31.10.14

La deflación a las puertas, o ya dentro de casa

"(...) Lo que hace especial el dato del pasado martes con respecto a esos datos de 2009 es que ha coincidido una tasa negativa de la inflación general con otra negativa de la subyacente, algo que no había ocurrido en la historia de nuestras estadísticas.(...)

  Probablemente ya llevábamos algún tiempo así. Pero tanto la subida de los impuestos, el IVA y los impuestos especiales, como el mayor coste para los consumidores del copago de los medicamentos o de las tasas universitarias, que todo lo recoge el IPC, habían enmascarado la verdadera situación de deflación que ahora aflora en toda su magnitud. Por qué es mala

Muchos lectores se preguntarán: ¿y qué tiene de malo la deflación? Al fin y al cabo ello supone un abaratamiento de la cesta de consumo y, por tanto, un aumento de la capacidad adquisitiva de los consumidores. Aunque el argumento es correcto, es tremendamente parcial. Ignora los efectos macroeconómicos de la deflación, que son los que preocupan a los economistas, a los organismos e instituciones internacionales y a los mercados. 

Que la deflación es indeseable se demuestra por el hecho de que ningún banco central del mundo, ni siquiera los más ortodoxos, como el BCE o el Banco de Nueva Zelanda, se fija un objetivo de inflación del 0%, precisamente para huir de ese riesgo de deflación.(...)

 los costes macroeconómicos de la deflación se explican fundamentalmente por dos motivos: la distorsión que genera en los precios y salaros reales y su impacto en las expectativas.

 (i) Los precios relativos. La deflación impide o dificulta el ajuste de los precios relativos, cuando éste es necesario.  (...)

En resumen, la deflación provoca aumento de los salarios reales, de los costes regulados reales y de los tipos de interés reales, agravando situaciones de desempleo y recesión. (...)

 (ii) Las expectativas. (...)

Si esperan que los precios vayan a caer, esperarán y retrasaran sus planes de compra o inversión. Ello provocará un enfriamiento adicional de la demanda, empeorando la situación de recesión. Por tanto, la deflación puede generar un circulo vicioso recesión-deflación-expectativas-recesión que empeore aun mas las cosas.

 (iii) El coste del endeudamiento. Todo lo anterior aplica a cualquier economía en una situación de recesión o depresión, pero sin graves problemas de endeudamiento. Pero cuando la economía se encuentra fuertemente endeudada, como es el caso de España, las dificultades se agravan con la deflación. (...)

Es decir, si debes 100.000 euros por tu hipoteca o tu préstamo para montar un negocio, la deflación no te va aminorar dicha deuda. Sin embargo, si los salarios que percibes se reducen por la deflación, o el precio del producto o servicio que tu empresa vende lo tienes que recortar por la deflación, entonces te va a costar más esfuerzo pagar esa deuda, lo que va a elevar la probabilidad de impago de tu préstamo o deuda, algo que pone especialmente nervioso a los mercados.(...)"           (Miguel Sebastian, El Plural, 17/10/2014)

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