26.11.19

Eduardo Garzón: «919 días. Sí se podía. Cómo el Ayuntamiento de Madrid puso la economía al servicio de la gente»... "El Gobierno de Ahora Madrid sirvió para enfrentar el mantra de que la izquierda no sabe gestionar la economía"

 "(...) En el libro hablan de las dificultades que se encontró el Gobierno de Ahora Madrid, tanto por el trato mediático que recibió como por el empleado por el Gobierno de Mariano Rajoy a cuenta de la regla de gasto. Este martes, PSOE y Unidas Podemos firmaron un pacto al que ahora se podrán sumar a otros partidos. 
¿Creen que lo tendrán también difícil?

Carlos Sánchez Mato: Creo que se repiten cosas que tanto Eduardo como yo vivimos en nuestras propias carnes. En 2015, después del acceso al Gobierno de Ahora Madrid, prácticamente lo que se anunció fue el apocalipsis: nada iba a funcionar en la ciudad, la ciudad no iba a ser susceptible de ser mirada con interés por la inversión internacional, íbamos a arruinar las cuentas... Todas esas cosas fueron objeto de editoriales en los medios más importantes de este país. 

Y en el libro demostramos que no solamente era posible actuar de otra manera, sino que los resultados de nuestras políticas económicas son exitosos. Desgraciadamente, lo que no hubo posteriormente a la realización de nuestro programa de gobierno en materia económica fue desmentidos por parte de quienes habían anunciado la hecatombe.  (...)

¿Se arrepienten de haber mantenido el pulso con Montoro por la regla de gasto que propició su salida y les dejó fuera de una de las concejalías más importantes para seguir llevando a cabo políticas sociales?

CSM: Había que recortar 550 millones y hemos visto los resultados que ha tenido desde el punto de vista político. Cuando en el último año de mandato, que es cuando los gobiernos se ponen bonitos y terminan inaugurando el fruto del esfuerzo de la primera parte de la legislatura, tú lo que haces son recortes, lo que ocurre es que tu gente, tus votantes, la ciudadanía en general, no ven los frutos de tu acción. 

No era un capricho intentar seguir manteniendo nuestra senda presupuestaria: era la forma de culminar de manera adecuada un proyecto que había tenido la herramienta presupuestaria como algo fundamental. Hacer un recorte de 550 millones de euros ha tenido como resultado la abstención en los barrios de la periferia de Madrid, donde fue 20 puntos superior a los barrios en los que habitualmente gana la derecha. Eso es lo que impidió que no tuviera éxito una confluencia con un resultado mayoritario de la izquierda en la ciudad de Madrid.

El mejor combate contra la abstención es de verdad ser audaces en la realización de las políticas públicas y es un aprendizaje para el futuro.  (...)


Señor Garzón, cuando se conoció el pacto de gobierno, publicó un tuit en el que aseguró que no le había gustado la parte de la estabilidad presupuestaria...

EG: Son simplemente dos palabras que aparecen en el documento y sobre las que apenas se puede inferir una de ellas, pero sí que revela una especie de obsesión que tiene en este caso la élite económica europea, que es la de que todos los estados y las administraciones públicas tengan que tener superávit público o equilibrio presupuestario, pase lo que pase. Y es simplemente una mención a que el futuro gobierno tenga en cuenta, que antes que lograr el saneamiento de las cuentas públicas está el bienestar de la gente y que uno no puede poner por encima precisamente un objetivo fiscal frente al objetivo de mejorar la vida de la gente.

¿Qué balance hacen del Gobierno de Carmena? ¿Qué creen que recordará la gente?

CSM: Para muchos quedarán polémicas como la del traje los Reyes Magos, pero creo que lo que se construyó desde el punto de vista de acción económica es suficientemente sólido como para merecer no solamente nuestro libro, sino la atención de la gente. Creo que demostramos de una manera muy clara que había otra forma de gestionar, con el marco hostil existente, las cuentas públicas en una ciudad tan grande como Madrid. Incrementando de una manera muy importante la inversión en infraestructuras y equipamientos y la inversión social. Los compañeros del PSOE en el Gobierno central lo podrán visualizar en la realidad que llevamos a cabo en Madrid, también pactando con ellos, porque este tipo de actuaciones fueron el resultado del diálogo con el Partido Socialista en esa etapa.

EG: Sirvió como potente argumento para enfrentar al típico mantra de que la izquierda no sabe gestionar la economía. Con nuestra participación, dentro de que no hicimos la revolución socialista ni mucho menos, y sabiendo que tuvimos una limitación importante, fuimos capaces de hacer algo que nunca la derecha había sido capaz de hacer: mejorar la inversión social y mejorar la calidad de vida de la gente, al mismo tiempo que se cuadraban las cuentas haciéndolo posible desde postulados de izquierda pensando en el bienestar de la gente y no en el de los negocios.

Al principio del libro hablan mucho de la deuda, de cómo la encontraron y de la gestión que se hizo sobre la misma. ¿No es un poco raro, desde un gobierno de izquierdas, presumir de la reducción de la deuda en una ciudad que tenía y tiene tantas necesidades?

CSM: Jamás presumimos. No era nuestro objetivo la deuda, sino mejorar las condiciones de vida y bienestar de la gente de nuestra ciudad, pero lo paradójico es que conseguimos ambas cosas.

EG: Nosotros nunca presumimos, pero ocurrió una cosa muy curiosa y era que era muy goloso para cualquier medio de comunicación titular que el Ayuntamiento estaba reduciendo la deuda al mismo tiempo que la Comunidad de Madrid la estaba aumentando porque eran dos formaciones política enfrentadas y de cara a generar un titular atractivo acababa eclipsando todo lo que queríamos contar, que era que no era lo importante.

Una parte de las críticas sostenía que lo que estaba detrás de la reducción de la deuda era la falta de ejecución presupuestaria. En el libro desmontan esa parte aunque también hacen autocrítica.

CSM: Una parte de esa dificultad para ejecutar fueron las resistencias de los propios engranajes de la administración local madrileña. Pero luego hubo otra muy importante: sufrimos continuos ataques por parte de Delegación de Gobierno y del Ministerio de Hacienda, que dificultaron la propia ejecución del presupuesto. Llegamos a tener paralizada la ejecución de las obras que estábamos realizando y como nosotros decíamos, ¿a quién le molesta que pongamos elementos de protección cardiovascular en los mercados de Madrid? Pero los datos de ejecución son muy claros: fueron 800 millones de euros más en el mandato, respecto al anterior gobierno del PP, sin tener en cuenta la deuda. Se podría haber ido mucho más allá: podríamos haber conseguido que en vez de que las cuentas bancarias del Ayuntamiento el último día tuvieran 1.900 millones sin gastar, hubiera sido mejor que estuvieran las calles más limpias, más arregladas... Pero el obstáculo fue legal y de voluntad política. (...)

Uno de los detonantes de su cese como concejal y su salida de la Concejalía de Economía y Hacienda fue la guerra con Montoro y la regla de gasto. Pero hubo más motivos que fueron más internos.

CSM: Todos los planteamientos que se van desgranando en los diferentes capítulos tienen que ver con un proceso de auditoría de la deuda y de las políticas públicas que afloró irregularidades e ilegalidades de enorme tamaño en la ciudad. Un proceso en este caso, además, especialmente desarrollado y coordinado por Edu, que consiguió aflorar miles de millones de euros en irregularidades muy importantes. ¿Qué fue lo que ocurrió? Que eso tocaba a los poderes fácticos, a gente muy importante en la ciudad, gente que levanta el teléfono y se le cuadra todo el mundo. Humildemente, nosotros no.

¿Quiere decir que se cuadraba parte del gobierno de Ahora Madrid y la oposición también fue interna?

CSM: Sí, es evidente.

EG: Lo contamos en el libro, pero el objetivo no es hacer sangre ni buscar revanchismo, sino tratar de contar lo mejor que vivimos en esa experiencia, para que sirva luego.  (...)

CSM: Hay quien puede llegar a pensar que lo único que hacíamos durante las larguísimas jornadas, día tras día, era pelearnos con Montoro. Y nada más lejos de la realidad. Pusimos en marcha políticas de contratación pública que han sido pioneras en todo el Estado, que incluyen cláusulas sociales, medioambientales y de comercio justo en la contratación pública del Ayuntamiento de Madrid, que han mejorado la vida a mucha gente.

Les quería preguntar por la auditoría de la deuda. ¿Qué pasó con esa promesa electoral?

EG: Ese ejemplo es muy representativo, porque nos encontramos palos en las ruedas por parte de nuestro propio gobierno, porque consideraban que no era prioritario contar los desmanes y las irregularidades del Partido Popular, sino que había que centrarse en el futuro. Y creo que lo demuestra que es justo cuando nosotros fuimos expulsados del área, la auditoría de la deuda y la política pública se paralizó y no salió adelante nada.

CSM: Quienes pensaban que lo hacíamos por revancha se equivocaba completamente. Lo que ocurre es que era un flujo de dinero que se estaba yendo, no precisamente por el sumidero, sino que estaba alimentando a esos poderes económicos y fácticos que controlan el Ayuntamiento. 

Madrid Calle 30, por ejemplo, cuesta más a las arcas públicas porque su gestión no es pública, como ha publicado eldiario.es y también cuentan ustedes en el libro.

CSM: Cómo funciona una empresa mixta como Madrid Calle 30 es una de las situaciones más dolorosas porque supone un expolio público de un tamaño enorme y ese tipo de situaciones hay que revertirlas. Lo que pasa es que revertirlas supone enfrentarse a personas muy poderosas. (...)

Hablaban de las presiones por la regla de gasto, pero también impulsaron comisiones de investigación que motivaron mucha contestación.

CSM: Los trabajos de cada una de las comisiones de investigación, de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo, la de M-30 y todos los trabajos de la Subdirección General de la Auditoría y del equipo, tuvieron obstáculos continuos: externos e internos. Así es. Y cada uno responde a una dinámica que puede no ser exactamente la misma. Lo que nosotros teníamos claro es que el dinero de todos es sagrado y no se puede permitir que se malgaste. Si algo demostró nuestra área de gobierno fue precisamente que ese tipo de cosas no las consentíamos. Hasta en detalles como que se redujeron en prácticamente la mitad el número de altos cargos de nuestra área. Es verdad que otras contrataron más, pero desde luego en Economía y Hacienda demostramos que había otra forma de hacer las cosas...  (...)

Llegan a plantear al final del capítulo que muchos técnicos crecen dentro de la administración porque llegan incluso a ser “cómplices d actuaciones irregulares de dudosa legalidad”. ¿Para que haya un político corrupto, se necesita un funcionario corrupto?

CSM: En muchos casos sí, no necesariamente, pero en muchos casos sí. Es una herramienta imprescindible para quienes quieren saltarse la ley y la norma.

EG: Nos contaron algunos funcionarios que durante la época del Partido Popular habían sido presionados para que firmaran determinado documento que no querían firmar y que cuando no pasaban por el aro eran defenestrados. Es decir, los llevaron al puesto más aburrido, el que menos condición laboral y que peores condiciones laborales tenía. Evidentemente necesitan la complicidad de algunos funcionarios y para otras.

En el libro también tratan las remunicipalizaciones. En el caso de Funeraria, pasó a tener beneficios de más de 4 millones de euros el primer año bajo la gestión pública. Pero el nuevo gobierno de coalición ahora quiere volver al modelo de gestión privada.

CSM: Eso es corrupción legal. Lo que quieren hacer es corrupción legal. Cuando privatizaron anteriormente funeraria se demostró que había sido, además de ser corrupción legal, también corrupción ilegal, porque Luis María Huete fue condenado por esa actuación favorecedora para que los privados se enriquecieran seguramente a cambio de algo. Lo que ocurrió es que había prescrito el delito, pero eso no quita que fuera delito. La corrupción legal es hacer que el servicio público que debe ser prestado de manera directa y que ha demostrado por nuestra gestión, que es exitoso, se ha convertido en un nicho de negocio y de obtención de rentabilidad para en este caso una empresa privada.

EG: Es corrupción legal porque lo que es de todos se lo dan a unos cuantos, es así de sencillo. Algunos lo podrían llamar incluso robar. Pero en el libro hacemos hincapié en que no es sólo una cuestión tan básica como que hay por medio unos intereses privados, sino que además la propia legislación española favorece que la gestión sea directa por parte de las administraciones públicas. Explicamos que hay bonificaciones por impuesto de sociedades y también incluso bonificaciones por IVA. O sea que la propia legislación favorece que la gestión directa sea más barata y, por lo tanto, también más eficiente.

Una de las cosas que denunciaron ante la Fiscalía fue el contrato del Open de tenis. El PP le llevó a los tribunales por aquello y ahora están a un paso de ir a al banquillo de los acusados. ¿Actuaron mal?

CSM: No solo el PP, también Villarejo, que no es un detalle menor. El PP y Villarejo de la mano, actuando como lo que son, como dos cloacas, en este caso, persiguiendo a quienes persiguen su corrupción. Nada nuevo bajo el sol. Ni he sido el primero, ni la compañera Celia Mayer tampoco, ni seremos los últimos. No hemos hecho nada y no creemos que vayamos a estar ni siquiera sentados en el banquillo en ningún momento. El planteamiento que hizo la asociación auspiciada por Villarejo fue que si desde IU retirábamos de la acusación popular en la Operación Tándem que le mantiene en prisión por delitos gravísimos, este caso hubiera desaparecido. Pero nosotros no cedemos ante las presiones.

Hablan en el libro también de los retos que quedaron pendientes: la renta social municipal, el apoyo al pequeño comercio... ¿Cuál creen que era el más urgente o cuál es el que les hubiera gustado poner en marcha antes de su salida?

EG: La renta social municipal. En Madrid hay gente que no tiene ningún tipo de ingreso y se ve obligado a recurrir a la mendicidad, cuando con una renta social que no supone muchísimos recursos tendríamos muchos problemas que solucionados, o al menos, mitigados. Y era sencillo de hacer porque la renta mínima de inserción de la Comunidad de Madrid se gestiona desde el Ayuntamiento de Madrid. Entonces es tan sencillo como coger a la gente que está en lista de espera y cuantificar por cada uno de ellos el coste y era algo absolutamente factible. El problema podía ser más jurídico porque la competencia de una corporación local para este tipo de cuestiones no está clara.

CSM: Por lo que supone una quinceava parte del superávit de Madrid, se hubiera puesto el suplemento de la renta social municipal hasta un nivel absolutamente digno, hasta llegar a los 600 ó 700 euros. Avanzamos mucho en eso. (...)"                   

 (Entrevista a Carlos Sánchez Mato y Eduardo Garzón, Fátima Caballero, eldiario.es, 15/11/19)


"¡Muy contento de anunciar la publicación de un nuevo libro!  (...)

Explicamos de una forma pedagógica y accesible a todo el mundo cómo dimos la vuelta a todas las prácticas irregulares del PP, cómo disparamos la inversión social y en pequeñas infraestructuras al mismo tiempo que reducíamos la deuda pública, y cómo hicimos más justo el sistema tributario. También contamos cómo la derecha mediática y política utilizó todos los medios posibles para intentar pararnos los pies y que no cundiera nuestro ejemplo, hasta llegar a conseguirlo gracias al apoyo de parte del gobierno de Ahora Madrid, que no resistió tanta presión.

La derecha se ha encargado siempre de difundir la idea de que la izquierda no sabe gestionar bien la economía. Bueno, pues este libro es una contundente demostración de que eso es categóricamente falso. La economía se puede poner al servicio de la gente; es lo que hicimos y es lo que seguiremos haciendo.

 Cualquier proyecto político de izquierdas que ponga en riesgo los privilegios de la élite tendrá que afrontar importantes dificultades. Conocerlas es el primer paso para superarlas cuando dicha oportunidad vuelva a presentarse."                      (Eduardo Garzón, 29/10/19)

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