13.11.25

El gobierno francés, de Lecornu, recorta 12.000 millones en el presupuesto de la seguridad social, con los votos del Partido Socialista y la abstención masiva de los grupos ecologista y comunista. Solo los Insoumisos se opusieron al desangre... "Ser una izquierda útil para los franceses y las francesas", una izquierda del "deber". Así es como Olivier Faure, primer secretario del Partido Socialista, denominaba la supresión de al menos 80 puestos de trabajo en cada Centro Hospitalario Universitario (CHU) de Francia, la muerte de varios miles de personas en los pasillos de los hospitales, la vacante de más de 15.000 puestos de enfermeras y enfermeros en el país, las horas extra no pagadas de varios miles de sanitarios, el aumento del copago de tratamientos y medicamentos para los enfermos. Porque eso es precisamente lo que significarán los 12.000 millones de euros de recortes en los ingresos del presupuesto de la seguridad social votados por los diputados del PS... Renunciando a recuperar el más mínimo céntimo de los 80.000 millones de euros de exenciones sociales que benefician casi en su totalidad al capital y a las rentas altas, la maniobra conjunta de la Macronía, del PS, tendrá consecuencias dramáticas sobre un sector de la salud despojado de presupuesto tras presupuesto, y en definitiva, sobre el trabajo, la vida y la muerte de cientos de miles de asegurados y sanitarios (Diario Red)

 "Los diputados socialistas, comunistas y ecologistas dieron luz verde al saqueo de 5.000 millones de euros al hospital público. El sábado 8 de noviembre al anochecer, la Asamblea Nacional aprobaba la parte de ingresos del presupuesto de la Seguridad Social presentado por Sébastien Lecornu. En el programa de esta carnicería presupuestaria, cerca de 12.000 millones de euros han sido recortados del presupuesto de la Seguridad Social, de los cuales 5.000 millones corresponden al hospital público. Unos ingresos menores que el gobierno compensará con una drástica reducción del gasto social, en un momento en que el hospital público y la salud ya están en la agonía.

Unos recortes salvajes firmados por Emmanuel Macron, por supuesto, pero también los votos del Partido Socialista y la abstención masiva de los grupos ecologista y comunista permitieron la aprobación por un margen de 15 votos de una anunciada masacre social y sanitaria. Un voto aún más escandaloso porque avala un conjunto de medidas en las antípodas del programa de ruptura con el que fueron elegidos los diputados del Partido Socialista, de EELV y del PCF. Un paso más del partido de la rosa para fortalecer su alianza con la oligarquía financiera. Solo los Insoumisos se opusieron al desangre.

"Ser una izquierda útil para los franceses y las francesas", una izquierda del "deber". Así es como Olivier Faure, primer secretario del Partido Socialista, denominaba la supresión de al menos 80 puestos de trabajo en cada Centro Hospitalario Universitario (CHU) de Francia, la muerte de varios miles de personas en los pasillos de los hospitales, la vacante de más de 15.000 puestos de enfermeras y enfermeros en el país, las horas extra no pagadas de varios miles de sanitarios, el aumento del copago de tratamientos y medicamentos para los enfermos.

Porque eso es precisamente lo que significarán los 12.000 millones de euros de recortes en los ingresos del presupuesto de la seguridad social votados por los diputados del PS este sábado 8 de noviembre, cómplices de la Macronía a los que ayudaron en su tarea del día las abstenciones masivas de los grupos comunista y ecologista.

Es en efecto seguro, dada la obsesión ideológica malsana de los macronistas por la reducción del gasto de protección social, que este desangre de los ingresos se traducirá en recortes con motosierra al menos igual de importantes en el gasto. Y serán, por supuesto, los asegurados y los sanitarios, ya al límite, quienes sufrirán recortes violentos que la Macronía justificará por la previa bajada de los ingresos.

Estos 12.000 millones de mella representarán otros tantos puestos de trabajo suprimidos, medicamentos más caros o no reembolsados, horas extra no pagadas, horas de espera en urgencias, precariedad para los enfermos, degradación de las capacidades de las residencias de ancianos (EHPAD), de la protección social y de la discapacidad. Mecánicamente, todo voto a favor de estos ingresos era un voto a favor de los recortes presupuestarios, y por tanto, de la política del gobierno que podrá ahora pasar por decreto los ahorros inicuos que está preparando hacer sobre las espaldas de los franceses y francesas más vulnerables.

Renunciando a recuperar el más mínimo céntimo de los 80.000 millones de euros de exenciones sociales que benefician casi en su totalidad al capital y a las rentas altas, la maniobra conjunta de la Macronía, del PS, y de los grupos comunista y ecologista tendrá consecuencias dramáticas sobre un sector de la salud despojado de presupuesto tras presupuesto, y en definitiva, sobre el trabajo, la vida y la muerte de cientos de miles de asegurados y sanitarios.

Una situación y un voto que solo fueron posibles por la negativa del Partido Socialista a censurar a Sébastien Lecornu el pasado octubre, estando Olivier Faure y los suyos demasiado preocupados por la idea de una nueva disolución que les obligaría a asumir ante los electores el peso de sus traiciones.

Más que nunca, los franceses desean que el gobierno se vaya, y Emmanuel Macron con él. Ante esta exasperación creciente; la Francia Insumisa propone una política alternativa basada en la reconstrucción de los servicios públicos mediante el reparto de la riqueza.

Como finalmente subrayó Manuel Bompard, diputado y coordinador nacional de Francia Insumisa, este episodio lo habrá recordado una vez más con claridad: "El pueblo de izquierdas sabe sobre quién puede contar"." 

(Editorial DiarioRed, 13/11/25) 

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