falta de preparación.
Según se informa, los rusos están trayendo fuerzas frescas (hasta ahora sin nombre), incluyendo unidades conocidas como "brigadas de fuego". Se trata de unidades de asalto tipo spetsnaz, bien entrenadas y eficaces.
Todo el mundo sabe que tarde o temprano los ucranianos, a pesar de la incorporación de tropas de reserva, serán expulsados del territorio ruso. Pero eso llevará su tiempo, y "tarde" y "temprano" tienen un significado especial en el contexto de los objetivos de la incursión, un tema sobre el que volveré más adelante.
En Rusia se critica mucho la falta de preparación por parte rusa. No cabe duda de que el Mando General ruso estaba al corriente de los preparativos ucranianos, pero no hizo nada para contrarrestarlos, ni siquiera para prepararse para una invasión.
Parte de la razón probablemente sea la gran atención prestada por las fuerzas rusas a los grandes avances, especialmente en Donbass, lo que ha dado lugar a una serie de avances que se han producido o están a punto de producirse.
Con ese enfoque uber-comando y la comprensión de que Ucrania necesitaba todas las fuerzas que podía reunir sólo para tratar de detener los avances rusos, los altos mandos militares rusos no pensaban que los preparativos de Kursk eran de mucha preocupación.
El jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, se encuentra en un buen lío. Se han celebrado dos reuniones del Consejo de Seguridad ruso presididas por el Presidente ruso Vladimir Putin y en las que Gerasimov informó sobre la situación en Kursk.
Los informes, tal y como se dieron a conocer a la prensa, eran extremadamente optimistas y sugerían que la situación estaba bajo control. Ni lo estaba ni lo está. Aunque no sabemos qué más tenía que decir Gerasimov, o qué comentó Putin en respuesta, hay algunas imágenes de vídeo de Putin frunciendo el ceño mientras Gerasmov hablaba. Estaba bastante claro que no se creía ni una palabra de lo que decía Gerasimov.
El ataque de Kursk estaba planeado para coordinarse con otros dos ataques muy al sur, en la zona de Kherson. Estos ataques incluían desembarcos navales. El primero tuvo lugar el 6 de agosto en Tendra Spit y el segundo el 8 de agosto por la noche en la península de Kinburn.
Los ataques se caracterizaron por el uso intensivo de drones y guerra electrónica, incluidos los drones Baba Yaga, que utilizan seis rotores y transportan una gran ojiva de 33 libras. Los ucranianos perdieron cuatro lanchas de asalto y dos drones Baba Yaga. Una embarcación pudo desembarcar, pero las fuerzas atacantes fueron eliminadas. Ambos ataques fueron contrarrestados con éxito y la distracción no funcionó.
Península de Kinburn
Para que conste, los rusos están informando de pérdidas en el lado ucraniano. El sitio de noticias gubernamentales Russia Today (RT), basado en información del Ministerio de Defensa ruso, informa de que Ucrania ha perdido hasta 945 soldados, así como 102 vehículos blindados, incluidos 12 tanques y 17 vehículos blindados de transporte de tropas.
Las cifras incluyen más de 280 soldados y 27 vehículos blindados destruidos en las últimas 24 horas en zonas limítrofes con la región de Kursk. No hay información sobre las pérdidas rusas. Rusia ha estado golpeando a los ucranianos con poder aéreo, incluyendo bombas planeadoras equipadas con capacidad de ataque de precisión.
Objetivos operativos
¿Por qué Ucrania estaría dispuesta a sacrificar tantas tropas en una operación que "tarde o temprano" acabará enrollándose? He aquí las razones:
En primer lugar, la capacidad de Ucrania para defender su territorio en Donbass se encuentra en un callejón sin salida, ya que los rusos están llevando a cabo ataques implacables desalojando lentamente las defensas de Ucrania, incluso en ciudades urbanizadas con edificios altos de hormigón y acero como posiciones fuertes para las tropas ucranianas.
A diario, Ucrania ha estado perdiendo alrededor de 1.000 soldados (muertos y heridos) y la moral en algunas brigadas probablemente ha llegado casi a cero. Las pérdidas, aunque Ucrania hace todo lo posible por ocultarlas, calan en la sociedad.
Gran parte de la resistencia a las nuevas leyes de reclutamiento de Ucrania se debe a la sensación de que las tropas en bruto, recién reclutadas, serán lanzadas al combate como brigadas "de carne" y masacradas. La mayoría de las brigadas ucranianas de primera línea están muy por debajo de sus efectivos y en muchos casos se han perdido combatientes experimentados.
En segundo lugar, los dirigentes ucranianos están sometidos a una considerable presión occidental para que negocien con Rusia, algo que ha reconocido incluso el presidente Volodymyr Zelensky.
Mientras Zelensky sigue promoviendo una especie de conferencia de paz multinacional, a la que Rusia estaría invitada, los rusos han dejado claro que no están interesados. Los rusos también presionan a Zelensky diciéndole que ya no es el líder electo de Ucrania y que, por tanto, no es un interlocutor cualificado.
Zelensky también sabe que si Donald Trump gana en noviembre tiene un gran problema. Trump está diciendo que, incluso antes de tomar posesión de su cargo, si gana va a resolver el problema de Ucrania.
Ucrania replica que, en las condiciones actuales, podría verse obligada a ceder mucho territorio y señala que, tal y como están las cosas, tiene poca influencia. Ucrania no puede continuar la guerra mucho más tiempo y hay pocas esperanzas (aunque un gran deseo) de que la OTAN intervenga. Ucrania teme, con razón, quedarse sola.
Así pues, la ofensiva de Kursk puede considerarse una apuesta de Ucrania para tener influencia sobre Rusia en una negociación de paz.
Kursk es una zona extremadamente sensible para Rusia. La batalla de Kursk en la Segunda Guerra Mundial fue un punto de inflexión importante para la Unión Soviética, que condujo a la derrota final de la Wehrmacht.
Fue uno de los combates más costosos de la Segunda Guerra Mundial y sigue siendo la mayor batalla de tanques de la historia. Boris Sokolov cifra las pérdidas rusas en 450.000 muertos, 50.000 desaparecidos (prisioneros de guerra) y 1,2 millones de heridos a lo largo de la batalla.
Si Ucrania consigue retener el territorio ruso, quizá durante unos meses, podrá utilizarlo como carta de intercambio con Rusia. Pero hay más en juego, y esto no debe pasarse por alto.
La estrategia y las tácticas que Ucrania está mostrando en Kursk se desarrollaron con la OTAN. Es un caso de prueba para la defensa de Europa en caso de un ataque ruso.
¿Por qué? La OTAN, en su configuración actual, se encuentra en una mala situación cuando se trata de defender el territorio. Si estallaran combates en Polonia, o Rumanía, o al norte del Báltico, los rusos tendrían una ventaja significativa en fuerzas terrestres.
Una forma de contrarrestarlo sería exactamente el tipo de operación que Ucrania está probando ahora mismo en la región de Kursk. Es fácil imaginar un vector similar en un conflicto europeo más amplio, quizá dirigido a derribar Kaliningrado o centrado en San Petersburgo o incluso Moscú.
Hay otros factores en la operación de Ucrania que pueden influir, como la estación de medición de gas de Sudzha. La estación, situada en la frontera entre Rusia y Ucrania a varios kilómetros de la ciudad rusa de Sudzha, gestiona todo el gas que fluye de Rusia a Europa. Se encuentra a unos ocho kilómetros dentro de la frontera de Rusia con Ucrania.
Ucrania afirma controlar ahora la estación y se especula con la posibilidad de que decida volarla. Si eso ocurre, Europa tendrá que depender de las exportaciones de GNL de Estados Unidos. .
La central nuclear de Kursk
Otro posible objetivo es la central nuclear de Kursk, que se encuentra mucho más adentro que la estación de medición de gas. Además, cualquier ataque a la central podría causar una catástrofe como la de Chernóbil, que no ayudaría a la posición política de Ucrania en Europa.
Aun así, la prensa ucraniana especula sobre el destino de la central e informa de que los rusos han decidido protegerla mejor.
La gran pregunta es si Ucrania tendrá éxito en la operación de Kursk. Mucho depende de la rapidez de la respuesta rusa y de la capacidad de las fuerzas ucranianas para atrincherarse y mantener el terreno.
Aunque la operación es militar, el resultado esperado es político. No cabe duda de que es una gran apuesta. Desafía el enfoque rígido y sistemático ruso de la conquista territorial.
Pero se arriesga a una enorme reacción y a una derrota total si fracasa prematuramente. No está claro con qué rapidez se lanzarán los ucranianos a intentar forzar una negociación con Rusia, ni está claro que los rusos muerdan el anzuelo."
( ex subsecretario adjunto de Defensa,
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