"(...) Las rentas de un país pueden derivar del trabajo o pueden derivar de la
propiedad del capital (es decir, de la propiedad que genera rentas). (...)
Las reformas neoliberales iniciadas a principios de la década de los
años ochenta por el Presidente Reagan en EEUU y antes, a finales de los
años setenta, por la Sra. Thatcher en el Reino Unido, y que fueron
reproducidas más tarde por la Tercera Vía (el Sr. Blair en el Reino
Unido y el Sr. Schröder en Alemania) dentro de la socialdemocracia,
redujeron significativamente las rentas del trabajo, a costa de que
subieran las rentas del capital. (...)
Este descenso de las rentas del trabajo tuvo un efecto devastador en la
demanda doméstica en cada uno de estos países, puesto que tal demanda
procede en su mayoría de las rentas del trabajo, de manera que al bajar
estas rentas, bajaron también el consumo y la demanda doméstica,
disminuyendo el estímulo económico y, con ello, generándose un
decrecimiento económico y una destrucción de empleo (con el consiguiente
aumento de la tasa de desempleo y el descenso de la tasa de ocupación).
Y, repito, ahí está la raíz del problema.
En los países donde estas
rentas del trabajo bajaron más, como en España (en 2015, las rentas del
trabajo llegaron a ser tan bajas como un 51,2% de todas las rentas), la
crisis fue mayor. (...)
Es importante señalar que este descenso
de la demanda doméstica fue ocurriendo paulatinamente, y su efecto
negativo no apareció tan rápidamente como hubiera ocurrido si no hubiera
sido por dos eventos que retrasaron la aparición de la crisis.
Uno fue
en Europa, y fue la unión de Alemania, la cual generó un enorme aumento
del gasto público en aquel país (pasando el país de estar en superávit
–un 0,1% del PIB- a un déficit de un 3,4%) en su intento de estimular la
economía de la Alemania del este (cuyo PIB per cápita era mucho menor
que el existente en la Alemania occidental), estímulo que afectó la
demanda no solo en toda Alemania, sino en toda Europa, como consecuencia
de la centralidad de la economía alemana dentro de la economía europea.
Y el otro hecho que aminoró el impacto
negativo del descenso de las rentas del trabajo (como porcentaje de las
rentas totales del país) sobre la demanda doméstica fue el
endeudamiento. Las familias se tuvieron que endeudar para mantener su
nivel de vida.
Este endeudamiento explica el gran crecimiento de la
banca, que fue mayor en aquellos países donde las rentas del trabajo
habían bajado más y donde la población tenía mayor necesidad de
endeudarse, como fue el caso de España. En realidad, nuestro país tiene
un sector bancario hipertrofiado, tres veces mayor (proporcionalmente)
que en EEUU.
Este crecimiento del endeudamiento
disminuyó y retrasó el impacto negativo que la disminución de las rentas
del trabajo hubiera tenido en el consumo y, por lo tanto, en la demanda
doméstica. Retrasarlo, sin embargo, no es lo mismo que eliminarlo.(...)
En realidad, el descenso del crecimiento económico continuó, pero no
tanto como hubiera descendido si el endeudamiento no hubiera permitido
continuar el consumo, aunque este fuera a menos año tras año.
Consecuencia de ello es que las inversiones financieras bajaron su
rentabilidad en el sector de la economía productiva, es decir, donde se
producen los bienes y servicios que la población consume.
De ahí que el
capital financiero (predominantemente la banca) invirtiera, en lugar de
en la economía productiva (en donde se producen los bienes de consumo)
en la economía especulativa, en la cual el sector inmobiliario era
particularmente beneficioso. Estas inversiones especulativas fueron
responsables de las burbujas.
Y entre ellas, en España, hubo la burbuja
inmobiliaria que consumió una enorme cantidad de recursos y que cuando
explotó creó la enorme crisis financiera. De ahí que cuando estas
burbujas inmobiliarias explotaron (haciéndolo primero en EEUU, pero
expandiéndose a Europa enseguida) crearon un gravísimo problema al
sistema bancario europeo, y muy en particular al español.
Y así comenzó
la crisis financiera que estaba basada en la crisis económica, resultado
del enorme crecimiento de las desigualdades sociales, con el descenso
de las rentas del trabajo, a costa del aumento de las rentas del
capital. (...)"
(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 22 de junio de 2016, en vnavarro.org, 22/06/16)
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