"Un informe de La Caixa certifica que la clase media es la que más ha
sufrido La Gran Recesión. El número de ocupados en la franja salarial
intermedia se ha desplomado un 35%, mucho más de lo que ha descendido en
los tramos bajos o altos. En definitiva, la crisis se salda con una
España bastante más desigual. (...)
Los siete años de crisis se han saldado con una destrucción brutal de
empleo. Pero ésta se ha cebado más si cabe sobre los salarios medios,
ésos que componen la clase media española.
Hasta el punto de que el número de ocupados que se sitúa en la franja intermedia se ha desplomado durante esos años un 35 por ciento,
mucho más de lo que ha descendido en los tramos altos y bajos según se
desprende de un informe elaborado por el servicio de estudios de La Caixa a partir de datos de la EPA y de la Encuesta Trimestral de Costes Laborales del INE.
O lo que es lo mismo, la crisis en España se ha llevado por delante un tercio de los empleos de la clase media,
un destrozo que no ha ocurrido entre los sueldos más altos, cuyo número
se ha mantenido estable a lo largo de la recesión. Y ni siquiera entre
los puestos de trabajo peor retribuidos, que entre 2008 y 2014 tan sólo
han disminuido un 10 por ciento.
Si bien la crisis comenzó fagocitando los trabajos temporales y por
lo tanto peor remunerados, la destrucción de empleo luego se ha
extendido a los puestos con retribuciones intermedias. Es más, en cuanto se ha generado empleo éste se ha disparado en la banda baja, que según el estudio de la Caixa copa el 60 por ciento de la ocupación creada en 2014.
Incluso si se excluye del análisis el sector de la construcción,
la destrucción de empleo en la franja intermedia asciende al 20 por
ciento, una pérdida de ocupación que sigue superando con mucho la
sufrida en los otros dos grupos salariales.
Y como resultado de este patrón, el porcentaje de empleo con salarios
medios respecto al total de ocupados ha caído desde el 29,3 por ciento
registrado a principios de 2008 al 23 por ciento a cierre de 2014. Al
mismo tiempo, ha subido la tasa de trabajadores que se encuadra en los
sueldos bajos y, sobre todo, en los altos (...)
La crisis global comenzó con un exceso de ahorro en China y Alemania
que alteró artificialmente la oferta de dinero y, en consecuencia, el
precio del endeudamiento. En un entorno de crecimiento, la deuda
resultaba tan barata que fomentó una burbuja. Sin embargo, tan pronto se
retiró el dopaje sobrevino el ajuste.
Y éste a su vez aceleró una
tendencia que la burbuja había tapado: aunque la globalización y
el uso intensivo de la tecnología es un fenómeno que en el conjunto del
planeta tiene efectos igualitarios, también está teniendo en mayor o
menor medida efectos sobre la clase media tradicional de los países
desarrollados.
Si antes una fábrica brindaba un empleo que servía para sostener una
familia de clase media, ahora estos puestos de trabajo pueden
deslocalizarse o sustituirse por máquinas o sistemas informáticos. Tan
sólo aguantan los empleos que precisan una presencia física como un obrero, un cuidador, o un camarero. Y aquellos empleos de mayor valor añadido que requieren creatividad, conocimientos o habilidades interpersonales. (...)
En 2014, apenas un 10 por ciento de los nuevos empleos creados en España se correspondieron con la banda de retribuciones medias, (...)" (Antonio Maqueda, Vox Populi, 08/05/2015)
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