"Begoña Marco y Carme Olivet son dos de las 85.233 personas
que, en el último mes, han salido del sistema de Seguridad Social tras
el recorte del PP a la Ley de Dependencia. Ambas dejaron sus empleos
para cuidar a sus hijos, que tienen altos grados de discapacidad.
Desde
que en 2007 el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero puso
en marcha esta nueva legislación, el Estado se hacía cargo de sus cotizaciones a la Seguridad Social. El tijeretazo que incluye el decreto de reforma de esa ley aprobado por el Gobierno del PP las deja fuera del sistema y complica la posibilidad de que puedan tener una pensión en el futuro.
Carme
dejó su trabajo como cuidadora de ancianos para hacerse caso de su hija
Gemma, que a los seis años sufrió un tumor cerebral que la dejó
prácticamente sorda y ciega. Tiene diagnosticada una discapacidad del
98%. A las puertas de la jubilación –tiene 58 años– ve cómo los recortes del PP pueden dificultar el cobro de una futura pensión.
"Dejé
de trabajar para cuidar a mi hija y ahora me quedaré sin pensión porque
no me puedo pagar la Seguridad Social", lamenta en conversación
telefónica desde su casa de Barcelona.
Además, el recorte
del 15% –ha pasado de cobrar 417 a 354 euros– en la prestación que
recibe por cuidar a su hija hace que cada vez tenga que hacer más
números para llegar a fin de mes. "Nos gustaría ahorrar para ella, para
que tenga un remanente para el futuro, pero es imposible",
asegura.
Medidas como el euro por receta implantado por la Generalitat
de Catalunya hacen que la vida de esta familia sea si cabe más
complicada. "Ahora gastamos 40 euros al mes en medicinas. Gemma necesita
además unas pilas para el implante coclear con el que ha recuperado
parte de la audición que valen 60 euros al mes", relata Carme.
La
situación de Begoña tampoco es mucho más positiva. Dejó su empleo en
una empresa distribuidora de productos farmacéuticos para cuidar a su
hijo, aquejado del síndrome de down y con 66% de discapacidad. Ahora, a
pesar de que su hijo requiere sus cuidados de forma continua, busca trabajo "para poder sobrevivir".
"Si lo encuentro, ya veremos cómo nos apañamos", relata. Como todos los
cuidadores de personas dependientes, Begoña también ha sufrido los
recortes en las prestaciones. Ha pasado de cobrar 150 euros a 127. Esta
situación también la obliga a hacer muchas cuentas para poder llegar a
fin de mes. "Nos hemos planteado vender el coche o quitarnos el
teléfono", asegura.
Begoña considera además que estos recortes
atentan contra la oportunidad de que personas como su hijo "tengan una
vida digna". "Si no podemos costear que hagan actividades, nuestros
hijos están condenados a estar todo el día en casa, al lado de sus
madres y sin relacionarse con nadie más", lamenta.
Además, cree que la
decisión del Gobierno del PP de que el Estado no cotice por las
cuidadoras de dependientes –un 92% son mujeres– es un atentando contra
el "derecho a la igualdad" de las mujeres." (Público, 04/12/2012)
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