"(...) En el libro hablan de las
dificultades que se encontró el Gobierno de Ahora Madrid, tanto por el
trato mediático que recibió como por el empleado por el Gobierno de
Mariano Rajoy a cuenta de la regla de gasto. Este martes, PSOE y Unidas
Podemos firmaron un pacto al que ahora se podrán sumar a otros partidos.
¿Creen que lo tendrán también difícil?
Carlos Sánchez Mato: Creo
que se repiten cosas que tanto Eduardo como yo vivimos en nuestras
propias carnes. En 2015, después del acceso al Gobierno de Ahora Madrid,
prácticamente lo que se anunció fue el apocalipsis: nada iba a
funcionar en la ciudad, la ciudad no iba a ser susceptible de ser mirada
con interés por la inversión internacional, íbamos a arruinar las
cuentas... Todas esas cosas fueron objeto de editoriales en los medios
más importantes de este país.
Y en el libro demostramos que no solamente
era posible actuar de otra manera, sino que los resultados de nuestras
políticas económicas son exitosos. Desgraciadamente, lo que no hubo
posteriormente a la realización de nuestro programa de gobierno en
materia económica fue desmentidos por parte de quienes habían anunciado
la hecatombe. (...)
¿Se arrepienten de haber mantenido el
pulso con Montoro por la regla de gasto que propició su salida y les
dejó fuera de una de las concejalías más importantes para seguir
llevando a cabo políticas sociales?
CSM:
Había que recortar 550 millones y hemos visto los resultados que ha
tenido desde el punto de vista político. Cuando en el último año de
mandato, que es cuando los gobiernos se ponen bonitos y terminan
inaugurando el fruto del esfuerzo de la primera parte de la legislatura,
tú lo que haces son recortes, lo que ocurre es que tu gente, tus
votantes, la ciudadanía en general, no ven los frutos de tu acción.
No
era un capricho intentar seguir manteniendo nuestra senda
presupuestaria: era la forma de culminar de manera adecuada un proyecto
que había tenido la herramienta presupuestaria como algo fundamental.
Hacer un recorte de 550 millones de euros ha tenido como resultado la
abstención en los barrios de la periferia de Madrid, donde fue 20 puntos
superior a los barrios en los que habitualmente gana la derecha. Eso es
lo que impidió que no tuviera éxito una confluencia con un resultado
mayoritario de la izquierda en la ciudad de Madrid.
El mejor combate contra la abstención es de verdad ser audaces en la realización de las políticas públicas y es un aprendizaje para el futuro. (...)
Señor Garzón, cuando se conoció el
pacto de gobierno, publicó un tuit en el que aseguró que no le había
gustado la parte de la estabilidad presupuestaria...
EG:
Son simplemente dos palabras que aparecen en el documento y sobre las
que apenas se puede inferir una de ellas, pero sí que revela una especie
de obsesión que tiene en este caso la élite económica europea, que es
la de que todos los estados y las administraciones públicas tengan que
tener superávit público o equilibrio presupuestario, pase lo que pase. Y
es simplemente una mención a que el futuro gobierno tenga en cuenta,
que antes que lograr el saneamiento de las cuentas públicas está el
bienestar de la gente y que uno no puede poner por encima precisamente
un objetivo fiscal frente al objetivo de mejorar la vida de la gente.
¿Qué balance hacen del Gobierno de Carmena? ¿Qué creen que recordará la gente?
CSM:
Para muchos quedarán polémicas como la del traje los Reyes Magos, pero
creo que lo que se construyó desde el punto de vista de acción económica
es suficientemente sólido como para merecer no solamente nuestro libro,
sino la atención de la gente. Creo que demostramos de una manera muy
clara que había otra forma de gestionar, con el marco hostil existente,
las cuentas públicas en una ciudad tan grande como Madrid. Incrementando
de una manera muy importante la inversión en infraestructuras y
equipamientos y la inversión social. Los compañeros del PSOE en el
Gobierno central lo podrán visualizar en la realidad que llevamos a cabo
en Madrid, también pactando con ellos, porque este tipo de actuaciones
fueron el resultado del diálogo con el Partido Socialista en esa etapa.
EG:
Sirvió como potente argumento para enfrentar al típico mantra de que la
izquierda no sabe gestionar la economía. Con nuestra participación,
dentro de que no hicimos la revolución socialista ni mucho menos, y
sabiendo que tuvimos una limitación importante, fuimos capaces de hacer
algo que nunca la derecha había sido capaz de hacer: mejorar la
inversión social y mejorar la calidad de vida de la gente, al mismo
tiempo que se cuadraban las cuentas haciéndolo posible desde postulados
de izquierda pensando en el bienestar de la gente y no en el de los
negocios.
Al principio del libro hablan mucho de la deuda, de cómo
la encontraron y de la gestión que se hizo sobre la misma. ¿No es un
poco raro, desde un gobierno de izquierdas, presumir de la reducción de
la deuda en una ciudad que tenía y tiene tantas necesidades?
CSM: Jamás
presumimos. No era nuestro objetivo la deuda, sino mejorar las
condiciones de vida y bienestar de la gente de nuestra ciudad, pero lo
paradójico es que conseguimos ambas cosas.
EG: Nosotros
nunca presumimos, pero ocurrió una cosa muy curiosa y era que era muy
goloso para cualquier medio de comunicación titular que el Ayuntamiento
estaba reduciendo la deuda al mismo tiempo que la Comunidad de Madrid la
estaba aumentando porque eran dos formaciones política enfrentadas y de
cara a generar un titular atractivo acababa eclipsando todo lo que
queríamos contar, que era que no era lo importante.
Una
parte de las críticas sostenía que lo que estaba detrás de la reducción
de la deuda era la falta de ejecución presupuestaria. En el libro
desmontan esa parte aunque también hacen autocrítica.
CSM:
Una parte de esa dificultad para ejecutar fueron las resistencias de
los propios engranajes de la administración local madrileña. Pero luego
hubo otra muy importante: sufrimos continuos ataques por parte de
Delegación de Gobierno y del Ministerio de Hacienda, que dificultaron la
propia ejecución del presupuesto. Llegamos a tener paralizada la
ejecución de las obras que estábamos realizando y como nosotros
decíamos, ¿a quién le molesta que pongamos elementos de protección
cardiovascular en los mercados de Madrid? Pero los datos de ejecución
son muy claros: fueron 800 millones de euros más en el mandato, respecto
al anterior gobierno del PP, sin tener en cuenta la deuda. Se podría
haber ido mucho más allá: podríamos haber conseguido que en vez de que
las cuentas bancarias del Ayuntamiento el último día tuvieran 1.900
millones sin gastar, hubiera sido mejor que estuvieran las calles más
limpias, más arregladas... Pero el obstáculo fue legal y de voluntad
política. (...)
Uno de los detonantes de su cese como
concejal y su salida de la Concejalía de Economía y Hacienda fue la
guerra con Montoro y la regla de gasto. Pero hubo más motivos que fueron
más internos.
CSM:
Todos los planteamientos que se van desgranando en los diferentes
capítulos tienen que ver con un proceso de auditoría de la deuda y de
las políticas públicas que afloró irregularidades e ilegalidades de
enorme tamaño en la ciudad. Un proceso en este caso, además,
especialmente desarrollado y coordinado por Edu, que consiguió aflorar
miles de millones de euros en irregularidades muy importantes. ¿Qué fue
lo que ocurrió? Que eso tocaba a los poderes fácticos, a gente muy
importante en la ciudad, gente que levanta el teléfono y se le cuadra
todo el mundo. Humildemente, nosotros no.
¿Quiere decir que se cuadraba parte del gobierno de Ahora Madrid y la oposición también fue interna?
CSM: Sí, es evidente.
EG: Lo contamos en el libro, pero el objetivo no es hacer sangre ni buscar revanchismo, sino tratar de contar lo mejor que vivimos en esa experiencia, para que sirva luego. (...)
CSM: Hay quien puede llegar a
pensar que lo único que hacíamos durante las larguísimas jornadas, día
tras día, era pelearnos con Montoro. Y nada más lejos de la realidad.
Pusimos en marcha políticas de contratación pública que han sido
pioneras en todo el Estado, que incluyen cláusulas sociales,
medioambientales y de comercio justo en la contratación pública del
Ayuntamiento de Madrid, que han mejorado la vida a mucha gente.
Les quería preguntar por la auditoría de la deuda. ¿Qué pasó con esa promesa electoral?
EG:
Ese ejemplo es muy representativo, porque nos encontramos palos en las
ruedas por parte de nuestro propio gobierno, porque consideraban que no
era prioritario contar los desmanes y las irregularidades del Partido
Popular, sino que había que centrarse en el futuro. Y creo que lo
demuestra que es justo cuando nosotros fuimos expulsados del área, la
auditoría de la deuda y la política pública se paralizó y no salió
adelante nada.
CSM:
Quienes pensaban que lo hacíamos por revancha se equivocaba
completamente. Lo que ocurre es que era un flujo de dinero que se estaba
yendo, no precisamente por el sumidero, sino que estaba alimentando a
esos poderes económicos y fácticos que controlan el Ayuntamiento.
Madrid Calle 30, por ejemplo, cuesta más a las arcas públicas porque su gestión no es pública, como ha publicado eldiario.es y también cuentan ustedes en el libro.
CSM: Cómo funciona una empresa mixta como Madrid Calle 30 es una de las situaciones más dolorosas porque supone un expolio público de un tamaño enorme y ese tipo de situaciones hay que revertirlas. Lo que pasa es que revertirlas supone enfrentarse a personas muy poderosas. (...)
Hablaban de las presiones por la
regla de gasto, pero también impulsaron comisiones de investigación que
motivaron mucha contestación.
CSM:
Los trabajos de cada una de las comisiones de investigación, de la
Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo, la de M-30 y todos los
trabajos de la Subdirección General de la Auditoría y del equipo,
tuvieron obstáculos continuos: externos e internos. Así es. Y cada uno
responde a una dinámica que puede no ser exactamente la misma. Lo que
nosotros teníamos claro es que el dinero de todos es sagrado y no se
puede permitir que se malgaste. Si algo demostró nuestra área de
gobierno fue precisamente que ese tipo de cosas no las consentíamos.
Hasta en detalles como que se redujeron en prácticamente la mitad el
número de altos cargos de nuestra área. Es verdad que otras contrataron
más, pero desde luego en Economía y Hacienda demostramos que había otra
forma de hacer las cosas... (...)
Llegan a plantear al final del
capítulo que muchos técnicos crecen dentro de la administración porque
llegan incluso a ser “cómplices d actuaciones irregulares de dudosa
legalidad”. ¿Para que haya un político corrupto, se necesita un
funcionario corrupto?
CSM: En
muchos casos sí, no necesariamente, pero en muchos casos sí. Es una
herramienta imprescindible para quienes quieren saltarse la ley y la
norma.
EG:
Nos contaron algunos funcionarios que durante la época del Partido
Popular habían sido presionados para que firmaran determinado documento
que no querían firmar y que cuando no pasaban por el aro eran
defenestrados. Es decir, los llevaron al puesto más aburrido, el que
menos condición laboral y que peores condiciones laborales tenía.
Evidentemente necesitan la complicidad de algunos funcionarios y para
otras.
En el libro también tratan
las remunicipalizaciones. En el caso de Funeraria, pasó a tener
beneficios de más de 4 millones de euros el primer año bajo la gestión
pública. Pero el nuevo gobierno de coalición ahora quiere volver al
modelo de gestión privada.
CSM:
Eso es corrupción legal. Lo que quieren hacer es corrupción legal.
Cuando privatizaron anteriormente funeraria se demostró que había sido,
además de ser corrupción legal, también corrupción ilegal, porque Luis
María Huete fue condenado por esa actuación favorecedora para que los
privados se enriquecieran seguramente a cambio de algo. Lo que ocurrió
es que había prescrito el delito, pero eso no quita que fuera delito. La
corrupción legal es hacer que el servicio público que debe ser prestado
de manera directa y que ha demostrado por nuestra gestión, que es
exitoso, se ha convertido en un nicho de negocio y de obtención de
rentabilidad para en este caso una empresa privada.
EG:
Es corrupción legal porque lo que es de todos se lo dan a unos cuantos,
es así de sencillo. Algunos lo podrían llamar incluso robar. Pero en el
libro hacemos hincapié en que no es sólo una cuestión tan básica como
que hay por medio unos intereses privados, sino que además la propia
legislación española favorece que la gestión sea directa por parte de
las administraciones públicas. Explicamos que hay bonificaciones por
impuesto de sociedades y también incluso bonificaciones por IVA. O sea
que la propia legislación favorece que la gestión directa sea más barata
y, por lo tanto, también más eficiente.
Una
de las cosas que denunciaron ante la Fiscalía fue el contrato del Open
de tenis. El PP le llevó a los tribunales por aquello y ahora están a un
paso de ir a al banquillo de los acusados. ¿Actuaron mal?
CSM:
No solo el PP, también Villarejo, que no es un detalle menor. El PP y
Villarejo de la mano, actuando como lo que son, como dos cloacas, en
este caso, persiguiendo a quienes persiguen su corrupción. Nada nuevo
bajo el sol. Ni he sido el primero, ni la compañera Celia Mayer tampoco,
ni seremos los últimos. No hemos hecho nada y no creemos que vayamos a
estar ni siquiera sentados en el banquillo en ningún momento. El
planteamiento que hizo la asociación auspiciada por Villarejo fue que si
desde IU retirábamos de la acusación popular en la Operación Tándem que
le mantiene en prisión por delitos gravísimos, este caso hubiera
desaparecido. Pero nosotros no cedemos ante las presiones.
Hablan
en el libro también de los retos que quedaron pendientes: la renta
social municipal, el apoyo al pequeño comercio... ¿Cuál creen que era el
más urgente o cuál es el que les hubiera gustado poner en marcha antes
de su salida?
EG:
La renta social municipal. En Madrid hay gente que no tiene ningún tipo
de ingreso y se ve obligado a recurrir a la mendicidad, cuando con una
renta social que no supone muchísimos recursos tendríamos muchos
problemas que solucionados, o al menos, mitigados. Y era sencillo de
hacer porque la renta mínima de inserción de la Comunidad de Madrid se
gestiona desde el Ayuntamiento de Madrid. Entonces es tan sencillo como
coger a la gente que está en lista de espera y cuantificar por cada uno
de ellos el coste y era algo absolutamente factible. El problema podía
ser más jurídico porque la competencia de una corporación local para
este tipo de cuestiones no está clara.
CSM:
Por lo que supone una quinceava parte del superávit de Madrid, se
hubiera puesto el suplemento de la renta social municipal hasta un nivel
absolutamente digno, hasta llegar a los 600 ó 700 euros. Avanzamos
mucho en eso. (...)"
(Entrevista a Carlos Sánchez Mato y Eduardo Garzón, Fátima Caballero, eldiario.es, 15/11/19)
Explicamos de una forma pedagógica y accesible a todo el mundo cómo
dimos la vuelta a todas las prácticas irregulares del PP, cómo
disparamos la inversión social y en pequeñas infraestructuras al mismo
tiempo que reducíamos la deuda pública, y cómo hicimos más justo el
sistema tributario. También contamos cómo la derecha mediática y
política utilizó todos los medios posibles para intentar pararnos los
pies y que no cundiera nuestro ejemplo, hasta llegar a conseguirlo
gracias al apoyo de parte del gobierno de Ahora Madrid, que no resistió
tanta presión.
La derecha se ha encargado siempre de difundir la idea de que la
izquierda no sabe gestionar bien la economía. Bueno, pues este libro es
una contundente demostración de que eso es categóricamente falso. La
economía se puede poner al servicio de la gente; es lo que hicimos y es
lo que seguiremos haciendo.
Cualquier proyecto político de izquierdas
que ponga en riesgo los privilegios de la élite tendrá que afrontar
importantes dificultades. Conocerlas es el primer paso para superarlas
cuando dicha oportunidad vuelva a presentarse." (Eduardo Garzón, 29/10/19)
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