13.11.24

POLITICO: 5 cosas que debes saber sobre la audición de Teresa Ribera... Los debates se produjeron, pero quedaron oscurecidos por una capa de ataques acerbos, a veces personales... las rencillas españolas sembraron un ambiente partidista poco habitual en estas comparecencias de comisarios de la UE... Ribera se mantuvo firme, negándose a ser provocada o a perder la calma. La funcionaria socialista se ciñó casi siempre al guión y, como era de esperar, se mostró muy versada en cuestiones climáticas. Y aunque tropezó un poco en algunos detalles de la política de competencia -un área en la que no es experta-, es evidente que había hecho los deberes... Los eurodiputados españoles del Partido Popular Europeo han intentado culpar a Ribera de la catástrofe en un intento de desviar la atención del Presidente regional de centro-derecha Carlos Mazón, que está siendo presionado para dimitir por su chapucera gestión de la crisis... Sus repetidas menciones al asunto exasperaron a los legisladores de otros países... Ribera, por su parte, dijo que los asuntos domésticos deben discutirse en foros domésticos, y se comprometió a responder a preguntas en el Parlamento español la próxima semana... Al final, la sala de audiencias parecía un bullicioso estadio... Ribera mantuvo la calma en todo momento, lo que llevó a un observador a bromear diciendo que cualquiera capaz de mantener la calma en ese ambiente podría ser de confianza para enfrentarse cara a cara con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump... y Ribera se iluminó en las preguntas sobre ayudas estatales y -esperen- Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (IPCEI, un programa que pretende dirigir el apoyo de la UE a sectores estratégicos como los microchips y las baterías)

 "¿Fue un «espectáculo de mierda» o un «espectáculo de trolls»?

Según los estándares de las audiencias de confirmación de la UE, fue ambas cosas... y más.

Gemidos, lamentos, aplausos, regaños. Fue más una noche de micrófono abierto que un augusto debate. Y en el centro de todo estaba Teresa Ribera, la especialista en clima elegida para ser quizá la segunda figura más poderosa de la UE después de la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. 

En teoría, Ribera estaba allí para demostrar su capacidad política para supervisar una amplia cartera climática y económica. Los debates se produjeron, pero quedaron oscurecidos por una capa de ataques acerbos, a veces personales.

El factor desencadenante: las mortíferas inundaciones que han asolado recientemente la Comunidad Valenciana y causado cientos de muertos. Las acusaciones en España son febriles en estos momentos, y Ribera está sufriendo la presión política como Ministra de Transición Ecológica.

Hubo gritos y acusaciones de que Ribera debía estar en el «juzgado», pero ya hablaremos de eso.

En términos más generales, las rencillas españolas sembraron un ambiente partidista poco habitual en estas comparecencias de comisarios de la UE. Los aplausos intermitentes en algunos momentos parecían duelos entre grupos de aficionados en un estadio.

Quizá, dijo el eurodiputado holandés de los Socialistas y Demócratas Mohammed Chahim, éste sea el «nuevo estilo de esta casa».

 En política, sin embargo, Ribera se mantuvo firme, negándose a ser provocada o a perder la calma. La funcionaria socialista se ciñó casi siempre al guión y, como era de esperar, se mostró muy versada en cuestiones climáticas. Y aunque tropezó un poco en algunos detalles de la política de competencia -un área en la que no es experta-, es evidente que había leído bien.

Estos son nuestros cinco puntos fuertes de la comparecencia de Ribera. 

1. 1. Los eurodiputados españoles intentaron convertir Bruselas en Madrid.

Un tenso tira y afloja sobre las devastadoras inundaciones en España dominó la audiencia.

Los eurodiputados españoles del Partido Popular Europeo han intentado culpar a Ribera de la catástrofe en un intento de desviar la atención del Presidente regional de centro-derecha Carlos Mazón, que está siendo presionado para dimitir por su chapucera gestión de la crisis.

Según la legislación española, las autoridades regionales son responsables de la gestión de las emergencias, pero los eurodiputados de centro-derecha se aliaron con miembros del grupo de extrema derecha Patriotas para intentar atribuir la responsabilidad de la tragedia a Ribera.

Sus repetidas menciones al asunto exasperaron a los legisladores de otros países, deseosos de debatir temas relevantes para la cartera de la comisaria designada.

Ribera, por su parte, dijo que los asuntos domésticos deben discutirse en foros domésticos, y se comprometió a responder a preguntas en el Parlamento español la próxima semana.

 2. La guerra partidista convirtió el Parlamento en un estadio desbocado

El PPE, el grupo más numeroso de la Eurocámara, parecía cómodo siguiendo el ejemplo de su delegación española más radical, y no se privó de preguntar a Ribera por su relación con la tragedia de Valencia.

Los asistentes de los eurodiputados vinculados al grupo se agolparon en la sala y aplaudieron con entusiasmo cuando sus jefes lanzaron preguntas especialmente mordaces, contribuyendo a crear un ambiente tenso.

El escepticismo climático y la mala leche de algunos de los comentarios dificultaron en ocasiones distinguir a los legisladores de centro-derecha de sus homólogos del grupo de extrema derecha Patriotas, que instaron a la derecha a unirse contra Ribera.

Mientras algunos de los eurodiputados más reservados se limitaban a hacer reproches por el comportamiento indecoroso, muchos legisladores de izquierdas empezaron a aplaudir a sus oponentes ideológicos y a aplaudir las respuestas de Ribera.

Al final, la sala de audiencias parecía un bullicioso estadio o, como lo describió un legislador alemán de Los Verdes, «eine wahnsinnige Shitshow» (un espectáculo de mierda demencial).

Ribera mantuvo la calma en todo momento, lo que llevó a un observador a bromear diciendo que cualquiera capaz de mantener la calma en ese ambiente podría ser de confianza para enfrentarse cara a cara con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

3. Política climática ausente pero afirmada

Ribera habló largo y tendido sobre la necesidad de que la UE haga más, no menos, en materia de cambio climático, reprendiendo a los negacionistas del clima entre el público.

 Abogó por acelerar la transición ecológica y mejorar la capacidad del bloque para hacer frente a las inundaciones y sequías extremas, cada vez más frecuentes.
Al hacerlo, Ribera se mostró como una firme defensora del Pacto Verde Europeo, insistiendo en la necesidad de aplicar y hacer cumplir la legislación existente en la materia.

Cuando un eurodiputado exclamó que la UE no necesita otro Frans Timmermans (el arquitecto del Pacto Verde de la UE), Ribera replicó: «Yo no soy Frans Timmermans, soy Teresa Ribera».

Ribera no se comprometió a impulsar muchas iniciativas nuevas propias, ni facilitó calendarios detallados. Y apenas se refirió a las numerosas iniciativas que ayudará a elaborar como comisaria, aunque, para ser justos, los eurodiputados no la presionaron mucho al respecto.

Ribera tampoco ofreció muchos detalles sobre el esperado Acuerdo Industrial Limpio, que se ha comprometido a presentar en sus primeros 100 días. De nuevo, apenas hubo preguntas.

Del mismo modo, la Ley de Economía Circular no recibió mucha atención. Ribera se limitó a señalar que aún no existe un mercado para los productos circulares y de base biológica y que su creación debería ser una prioridad.

4. Ribera ya ha estudiado la política de competencia, pero queda más lectura por delante

Ribera no sorprendió a los expertos en política de competencia que le escuchaban para ver qué les esperaba. 

Sin embargo, hizo sus deberes, quizá demasiado a conciencia. Las respuestas de Ribera en el concurso fueron más repetitivas e impersonales que sus respuestas sobre el clima. A veces incluso vaciló en algunos de los detalles más arcanos.

Sus respuestas fueron relativamente escuetas sobre cómo controlaría el mercado digital y crearía empresas europeas más grandes. Pero se iluminó en las preguntas sobre ayudas estatales y -esperen- Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (IPCEI, un programa que pretende dirigir el apoyo de la UE a sectores estratégicos como los microchips y las baterías).

En resumen, Ribera se enfrenta a una pronunciada curva de aprendizaje en materia de política de competencia, pero parece que no le falta motivación y subraya que se apoyará en quienes la rodean.

«La competencia es absolutamente clave», dijo en una de sus respuestas, rechazando las críticas sobre su falta de conocimientos en la materia. «Contamos con un gran equipo».

Y lo recalcó: «Esto es un compromiso y esto es lo que voy a intentar hacer».

5. Ribera no dio a los amantes de las armas nucleares lo que querían

Es justo decir que los eurodiputados pro nucleares no consiguieron lo que buscaban. Los partidarios de la energía atómica, liderados por el eurodiputado renovador Christophe Grudler, esperaban obtener concesiones de Ribera en materia de financiación de la energía nuclear. Se fueron con las manos vacías.

Al principio, la socialista española dijo que respetaría «la decisión de cada Estado miembro sobre cómo organizar su propia combinación energética», incluidos los que optan por la nuclear. 

Eso es más de lo que escribió en sus comentarios escritos a los eurodiputados antes de la audiencia, pero también es lo que Ribera está obligada a hacer en virtud de la legislación de la UE, que otorga a los Estados miembros precisamente ese derecho.

Cuando se le preguntó (dos veces) específicamente sobre la financiación de nuevas centrales nucleares, Ribera no cedió. Preguntada sobre si apoyaría más ayudas estatales para nuevas centrales nucleares, pocos meses después de que la Comisión Europea saliente aprobara medidas similares para la central de Dukovany en Chequia, se limitó a afirmar que «cada caso debe evaluarse» caso por caso.

Cuando Grudler, el eurodiputado renovador, le preguntó a continuación, ella se excedió en su tiempo asignado para responder a otra de sus preguntas, lo que no le dejó tiempo para abordar la cuestión nuclear."                        

( Aitor Hernández-Morales, Louise Guillot, Francesca Micheletti, Nicolas Camut, Federica Di Sario and Cory Bennett , POLITICO, 12/11/24, traducción DEEPL)

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