Pero también hay muchos expertos solventes, con menos voz en el debate público, que sostienen que el problema es más político que demográfico y que no puede plantearse sólo como una cuestión de recortes.
Estos expertos, que apenas tienen capacidad de hacerse oír entre el griterío monocorde, pertenecen a tradiciones académicas muy distintas, que van desde la clásica hasta la crítica, pasando por la socialdemócrata. Pero coinciden en que hay otra forma de sostener las pensiones.
"Este es uno de los debates más sesgados que he visto nunca", lamenta Ignacio Zubiri, catedrático de Hacienda Pública en la Universidad del País Vasco y autor de El futuro del sistema de pensiones en España (Instituto de Estudios Fiscales, 2003). Y añade: "Se están aceptando como hechos incontestables posiciones puramente ideológicas". (...)Según Torres, "cuando el Gobierno, la patronal, los bancos y los economistas liberales hablan de pensiones, razonan al revés". "Primero habría que reflexionar sobre qué parte del PIB se considera adecuada para garantizar una vida digna de los jubilados y luego estudiar cómo alcanzar la financiación necesaria. En cambio, los defensores de reducir las pensiones toman como límite un determinado gasto como porcentaje del PIB y estudian qué hacer para que no aumente".
1. Guarderías. La clave olvidadaPuede parecer una provocación, pero Esping-Andersen lleva muchos años estudiándolo: "La reforma de las pensiones debe empezar con los bebés y las guarderías".
La secuencia de Esping-Andresen es la siguiente, ya muy demostrada en los países escandinavos: una buena red de guarderías públicas aumenta la tasa de ocupación, tanto por la contratación de educadores como por la facilidad de conciliación de madres y padres, lo que aumenta las cotizaciones. (...)
2. Más empleo. La base del modelo"No tenemos un problema con el sistema de pensiones, sino con el mercado de trabajo", apunta Miren Etxezarreta, quien añade: "Lo que es insostenible no es que cada vez vivamos más años, una magnífica noticia, sino tener 4,5 millones de parados. A eso habría que dedicar pues todo el esfuerzo del Gobierno". (...)
"Las pensiones públicas están en peligro, pero no por las razones que apuntan los liberales, sino justamente porque se aplican las políticas que ellos proponen", sostiene Torres. "Lo que amenaza las pensionesagrega es la falta de empleo, el empleo precario, los salarios bajos, etcétera".3. Más años cotizando. Jóvenes y veteranos
Ajá: ¿los que defienden reformas alternativas admiten que no hay más remedio que retrasar la edad de jubilación? No necesariamente: en lo que están todos de acuerdo es en que hay que cotizar más años sin que ello implique a la fuerza jubilarse después de los 65.
La tendencia contraria, la que va hacia la reducción del tiempo de cotización, es especialmente clara en España, el país de la UE en el que los jóvenes entran más tarde al mercado laboral y también uno de los que expulsa antes a los veteranos. Ambos fenómenos, juntos, pueden ser letales para el modelo: menos años cotizando, más años cobrando pensión.
"Si el Gobierno quiere mejorar las pensiones, ¿por qué no presenta un plan de medidas de empleo para que los jóvenes empiecen a cotizar antes? ¿Por qué se tolera este altísimo paro juvenil?", se pregunta Etxezarreta. (...)
4. Retraso selectivo. Los ricos, a los 67 años
Esping-Andersen y otros expertos de la escuela socialdemócrata no se cierran a retrasar la edad de jubilación. Pero rechazan la fórmula universal: sugieren explorar una edad legal de jubilación a la carta, "en función de los ingresos acumulados en la vida laboral". A mayores ingresos, jubilación más tardía.
La lógica de la propuesta es de equidad y viabilidad: hay suficiente evidencia empírica que prueba que la probabilidad de vivir más años tras la jubilación y, por tanto, de cobrar pensión es muy superior para los más ricos. (...)
5. Eliminar el tope. Más de 3.198 euros
En el modelo actual, la cotización de las rentas altas es superior a la de las bajas. Pero hay un tope: nadie, por rico que sea o por estratosférica que sea su nómina, paga una cotización superior a los 3.198 euros.
"En el fondo es un sistema muy regresivo, que sólo beneficia a los fuertes del mercado laboral. ¿Por qué tiene que existir este tope de cotización?", se pregunta Esping-Andersen.
"El tope máximo es muy bajo le secunda Etxezarreta. Si los salarios altos cotizaran de forma realmente progresiva, el aumento de los ingresos del sistema iría muy bien para reforzarlo", apunta. (...)
6. Un impuesto. La presión fiscal es baja"¿Dónde está escrito que las cotizaciones deben financiar el sistema de pensiones?", se pregunta Zubiri. Y plantea otra pregunta retórica: "¿Por qué tenemos un modelo público? ¿Sólo por eficiencia?".
Su respuesta: "El sector público no tiene por qué actuar como una empresa privada, sino que su objetivo debe ser conseguir los niveles de bienestar decididos socialmente. Por tanto, lo lógico sería que las pensiones se financiaran con impuestos". (...)
7. Presupuesto. Como todo lo demás
Este es el punto que más indigna a Etxezarreta: "¿Alguien me puede explicar por qué las pensiones no se financian como cualquier otro servicio del Estado; es decir, a través de los presupuestos?".
La catedrática emérita considera que la conexión entre las cotizaciones y las pensiones a través de un presupuesto propio que necesariamente debe estar equilibrado es "una de las grandes trampas" del debate planteado.
Sus ejemplos son rotundos: "Por la misma regla de tres, los soldados deberían cotizar para que exista el ejército. ¿Y por qué no inventamos cotizaciones para que los monárquicos financien a la monarquía?".
En su opinión, y en ellocoincide con Torres, la financiación de las pensiones debería proceder del presupuesto público, como todo servicio de la Administración. La separación de las cuentas de la Seguridad Social y el imperativo de autofinanciarse fueron en su opinión "un error" en el que cayeron los sindicatos.
8. Productividad. No sólo para exportar
A menudo cuando se habla de mejorar la productividad se asocia a facilitar las exportaciones o a hacer las empresas más rentables. Pero su mejora es también un elemento clave para las pensiones, subrayan los expertos.
En la década de 1950, el gasto en pensiones en España suponía apenas el 3% del PIB. Ahora se acerca al 9% y no por ello el modelo es menos sostenible: el truco es el aumento de la productividad. Y por ello, a catedráticos como Juan Torres no les preocupa que la cifra llegue al 15% en 2060.
Su explicación: "Supongamos que el crecimiento anual de la productividad es un 1,5%, que incluso el Banco de España admite como razonable. En este caso, el valor del PIB español será 2,23 veces mayor que en 2007.
Ello quiere decir que si consideramos el valor del PIB de 2007 como 100, el de 2060 sería de 223. Pues bien, el número de recursos para los no pensionistas en el año 2007 fue de 100 menos 8,4 (la cantidad que nos gastamos aquel año en pensionistas). Por tanto, 91,6. En 2060 los recursos a los pensionistas serían el 15,1% de 223, es decir 33, lo que daría para los no pensionistas 223 menos 33. Es decir, 192: ¡más del doble que en 2007!".
Si mejora la productividad, doblar el gasto en pensiones no supone per se una amenaza científica. Que lo sea o no también depende de la política." (Público, 18/07/2010)
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