15.8.24

Desde 2008 hemos entrado en una crisis de ciclo largo que está aún lejos de resolverse... pero que ha ido conmocionando cada epígrafe de nuestro mundo como una onda sísmica que anima decenas de terremotos por contagio... En este escenario, en el que poco queda a salvo, algunos actores han encontrado el papel de su vida... Ver a Elon Musk utilizar el altavoz que se compró a golpe de talonario para proclamar una inevitable guerra civil nos debería advertir tanto de la obviedad de su piromanía como de la exasperante lentitud de los bomberos... Puede que esta lentitud no sea más que pereza. Es verdad que en el verano de 2024 han sucedido muchas cosas, casi ninguna de ellas buena, tanto como que todas nos han importado cada vez menos. No hay pellizco moral en el análisis, tan sólo constatación de que no damos más de sí (Daniel Bernabé)

"Hubo un tiempo, creo recordar, en que en verano la actualidad parecía detenerse o, mejor dicho, el ámbito de la política echaba el freno. (...)

Lo que se detenía, realmente, era una versión particular de la política, una que se dejaba arrastrar por la inercia de lo conocido cuando parecía que todo iba a ser igual siempre. (...)

Este verano, ya unos cuantos antes, ha sido diferente. Salvo, quizás, por el paréntesis olímpico, nada ha parado. El atentado contra Trump, pasando por la retirada de Biden, los disturbios en Reino Unido o el asesinato de Haniya en Teherán, son hechos que nos indican que cuando la bicicleta del presente se lanza a tumba abierta por la pendiente no hay pausas que valgan frente a su avance. Estamos seguros de su endiablada velocidad, no así del lugar donde se encuentra la meta.

(...) desde 2008 hemos entrado en una crisis de ciclo largo que está aún lejos de resolverse. Una crisis que en su inicio fue económica pero que ha ido conmocionando cada epígrafe de nuestro mundo como una onda sísmica que anima decenas de terremotos por contagio. Una vez que sucede el primer movimiento ninguna estructura conocida queda al margen del temblor.

En este escenario, en el que poco queda a salvo, algunos actores han encontrado el papel de su vida. Como las enfermedades oportunistas, que medran cuando el sujeto cuando está débil por una dolencia preexistente, aprovechan para atacar sin reparos ni piedad a la sociedad que les marcaba los límites. Ver a Elon Musk utilizar el altavoz que se compró a golpe de talonario para proclamar una inevitable guerra civil nos debería advertir tanto de la obviedad de su piromanía como de la exasperante lentitud de los bomberos.

 Puede que esta lentitud no sea más que pereza, una que viene tras acostumbrarnos a lo inédito, tras haber digerido mal las múltiples conmociones de estos últimos años y haber deducido que por mucho que la tostada se caiga, al final, como en las películas, lo hará por el lado bueno. Es verdad que en el verano de 2024 han sucedido muchas cosas, casi ninguna de ellas buena, tanto como que todas nos han importado cada vez menos. No hay pellizco moral en el análisis, tan sólo constatación de que no damos más de sí."      ( Daniel Bernabé , InfoLibre, 13/08/24)

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