La banca causó la crisis y la banca es el talón de Aquiles de la recuperación económica. Eso vale para todo el mundo, pero sobre todo para Europa, donde el revés en los mercados de deuda ha añadido fragilidad a los balances bancarios. Y dentro de Europa, los dos focos de potenciales problemas en las finanzas -junto con casi todo lo que procede de Irlanda- son los bancos regionales alemanes y las cajas españolas. Eso sí, también admite que España no está haciendo las cosas bien, sino "muy bien" en el ámbito de la estabilidad financiera y reconoce que la reestructuración de las cajas "avanza a buena velocidad".
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estrena hoy en Washington su reunión de otoño con un Informe de Estabilidad Financiera que vaticina, además de esas dificultades que afectan a España, una recuperación "más lenta" de lo esperado hace apenas unos meses. Y sobre todo deja una inquietante advertencia en el aire:
"Ha aumentado la probabilidad de que se produzca una coincidencia nefasta de contracción del crédito, desaceleración del crecimiento y debilitamiento de los balances [bancarios]". El FMI se reinventa así como Casandra frente a quienes consideran que lo peor ya ha pasado.
La banca mundial se enfrenta a un 2011 y 2012 muy duros, en los que las entidades financieras deben refinanciar una deuda de más de tres billones de euros: más de tres veces el PIB de España. Eso después de haber acumulado pérdidas por valor de 1,7 billones desde que empezó la crisis, según el informe que ha presentado hoy el español José Viñals, director de mercados monetarios y de capitales del Fondo.
La banca norteamericana necesitará capital adicional y puede enfrentarse a nuevas dificultades por el interminable pinchazo que persiste en el mercado inmobiliario. Pero el Fondo es especialmente puntilloso con Europa, donde los problemas en el mercado de deuda -y el fundamentalismo a favor de la austeridad-han debilitado el crecimiento e incrementan los riesgos vinculados al sector bancario.
El FMI identifica los mayores problemas en bancos de tamaño mediano y en los de los países con mayores presiones en el mercado de deuda -Grecia, Irlanda, Portugal y en menor medida España-, cuyas entidades financieras "tienen limitado el acceso a los mercados de capital y deben hacer frente a costes [en el acceso a la financiación] cada vez mayores". Eso es del todo válido para las pequeñas y medianas entidades españolas, casi sin excepción. (...)
"La banca alemana presenta debilidades en cuanto a su rentabilidad. Las cajas españolas están sufriendo una reforma sustancial y el exceso de capacidad se está viendo reducido", indica el informe del FMI, que recomienda a los bancos centrales que mantengan las medidas extraordinarias de apoyo al sector financiero. En plata: más medicina -barra libre de liquidez y demás- para una banca que no acaba de sanar y cuyas carencias, que se traducen en la falta de crédito, complican una recuperación anémica." (El País, 05/10/2010)
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