9.6.20

"La experiencia vivida en las residencias ha dejado a los profesionales emocionalmente arrasados. Hemos acumulado mucho dolor emocional, mucha inseguridad y miedo, mucha rabia e impotencia"... Hemos utilizado nuestros móviles para facilitar la comunicación y la videoconferencia entre paciente y familia, les hemos dicho que no se preocuparan, que todo iba a salir bien y no fue así…

"Elvira González es la presidenta de la Asociación Española de Técnicos de Enfermería, Emergencias, Sanitarios y Sociosanitarios, un puesto que compagina con su labor en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. 

Con media España acercándose a la denominada "nueva normalidad", profesionales sanitarios como ella hacen balance de estos duros meses desde que se declaró la pandemia por la covid-19. "Hemos acumulado mucho dolor emocional, mucha inseguridad y miedo, mucha rabia e impotencia", admite, con el recuerdo.

Los técnicos sanitarios han llevado la peor parte, han estado trasladando pacientes de covid-19 constantemente en las ambulancias. El 90% de los Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES) están prestando servicios en empresas subcontratadas que realizan servicios públicos, pero en condiciones laborales y con recursos materiales en su mayoría precarios. Los EPIS y las pruebas tipo PCR y serologías han brillado por su ausencia. Puede haber un número importante de fallecidos de los que sólo han trascendido siete a la prensa.

En el caso de los Técnicos en Cuidados de Enfermería (TCE), si tenemos en cuenta que ellos son los profesionales que realizan los cuidados en centros sociosanitarios, nos encontramos que han llevado la carga física, profesional y emocional del horror vivido en las residencias de mayores en España. 

En este caso sólo 11 fallecimientos han trascendido a los medios de comunicación, estimamos que pueden ser más de 30 y también se desconoce el número de contagiados. En la mayoría de centros sociosanitarios, públicos o privados, apenas se han realizado test a los profesionales y en el ámbito sanitario mayormente a los empleados púbicos.


Los Técnicos Sanitarios terminan diluyéndose en otras categorías sanitarias como enfermeras y médicos y engordando estadísticas a conveniencia, puesto que no opera un registro de profesionales que realmente monitorice el número de profesionales, centros donde trabajan y funciones que ejercen.

 Así es, ha sido muy duro, y muy mantenido en el tiempo. Si lo comparamos con otras catástrofes que nos dejaron huella, como atentados terroristas o accidentes aéreos, incluso la medicina de guerra, esto ha sido peor, una tortura alargada en el tiempo, ya que tenía componentes muy diversos y hasta ahora no experimentados.

Hemos acumulado mucho dolor emocional, mucha inseguridad y miedo, mucha rabia e impotencia. La mayoría de nosotros hemos estado meses aislados sin ver a nuestras familias por miedo a contagiarles, hemos enfermado con muchos síntomas, muchos compañeros fallecidos y mucho dolor ajeno por todos esos pacientes y sus familias. Hemos cogido las manos de muchas personas a falta de las de su familiar antes de morir en el hospital, hemos llorado cuando se nos ha muerto una persona sola en la ambulancia y nos hemos preguntado: ¿si hubiésemos sido dos quizás hubiésemos podido hacer algo más?

Hemos visto apilados los cuerpos de nuestros mayores esperando que la UME se los llevara porque los servicios funerarios no daban abasto, hemos cargado con las ultimas palabras de cada paciente y su dolor por no poder despedirse de los suyos, hemos utilizado nuestros móviles para facilitar la comunicación y la videoconferencia entre paciente y familia, les hemos dicho que no se preocuparan, que todo iba a salir bien y no fue así…

 Ahora algunos, aún con síntomas físicos de la covid, están esperando a ver qué pasa cuando la adrenalina baje del todo, cesen los aplausos y aflore todo ese dolor contenido. Con un impacto emocional que aún no sabemos por donde va a salir, quizás nos bajen el sueldo o nos quiten una paga para paliar la crisis económica, no cubran las bajas porque no hay dinero, sigan las ambulancias con un TES, la falta de auxiliares de enfermería en residencias y hospitales.

Cuando esto pase caeremos en el olvido y los técnicos que hemos estado sacando adelante esta crisis sanitaria desde el fango quizás volvamos a ser los grandes olvidados y tengamos que ir a trabajar medicados.

La experiencia vivida en las residencias ha dejado a los profesionales emocionalmente arrasados. Los técnicos en cuidados de enfermería, que han llevado el peso de los cuidados en las residencias, tienen una relación afectiva con los residentes muy marcada, no son pacientes ocasionales, entran un día y se quedan hasta el final de su vida, esto puede significar hasta 15 años, por lo que se crean unos vínculos familiares.


Ser testigo del dolor de las familias al no poder despedirse de ellos, el de los residentes al verse solos y aislados sabiendo el triste final que se les avecinaba y no poder hacer nada, ha sido desgarrador. En los momentos más duros cuando se apilaban los cadáveres esperando que los militares viniesen cuanto antes porque los servicios funerarios estaban colapsados parecía una película de terror, olía a miedo y muerte, la incertidumbre y la impotencia de los profesionales les dejó rotos, aún muchos siguen sin conciliar el sueño.

  Teniendo en cuenta la cantidad tan grande de empresas subcontratadas dando servicio público los profesionales han quedado a merced de la solvencia de esas empresas o responsabilidad de los servicios de prevención. Mientras algunos servicios como SAMUR-PC Madrid iban equipados con trajes NBQ, otros llevaban EPIS de fabricación casera. Incluso los materiales y protocolos de desinfección de ambulancia eran diferentes. Que hubiera unos profesionales de primera y otros de segunda se traducía en una atención al ciudadano que paga los mismos impuestos de primera o de segunda. 

Por poner un ejemplo, en Madrid y en alguna otra comunidad hay ambulancias prestando servicio de urgencias con un solo TES, lo que significa que durante el traslado el paciente va sólo en la parte trasera sin atención sanitaria ni monitorización.  (...)

Por poneros un ejemplo, hay técnicos en emergencias sanitarias que después de titularse, padres de familia y profesionales bien formados, son contratados "en prácticas" cobrando el 60% del salario el primer año y el 75% el segundo. Al terminar estos dos años se van a la calle, un porcentaje muy pequeño se queda como fijo. Estos profesionales están dando una atención sanitaria urgente, en muchas ocasiones yendo solos en una ambulancia.

La sanidad española no son sólo médicos y enfermeros, los técnicos sanitarios somos la infantería silenciosa que nadie ve. No somos ni auxiliares, ni camilleros ni conductores, somos profesionales técnicos sanitarios formados y titulados que cuidamos de los ciudadanos y de nuestros mayores. (...)"                 (Borja Fernández, Público, 06/06/20)

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