Pero que ustedes se sientan de verdad tranquilizados o no depende de lo que sean: un banquero o alguien que intenta ganarse la vida con otra profesión. (...)
Y aunque los indicadores del mercado de la desconfianza en los bancos, como los tipos de interés aplicables a los bonos bancarios y los precios de la cobertura de riesgo crediticio, han caído un poco en las últimas semanas, siguen rondando niveles que se habrían considerado inconcebibles antes de la crisis. (...)
¿Puede la economía recuperarse incluso con bancos débiles? Tal vez. (...)
Finalmente, dada la posibilidad de que haya mayores pérdidas en el futuro, la evidente falta de voluntad del Gobierno para hacerse con la propiedad de los bancos o para dejarles quebrar crea una situación en la que nosotros perdemos de todas, todas. Si todo va bien, los banqueros ganarán mucho dinero. Si la actual estrategia fracasa, los contribuyentes se verán obligados a financiar otro rescate.
Pues bien, a principios de esta semana, Cohen dijo que el futuro de Wall Street no diferirá mucho de su pasado reciente, y declaró: "No estoy ni mucho menos convencido de que el sistema tenga algún fallo inherente". Oye, ¿y ese pequeño detalle de que ha causado la mayor recesión económica mundial desde la Gran Depresión? Peccata minuta.Estas palabras dan miedo. Son indicio de que, aunque la Reserva Federal y la Administración de Obama sigan insistiendo en que están decididas a imponer una regulación financiera más estricta y una mayor supervisión, los entendidos de Wall Street se están tomando las suaves medidas bancarias tomadas hasta el momento como una señal de que pronto podrán volver a jugar los mismos juegos que antes.
Así que, como he dicho, mientras los banqueros sigan pensando que los resultados de las pruebas de resistencia son "tranquilizadores", los demás deberíamos estar muy, pero que muy, asustados." (Paul Krugman: Hacer hincapié en lo positivo. El País, ed. Galicia, Economía, 09/05/2009, p. 24)
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