"El 11 de noviembre se celebró en Riad una cumbre árabe-islámica de
emergencia sobre la cuestión palestina. Fue un acontecimiento
extremadamente importante. Merece la pena prestar atención al hecho de
que en ella participaron tanto Assad como Erdogan. Hasta hace poco tales
encuentros eran prácticamente imposibles. Además, el jefe de Arabia
Saudí, Mohammed bin Salman, habló no sólo de Palestina, sino también de
la necesidad de apoyar a Irán y a Hezbolá, lo que causó bastante
revuelo, porque Arabia Saudí e Irán se consideraron enemigos mortales.
Lo mismo puede decirse con respecto a Hezbolá.
Por último, en su discurso Mohammed bin Salman dijo explícitamente que
ahora no sólo la existencia de Palestina se encuentra en juego, sino
también el destino de la mezquita de Al-Aqsa, el segundo santuario más
sagrado del islam después de La Meca. Debemos recordar que la operación
de Hamás del 7 de octubre de 2023 se denominó «inundación de Al-Aqsa» y
fue justificada por la amenaza que pesaba sobre el santuario. Está claro
que los dirigentes de Hamás esperaban que esa cumbre árabe-islámica de
emergencia se convocara mucho antes, por ejemplo, justo después del
inicio de la operación terrestre de Israel sobre Gaza. No queda casi
nada de Gaza a estas alturas y los dirigentes de Hamás (y Hezbolá) ya no
están vivos, pero la cumbre se ha celebrado ahora.
Todo lo anterior despierta la siguiente pregunta:
¿por qué ahora? Obviamente debido a Trump. Trump es partidario del
sionismo de derecha liderado por Netanyahu y radicales como Smotrich,
Ben Gvir y el rabino Dov Lior los cuales proclaman abiertamente la
destrucción de la mezquita de al-Aqsa lo antes posible. Tras la elección
de Trump el radical Smotrich declaró abiertamente que ahora ha llegado
el momento de destruir a los palestinos de Cisjordania y, por supuesto,
hacer añicos al-Aqsa. Por mucho que Mahmud Abbas intente mantener una
posición moderada, viendo el genocidio de su pueblo en Gaza, no se podrá
quedar quieto al ver la voluntad inquebrantable de los sionistas de
ponerle fin al problema palestino.
Trump ha acelerado este proceso. Ahora los partidarios de una posición
moderada en las relaciones con Occidente no tienen ningún argumento:
Israel está decidido a destruir o deportar a la población palestina de
Israel, demoler la mezquita de al-Aqsa y empezar a construir el Tercer
Templo. El libro del sionista de derechas Yitzhak Shapira, «La Torá del
Rey», publicado en 2009 y alabado por Dov Lior, teórico del mesianismo
judío, llama explícitamente a la destrucción física de todos los
«enemigos de Israel», incluidos mujeres, niños y ancianos. Esto es
exactamente lo que los israelíes están haciendo en Gaza y ahora han
atacado a la Autoridad Palestina (reconocida por la ONU como Estado) en
Cisjordania.
Todos estos factores obligaron a los líderes del mundo islámico a
superar sus contradicciones internas y reunirse en Riad. Erdogan pidió
el boicot a Israel. Bin Salman exigió el reconocimiento de Palestina y
la consolidación de todos los países islámicos para repeler la agresión
sionista contra los palestinos, Líbano e Irán. Mientras tanto, Israel
también está atacando Siria, por lo que la presencia de Assad en la
cumbre era altamente simbólica.
El polo islámico del mundo multipolar empieza por fin – con enorme
retraso – a adquirir una forma visible. Tal vez los propios dirigentes
de los países del Medio Oriente prefieran seguir rehuyendo a este
proyecto y deseen negociar con Occidente, pero tal camino se está
volviendo peligroso para ellos: la población musulmana de sus propios
países, viendo su pasividad, observando el exterminio masivo de
palestinos a cada minuto y esperando la destrucción de su santuario
religioso, no lo tolerará por mucho tiempo. Sólo una guerra común contra
un enemigo común puede unir a los musulmanes y todo parece llevar hacia
allí."
( Aleksandr Dugin, Jaque al neoliberalismo, 13/11/24, fuente Geopolitika.ru )
No hay comentarios:
Publicar un comentario