30.6.20

¿Cómo han valorado los españoles la gestión de la pandemia? Tenemos la peculiaridad curiosa de que sea la clase alta la que muestra una mayor irritación con el gobierno... su insatisfacción llega al 69%, quedándose en el 58% la clase baja

"(...) estudio encargado por el Parlamento Europeo en el que se preguntaba a los ciudadanos de 21 países europeos por sus opiniones acerca de la pandemia y de las medidas que han adoptado los Estados y la Unión Europea.  

(...) España tiene la opinión pública más descontenta de Europa, seguida por Polonia y Francia. El contraste de España con Portugal resulta muy llamativo: mientras que en Portugal menos del 20% critica la gestión del gobierno, en España supera el 60%, más del triple. Los tres países que salen mejor parados son Dinamarca, Irlanda y Portugal.

¿A qué se deben estas diferencias tan enormes?

 Parece que la insatisfacción depende en mayor medida del número total de muertos (correlación de .48), con independencia del tamaño de la población en el país, que de la tasa de mortalidad (correlación de sólo .27).
 
Ahora bien, en cuanto se examinan los datos de fallecidos, resulta evidente que algo no cuadra. Polonia es el segundo país más insatisfecho (57%), pero el 27 de abril sólo había tenido 535 muertes, frente a las 5.750 de Alemania, con tan sólo un 30% de insatisfechos. Más extraño aún resulta el caso de Bulgaria, con sólo 56 muertos y una insatisfacción del 51%. (...) los países del Este de Europa siguen una pauta muy distinta a la de los países occidentales.

 Los países del Este apenas cuentan con fallecidos, pero sin embargo tienen niveles muy elevados de insatisfacción con sus gobiernos. Esto puede deberse a la desafección política y a la baja calidad de la democracia. Hagan lo que hagan los gobiernos en estos países, se encontrarán con la desaprobación ciudadana.

 (...) el factor más importante, bastante más que el número de fallecidos, es la calidad del componente liberal de la democracia (independencia judicial, división de poderes, etc.). Cuanto menor es dicha calidad, más irritación muestran los ciudadanos. La desconfianza en los partidos también es relevante: en los países con menor satisfacción en los partidos, la valoración del gobierno es peor, más allá del número de muertos que se registren. (...)

En el caso de los países de Europa occidental, no hay variaciones importantes en la puntuación del componente liberal de la democracia, por lo que esta variable no tiene mayor utilidad. Sin embargo, la confianza en los partidos sí es importante aun teniendo en cuenta el número de fallecidos. En los países en los que se confía menos en los partidos políticos en general, la valoración de la gestión de los gobiernos es más negativa 

(...) en los países con baja confianza en los partidos políticos, el número de fallecidos ha sido mayor (la relación es estadísticamente significativa). Esto podría tener sentido si el indicador de confianza en los partidos reflejara las disfuncionalidades del sistema político. En sociedades con confianza más baja en los partidos, el gobierno funcionaría peor y la ciudadanía reaccionaría de forma muy crítica con los malos resultados.

En suma, parece que hay un componente político importante en los factores que explican la insatisfacción de los ciudadanos con los gobiernos en la crisis de la covid-19. No sólo importa el número de fallecidos. El contexto político resulta asimismo determinante.

3. La singularidad española: la revuelta de la clase alta

Como mencionaba al principio, España destaca por los altos niveles de crispación alcanzados en torno a la gestión de la pandemia. La polarización en las opiniones es casi total. Una comparación con Francia e Italia, los otros dos países con cifras semejantes de fallecidos, lo muestra rápidamente. En los tres países, las opiniones sobre la gestión del ejecutivo dependen en gran medida de si la persona apoya en general al gobierno o no. Ahora bien, hay diferencias interesantes. 

Así, entre quienes en general no apoyan al gobierno, un 18% en Francia está satisfecho con la gestión de la covid-19, mientras que el porcentaje equivalente en Italia es el 13% y en España sólo el 5%. Este porcentaje tan bajo sea probablemente consecuencia de que la derecha política y mediática haya llevado la estrategia de la crispación al límite.

Asimismo, España es el país en el que las diferencias de clase social son más relevantes para entender la división entre quienes están satisfechos o insatisfechos con la gestión del gobierno. Este resultado es ciertamente sorprendente: las manifestaciones de los llamados “cayetanos” no fueron una mera anécdota pintoresca, el debate político español ha activado un especial rechazo a la gestión del gobierno en las familias más acomodadas. 

Los datos del Eurobarómetro muestran que en España ni la educación, ni el género, ni la edad, ni el hecho de vivir con hijos en la casa, producen grandes diferencias en la valoración de la gestión del gobierno. Sin embargo, la clase social sí que produce cambios importantes.  (...)

En Italia no se aprecia variación alguna, en Francia es la clase trabajadora la que muestra en todo caso una actitud más crítica, mientras que en España hay una diferencia de más diez puntos entre la clase alta y la clase baja. En la clase alta la insatisfacción con el gobierno llega al 69%, quedándose en el 58% en la clase baja. Esta diferencia es estadísticamente significativa.  (...)

Los datos de España confirman que la estrategia de crispación de la derecha ha tenido cierto éxito, con la peculiaridad curiosa de que sea la clase alta la que muestra una mayor irritación con el gobierno. "                   (Ignacio Sánchez-Cuenca, CTXT, 29/06/20)

No hay comentarios: