En esas condiciones, esos tres países parecen abocados a una reestructuración de su deuda, aunque ese es un tema tabú en el FMI, en Bruselas, en todos lados.
"Esos países necesitan tiempo", aseguró Viñals al ser preguntado sobre el escaso éxito de las ayudas. Una quita de la deuda aliviaría la crisis fiscal y puede que diera más margen en la aplicación de las medidas de ajuste, pero dañaría los balances de los bancos.
El Fondo no contempla esa posibilidad: "Todas las hipótesis se basan en el supuesto de que no habrá reestructuraciones", dijo Viñals.
Y sin embargo el informe apunta que en el futuro hay que lograr que "los tenedores de bonos asuman responsabilidades ante pérdidas futuras". En otras palabras: la banca puede acabar pagando al final parte de la factura. Palabra del FMI." (El País, 14/04/2011)
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