15.9.11

"Irónicamente, las guerras han debilitado la seguridad de Estados Unidos (y del mundo), una vez más en formas que Bin Laden no hubiera podido imaginar"

"El aumento en los gastos de defensa, junto con los recortes tributarios de Bush, conforman la razón clave por la que Estados Unidos pasó de un superávit fiscal del 2% del PIB cuando Bush fue elegido a su lamentable déficit y situación de deuda de hoy en día.

El gasto público directo en dichas guerras, hasta el momento, asciende a aproximadamente dos billones de dólares, lo que significa 17.000 por cada hogar estadounidense, y aún hay facturas pendientes que aumentarán dicha cifra en más del 50%.
 
Es más, como Bilmes y yo mismo argumentamos en nuestro libro The Three Trillion Dollar War (la guerra de los tres billones de dólares), las guerras han contribuido a la debilidad macroeconómica de Estados Unidos, lo que ha exacerbado su déficit y deuda.

Entonces, como ahora, la agitación en Oriente Próximo condujo a precios del petróleo más elevados, lo que obligó a los estadounidenses a gastar en importaciones de petróleo un dinero que de otra manera podría haberse gastado en la compra de bienes producidos en Estados Unidos.

Pero en aquel entonces la Reserva Federal escondió estas debilidades creando una burbuja inmobiliaria que condujo a un boom de consumo. Se necesitarán años para superar el excesivo endeudamiento y la crisis inmobiliaria resultantes.

Irónicamente, las guerras han debilitado la seguridad de Estados Unidos (y del mundo), una vez más en formas que Bin Laden no hubiera podido imaginar. Una guerra impopular hubiera dificultado el reclutamiento militar, pero como Bush trató de engañar a Estados Unidos sobre los costos de la guerra, financió insuficientemente a las tropas, incluso negándose a hacer gastos básicos; por ejemplo, fondos para vehículos blindados y resistentes a las minas que son necesarios para proteger vidas estadounidenses o fondos para la adecuada asistencia médica de los veteranos que regresan.

Un tribunal de Estados Unidos dictaminó recientemente que los derechos de los veteranos habían sido violados. (¡Sorprendentemente, el Gobierno de Obama afirma que se debe restringir el derecho de los veteranos a apelar ante los tribunales!).  (...)

Pero la verdadera fuerza de Estados Unidos, en vez de encontrarse en su poder militar y económico, se encuentra en su poder blando, en su autoridad moral. Y dicho poder también se debilitó, ya que Estados Unidos violó derechos humanos básicos como el hábeas corpus y el derecho a no ser torturado, lo que puso en duda su compromiso histórico con el respeto al derecho internacional.

En Afganistán e Irak, Estados Unidos y sus aliados sabían que para alcanzar la victoria a largo plazo se necesita ganar corazones y opiniones. Pero los errores cometidos en los primeros años de dichas guerras complicaron la ya difícil batalla."                       (JOSEPH E. STIGLITZ: El precio del 11 de septiembre. El País, Negocios, 11/09/2011, p. 14) 

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