En semejante escenario de crisis, el Gobierno no ha dudado en aplicar un severo plan de ajuste que incluye subidas de impuestos, recortes de gastos, suspensión de ayudas fiscales y recortes de salarios en el sector público. La banca, sin embargo, se ha salvado de cualquier tipo de recortes y ha recibido todo el apoyo del Ejecutivo para garantizar su viabilidad.
El último plan, aprobado a principios de este mes, incluye la creación de una agencia nacional de gestión de activos (NAMA, por sus siglas en inglés). A través de esta agencia, el Gobierno comprará a la banca propiedades del sector inmobiliario, préstamos en mora o vigentes por un valor en libros de entre 80.000 y 90.000 millones de euros, una cantidad que supera el 50% del PIB. Según Standard & Poor's (S&P), los activos problemáticos de la banca irlandesa pueden rondar el equivalente a entre el 23% y el 69% del PIB.
(...) como asegura el Fondo Monetario Internacional, el coste para Irlanda de estabilizar su sector financiero puede llegar hasta el 13,9% del PIB, el mayor entre los países desarrollados.
Como decía Paul Krugman esta semana, puede que Irlanda ya haya dejado una lección para la crisis: si las cuentas públicas se deterioran en exceso los países pueden verse obligados a sacrificar la economía para salvar a la banca." (El País, Negocios, 26/04/2009, p. 24)
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