"Después de despilfarrar miles de millones sin control alguno, Madrid
no ha conseguido los Juegos Olímpicos, pero sin embargo ha logrado
récords mucho más difíciles: ser la capital más endeudada del Europa y
en línea con ello la que mayores cargas financieras tiene que soportar; ser
la capital donde más ha subido la presión fiscal y la que coches
oficiales de uso personal posee, más que todas las capitales europeas
juntas.
Ha logrado ser la capital europea con menor transparencia y
menor control en la concesión de obras de construcción
multimillonarias; ser la capital europea con siete veces más asesores que la siguiente que
más tiene, París; ser la capital europea con más obras de
infraestructura abandonadas o absolutamente inútiles para sus
habitantes; y ahora para colmo se desploma la llegada de turistas.
Aunque
el PP lleva gobernando el municipio de Madrid 22 años con mayoría
absoluta, el grueso del expolio a los ciudadanos y de la ruina de la
capital corresponde a Alberto Ruiz-Gallardón, que entre 2003 y 2011 campó por libre ante la pasividad su 'jefe' Rajoy, que no movió un dedo para frenar su escandalosa orgía de despilfarro.
Con su llegada se producen dos hechos esenciales: el primero, un gasto
desaforado en infraestructuras faraónicas sin beneficio para los
madrileños o tan costosas que ninguna capital europea ha podido
permitírselas, pero que generaban el entusiasmo de los grandes
constructores del palco del Real Madrid.
El segundo, crear un gigantesco tinglado de nepotismo con parientes, amigos y correligionarios, del que la nao capitana
es la legión de 'coordinadores', directores y asesores, con sueldos
entre 60.000 y 90.000 euros, con despachos de lujo, secretarias, coche
con chófer y VISA oro, lo que ha elevado el gasto corriente por encima
de todo índice imaginable. A partir de 2011, su gran enchufada con
vistas a su futuro político, la Sra. de Aznar, ha mantenido y aumentado
el expolio de su predecesor.
En ninguna capital del mundo civilizado ha sucedido nada parecido.
Algunos ejemplos son particularmente escandalosos. Los 254 asesores con
sueldos de hasta 90.000 euros, frente a los 37 de París, 26 de Berlín o
24 de Londres. La Empresa Municipal de la Vivienda tenía 40 empleados
cuando llegó Gallardón, ahora tiene 360; antes no debía un euro y ahora
adeuda 700 millones.
Hay 235 coches oficiales de uso personal en renting al
objeto de cambiarlos cada dos años, y con un coste anual de 17.000
euros por cada uno. La suma de todos los vehículos oficiales de uso
personal de todas las capitales de la UE no llega ni a la mitad
de los que tiene Madrid, solo el llamado Fondo Europeo (un camelo para
enchufar amiguetes y parientes) tiene seis coches oficiales; es de
vergüenza.
Y sin embargo se han reducido en un 40% las ayudas de emergencias, “las
que necesitan algunos madrileños para poder vestirse y comer”(1); se han
recortado nada menos que 85 millones de euros para los dependientes;
han instaurado el “copago progresivo” en la teleasistencia que la Sra.
Botella prometió que nunca se haría..., pero entre recortar coches o
enchufados de lujo y llevar a la indigencia y a la desesperación a los
más necesitados, estos desalmados no tienen duda en su decisión (...)
Pero el golpe de gracia han sido las obras faraónicas inútiles para
el pueblo de Madrid. La primera por su importancia la han conformado las
inversiones para unos inexistentes JJOO, 6.500 millones de euros tirados por la fregadera.
En
ningún país se ha comenzado jamás la construcción de las
infraestructuras olímpicas antes de que los Juegos hubieran sido
adjudicados. Hoy son cementerios costosísimos de mantener; en cualquier
Estado de Derecho ya habría intervenido el Ministerio fiscal para
investigar a los responsables de tan inconcebible prodigalidad.
La segunda inversión propia de un megalómano y perfectamente inútil para los madrileños ha sido la remodelación del palacio de Cibeles como
sede del Ayuntamiento, que ha costado 600 millones de euros, a pesar de
disponer de una histórica en la Plaza de la Villa y más de 400
edificios en Madrid. En ninguna capital del mundo civilizado un alcalde
se ha gastado esa salvajada en acondicionar su sede, es un despilfarro
que clama al cielo. (...)" (Roberto Centeno, El Confidencial, 04/11/2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario