21.1.25

La Jornada, diario mexicano: No hay sorpresas... Respecto a México, las agresiones y presiones se sucedieron... y firmó un decreto para catalogar de "organizaciones terroristas" a los grupos delictivos dedicados al trasiego de drogas, lo cual, de acuerdo con la aberrante extraterritorialidad de las leyes estadunidenses, lo facultaría para emplear fuerza militar en nuestro territorio... dicha declaratoria resulta preocupante porque supone una amenaza permanente de enviar tropas estadunidenses a territorio mexicano, lo que debe ser denunciado ante organismos multilaterales como un intento de aplicación extraterritorial de las leyes de un país en otro. En este contexto, no puede exagerarse la irresponsabilidad de los mexicanos que aplauden o hasta claman por una invasión extranjera... Estos sectores antinacionales tendrían que actuar con un mínimo sentido de país y cesar las manipulaciones con las que buscan confundir la defensa de la integridad territorial mexicana con una presunta protección a los criminales. Washington carece de credenciales para presentarse como solución a los problemas internos de México cuando es incapaz de combatir el trasiego de drogas en su propio terreno y las labores de seguridad dentro de nuestras fronteras son una potestad exclusiva del Estado mexicano... Es claro que para hacer frente a las amenazas de Trump no se requiere de alarmismos, sino de serenidad y de sentido de unidad nacional por parte de la sociedad y de trabajo intenso, eficiente y coordinado en todos los frentes por parte del equipo de colaboradores de la presidenta Claudia Sheinbaum. Ya México pudo hacerle frente al vociferante mandatario vecino en una ocasión y con estos dos factores podrá hacerlo de nuevo

 "En su discurso inaugural por el inicio de segundo mandato presidencial, Donald Trump reiteró muchas de las amenazas repetidas durante su campaña: echará atrás un sinfín de medidas de combate al cambio climático, promoverá la extracción ilimitada de hidrocarburos –incluso con métodos altamente contaminantes y dentro de áreas naturales protegidas–, derogará medidas destinadas a paliar la marginación histórica de minorías como los latinos y afrodescendientes, incitará al odio contra la comunidad de la diversidad sexual y anulará cualquier apoyo oficial a la lucha de las mujeres por la igualdad sustantiva.

Asimismo, devolverá a Cuba a la delirante lista de países patrocinadores del terrorismo e insistirá en anexar Groenlandia, reimponer el control colonial sobre la zona del Canal de Panamá e interferir en los asuntos internos de México. Esto último quedó ratificado horas después cuando firmó un decreto para catalogar de organizaciones terroristas a los grupos delictivos dedicados al trasiego de drogas, lo cual, de acuerdo con la aberrante extraterritorialidad de las leyes estadunidenses, lo facultaría para emplear fuerza militar en nuestro territorio.

Con este breve resumen de la frenética primera jornada del magnate en su regreso a la Casa Blanca, queda claro que como presidente dice lo mismo que en su anterior mandato, en su rol de ex presidente, como candidato por segunda vez y en su calidad de presidente electo. En suma, no hay sorpresas. A lo más, terminó de delinearse su carácter de monroísta puro con el refuerzo del control histórico de Estados Unidos sobre el hemisferio occidental y su olvido del resto del mundo: a la vez que revive con virulencia la vieja doctrina de América para los americanos (es decir, el continente americano para los estadunidenses), Trump devuelve a la superpotencia a un aislacionismo tradicional que parecía haber terminado con su participación en la Segunda Guerra Mundial.

Respecto a México, las agresiones y presiones se sucedieron con su porfía pueril en renombrar Golfo de América (es decir, de Estados Unidos) al Golfo de México; la cancelación de CBP One, plataforma para tramitar las peticiones de asilo; el anuncio de que se impondrá unilateralmente el programa Quédate en México; la orden de evaluar la relación comercial con los miembros del T-MEC; el análisis de aplicar aranceles de 25 por ciento a todos los productos provenientes de México y Canadá a partir del 1º de febrero, y la ya mencionada clasificación de los cárteles como organizaciones terroristas.

Es necesario reiterarlo: los grupos delictivos, sin importar cuán sanguinarios puedan ser sus procedimientos, no son grupos terroristas. No tienen motivaciones ideológicas, sus propósitos no son de tipo político y no recurren a la violencia para imponer sus formas de pensar. Por el contrario, son empresas capitalistas que, al igual que muchas legalmente constituidas, arrebatan vidas y patrimonios a los más débiles con el objetivo de incrementar sus ganancias. En esto, los delincuentes no se distinguen de las farmacéuticas que comercializan analgésicos opioides a sabiendas de que son más adictivos que la mayoría de las drogas ilegales o de los fabricantes de armamento que proporcionan a Israel los instrumentos con que lleva adelante el genocidio contra el pueblo palestino.

Además de ser absurda, dicha declaratoria resulta preocupante porque supone una amenaza permanente de enviar tropas estadunidenses a territorio mexicano, lo que debe ser denunciado ante organismos multilaterales como un intento de aplicación extraterritorial de las leyes de un país en otro. En este contexto, no puede exagerarse la irresponsabilidad de los mexicanos que aplauden o hasta claman por una invasión extranjera, pues, incluso si no se concreta, la intervención afecta a México y daña su soberanía.

Estos sectores antinacionales tendrían que actuar con un mínimo sentido de país y cesar las manipulaciones con las que buscan confundir la defensa de la integridad territorial mexicana con una presunta protección a los criminales. Washington carece de credenciales para presentarse como solución a los problemas internos de México cuando es incapaz de combatir el trasiego de drogas en su propio terreno y las labores de seguridad dentro de nuestras fronteras son una potestad exclusiva del Estado mexicano.

Es claro, por otra parte, que para hacer frente a las amenazas de Trump no se requiere de alarmismos, sino de serenidad y de sentido de unidad nacional por parte de la sociedad y de trabajo intenso, eficiente y coordinado en todos los frentes por parte del equipo de colaboradores de la presidenta Claudia Sheinbaum. Ya México pudo hacerle frente al vociferante mandatario vecino en una ocasión y con estos dos factores podrá hacerlo de nuevo."             (Editorial de La Jornada, diario mexicano, 21/01/25)

MSNC news: "Los soldados israelíes afirman que se les ha ordenado atacar y matar arbitrariamente a inocentes, incluidos niños"

Furkan Gözükara @GozukaraFurkan

"Los soldados israelíes afirman que se les ha ordenado atacar y matar arbitrariamente a inocentes, incluidos niños". Noticias de MSNC

("Israeli soldiers say they have been ordered to target and kill innocents arbitrarily, including children." MSNC news)

https://x.com/i/status/1878401630283972817

De AIPAC Tracker

12:20 p. m. · 12 ene. 2025 3,3 M Visualizaciones


Estas son las primeras medidas de Trump como presidente de Estados Unidos... Aranceles del 25% a México y Canadá a partir del 1 febrero... Creación de Hacienda Exterior para poder aplicar aranceles masivos... Final del Green New Deal... Readmisión de los militares antivacunas... Renombrar el Golfo de México como Golfo de América... Plan de deportación masiva de inmigrantes de al menos 11 millones de personas que se encuentran de forma irregular en el país (Àngel Marrades)

 "La administración de Donald Trump ha comenzado. Exactamente ocho años después de su primera jura, el 20 de enero de 2017, el líder republicano ha tomado posesión como cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos. Este nuevo período, que se extenderá hasta 2029, marca el inicio de una nueva etapa en su liderazgo, acompañado por el vicepresidente J.D. Vance. Las primeras medidas de Trump, adoptadas nada más llegar a la Casa Blanca, son una muestra de cómo serán los próximos cuatro años.

El presidente estadounidense no ha perdido el tiempo y ha comenzado su mandato firmando numerosos decretos y deshaciendo muchas de las políticas implementadas por su predecesor demócrata, Joe Biden. De hecho, Trump ha firmado 26 órdenes ejecutivas en su primer día en el cargo, estableciendo un nuevo récord histórico.

Durante décadas, los presidentes estadounidenses solían firmar pocas o ninguna orden ejecutiva en su primera semana o día en el cargo. En 2017, Trump firmó una orden el mismo día de su investidura y otras cuatro en la semana siguiente, mientras que Biden, en enero de 2021, firmó 25 órdenes ejecutivas en sus primeros siete días en el cargo.

Donald Trump firmó un total de 220 órdenes ejecutivas durante su primer mandato, entre enero de 2017 y enero de 2021. Para enero de 2025, 72 de ellas –lo que equivale al 33%– han sido revocadas por su predecesor en la presidencia. En sus primeros días como dirigente estadounidense, Trump ha anulado 78 órdenes ejecutivas de Biden.

Las principales medidas de Trump

Entre las primeras políticas aprobadas por Trump destaca, por ejemplo, el fin del Green New Deal, la apuesta clara del Partido Demócrata en su objetivo de impulsar la transición energética. En su lugar, el líder republicano ha anunciado que incrementará la producción de hidrocarburos, particularmente el petróleo.

Esto tendrá sus implicaciones para Venezuela, donde Trump ha anunciado que cesará la importación de crudo al considerar que “no es necesario”. Por otro lado, Europa también enfrentará consecuencias, ya que el dirigente republicano amenazará con imponer aranceles para nivelar la balanza comercial, lo que podría conllevar que los europeos importen más gas y petróleo estadounidense.

Políticas migratorias y relacionadas con los refugiados

  • Declaración de la emergencia nacional en la frontera sur con México.
  • Despliegue del ejército en la frontera con México para ayudar a los agentes de inmigración.
  • Restringir el asilo y el estatus de refugiado. Se suspende el programa durante al menos cuatro meses y se ordenará una revisión de la seguridad para ver si los refugiados de determinados países deben ser objeto de una prohibición de viaje.
  • Plan de deportación masiva de inmigrantes de al menos 11 millones de personas que se encuentran de forma irregular en el país.
  • Medidas para bloquear la concesión de la ciudadanía a los hijos de inmigrantes que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos.
  • Fin de la política de catch and release. Trump ordenó poner fin a la puesta en libertad de inmigrantes en Estados Unidos mientras esperan las audiencias de los tribunales de inmigración, pero las autoridades no dijeron cómo pagarían los enormes costes asociados a la detención.
  • La administración Trump restablece su política de “Remain in Mexico”, que obligó a 70.000 solicitantes de asilo en su primer mandato a esperar en territorio mexicano audiencias en la corte de inmigración de Estados Unidos.
  • Reinterpretación del derecho a la ciudadanía por nacimiento de la 14ª enmienda. Los nacidos por extranjeros en situación irregular o por extranjeros de visita temporal no podrán obtener automáticamente la nacionalidad. Es probable que esta decisión se vea sujeta a una importante batalla judicial.
  • Fin del apoyo financiero a oenegés que ayuden a migrantes en situación irregular.
  • Lucha contra las “ciudades santuario” –ciudad que limita o define hasta qué punto un gobierno local o estatal compartirá información con los funcionarios federales de inmigración–.

Cuestiones de política exterior

  • Designación de los cárteles de la droga y otras organizaciones como organizaciones terroristas extranjeras y terroristas globales especialmente designados, como el Tren de Aragua o la MS-13
  • Suspender temporalmente todos los programas de ayuda exterior de Estados Unidos durante 90 días para determinar si se ajustan a los objetivos políticos trumpistas.
  • Eliminación de las sanciones a los colonos judíos que cometieron actos violentos contra palestinos de Cisjordania.
  • Rescindir la decisión de última hora de la administración Biden de retirar a Cuba de la lista estadounidense de “Estados patrocinadores del terrorismo”.
  • Abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS), al igual que ocurrió durante su primer mandato en plena pandemia del COVID-19.
  • Aranceles del 25% a México y Canadá a partir del 1 febrero. También se ha aprobado una orden ejecutiva por la que se establece que el acuerdo sobre el impuesto de sociedades mínimo a escala mundial, apoyado por la administración Biden y negociado con más de 100 países, “no tiene fuerza ni efecto” en Estados Unidos sin una ley del Congreso.
  • Creación de Hacienda Exterior para poder aplicar aranceles masivos.

Decisiones adoptadas respecto al clima y la energía

  • Salida del Pacto del Clima de París. Por segunda vez, Trump se retira del acuerdo climático, decisión que el presidente Biden había revocado. 
  • Final del Green New Deal
  • Revocación de una orden de Biden de 2021 que pretendía garantizar que la mitad de los vehículos nuevos vendidos en Estados Unidos para 2030 fueran eléctricos.
  • Derogación de un memorándum de 2023 de su predecesor que prohibía la extracción de petróleo en 16 millones de acres en el Ártico. El presidente republicano declaró una emergencia energética nacional, prometiendo llenar las reservas estratégicas de crudo y exportar la energía estadounidense a todo el mundo. Junto a esta medida, ha anunciado que cesará la compra del petróleo venezolano.

Otras medidas relevantes

  • Creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), dirigido por Elon Musk.
  • Indultos para alrededor de 1.500 partidarios de Trump que han sido acusados por los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos. La medida también acorta las condenas de 14 miembros de las organizaciones de extrema derecha Proud Boys y Oath Keepers, incluidos algunos que fueron condenados por conspiración sediciosa.
  • Una orden de gran alcance sobre la pena de muerte, ordenando al fiscal general que “tome todas las medidas necesarias y legales” para garantizar que los estados tengan suficientes medicamentos de inyección letal para llevar a cabo las ejecuciones.
  • Readmisión de los militares antivacunas.
  • Derogación de órdenes ejecutivas que promovían la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) y los derechos de las personas LGBTQ y las minorías raciales. Entre las 78 órdenes eliminadas, al menos una docena estaban enfocadas en apoyar la equidad racial y combatir la discriminación hacia homosexuales y transexuales.
  • Por una orden ejecutiva la administración Trump utilizará “un lenguaje claro y preciso y políticas que reconozcan que las mujeres son biológicamente femeninas y los hombres biológicamente masculinos”.
  • Renombrar el Golfo de México como Golfo de América. Asimismo, se restituye el nombre de monte McKinley a la montaña más alta de Norteamérica, anteriormente conocida como Denali. El pico llevaba el nombre de monte McKinley hasta que, en 2015, el entonces presidente Barack Obama lo cambió oficialmente a Denali, su denominación tradicional athabascana, en los documentos federales.
  • Trump firmó dos medidas ejecutivas relacionadas con las autorizaciones de seguridad. Una de ellas permitirá a los empleados de la Casa Blanca obtener autorizaciones de seguridad de alto secreto sin tener que pasar por el proceso de investigación tradicional. La otra revoca las autorizaciones de seguridad de 50 personas que firmaron una carta en la que afirmaban que una noticia sobre el ordenador portátil de Hunter Biden formaba parte de una campaña de desinformación rusa.
  • Orden ejecutiva por la cual todas las banderas de Estados Unidos ondeen a toda asta en “este y todos los futuros días de inauguración”. La medida se adopta después de que el líder republicano se quejara públicamente de que las banderas ondearían a media asta durante su toma de posesión para rendir homenaje a Jimmy Carter, que falleció el 29 de diciembre. Es costumbre que las banderas ondeen a media asta durante 30 días tras la muerte de un presidente o expresidente.

Estados Unidos afronta un período de transformaciones cuyas dimensiones están todavía por clarificarse. La política exterior de la administración republicana buscará completar el giro hacia la región Asia-Pacífico con el foco puesto en China y podría afectar considerablemente a las relaciones con Europa y América Latina.

Washington es consciente de que estamos ante un cambio de era geopolítica, por lo que buscará aumentar su poder en su esfera de influencia ante el desafío contrahegemónico que suponen potencias como China y Rusia. El Estados Unidos de Trump será una potencia más unilateral y transaccional. No le importará perjudicar a sus aliados-socios si redunda en su beneficio. Será, en esencia, un Estados Unidos preparado para un mundo más multipolar, militarizado e inestable."

(, Descifrando la guerra, 21/01/25)

La continua aplicación de políticas económicas erróneas y orientadas a favorecer sólo el interés privado, además del sometimiento a los dictados de Estados Unidos, han dejado a Europa en una situación de gran debilidad... Alemania, su motor económico, culmina un segundo año en recesión... es significativo el silencio vergonzante de las autoridades europeas ante el anuncio de Donald Trump de que quiere apropiarse de Groenlandia, un territorio que forma parte de un país miembro de la Unión Europea... Debilidad económica e insignificancia geopolítica... La UE se encuentra ante un conjunto de amenazas que no sólo se pueden calificar de peligrosas, sino de auténticamente existenciales, pues afectan al mismo tiempo a la economía, la política y sus instituciones... Crisis energética, desindustrialización acelerada, pérdida de competitividad y retraso tecnológico conforman un cóctel envenenado que produce parálisis productiva y retraso frente a las demás potencias económicas... Entre Estados Unidos y los BRICS, Europa no encuentra su lugar... Europa mantiene una posición de sometimiento ante Estados Unidos que no sólo hace que sufra ella misma los costes que se imponen a terceros, como en el caso de las sanciones a Rusia. Además, la lleva a adoptar posiciones de incoherencia e incluso de franca inmoralidad... todo esto se produce causas bien visibles... por la aplicación continuada durante décadas de políticas favorecedoras de los mercados que sólo han servido para reforzar el poder de las grandes corporaciones. Y no precisamente gracias a su dinamismo y capacidad innovadora, sino la influencia conseguida sobre las instituciones europeas para poder extraer rentas sin límite... la gobernabilidad se ha hecho más difícil e inclinada hacia posiciones radicales, populistas y peligrosamente volcadas hacia el militarismo, esto último, incluso con el apoyo de los socialistas. Si no se produce un giro de orientación y la Unión Europea no apuesta por políticas económicas que protejan su actividad productiva y generen más bienestar, y si no define con urgencia un proyecto propio que la libere de los imperativos de las imposiciones estadounidenses, Europa puede entrar en una etapa de dolor, frustraciones y conflictos hasta hace poco imprevisibles (Juan Torres López)

 "La continua aplicación de políticas económicas erróneas y orientadas a favorecer sólo el interés privado, además del sometimiento a los dictados de Estados Unidos, han dejado a Europa en una situación de gran debilidad, justo en un momento en que debe enfrentarse a grandes amenazas en la escena internacional.

Dos hechos reflejan sintomáticamente la situación con la que comienza Europa el nuevo año. Alemania, su motor económico, culmina un segundo año en recesión y uno de sus grandes institutos de investigación económica reconoce que se encuentra en una situación de «crisis estructural».

Desde otro punto de vista, es significativo el silencio vergonzante de las autoridades europeas ante el anuncio de Donald Trump de que quiere apropiarse de Groenlandia, un territorio que forma parte de un país miembro de la Unión Europea.

Debilidad económica e insignificancia geopolítica. Dos expresiones de una misma moneda: la pérdida de impulso, poder y presencia de Europa en el mundo de nuestros días.

Fracturas de todo tipo

La UE se encuentra en el vértice de un conjunto de amenazas que no sólo se pueden calificar de peligrosas, sino de auténticamente existenciales, pues afectan al mismo tiempo a la economía, la política y sus instituciones, además de al poder efectivo que estas van a poder desplegar para defenderse.

La primera es de carácter estrictamente económica. Aunque de momento Alemania se lleva la peor parte, es toda la economía europea la que tiene problemas. La eurozona no levanta cabeza y la mayoría de los pronósticos coinciden en que «está lejos de la recuperación». Y es normal. Crisis energética, desindustrialización acelerada, pérdida de competitividad y retraso tecnológico conforman un cóctel envenenado que produce parálisis productiva y retraso frente a las demás potencias económicas.

La segunda amenaza que enfrenta Europa es su pérdida de influencia en el nuevo marco de relaciones económicas y comerciales que se está generando. Entre Estados Unidos y los BRICS, Europa no encuentra lugar ni ofrece al mundo alternativas de planteamiento y resolución multilateral de los grandes problemas de nuestro tiempo. Está a la deriva y esta desubicación le supone una amenaza grave porque la deja desprotegida, dependiente y vulnerable. Especialmente, si a eso se añade el rechazo explícito que recibe de países, como los africanos, donde antaño influyó y de donde obtuvo poder.

¿Acuerdos que debilitan?

En contra de lo que se quiere hacer creer, el reciente acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur no va a abrir un nuevo espacio de fortalecimiento para la economía europea (como tampoco para la contraparte). Sin potentes políticas redistributivas o de compensación, la liberalización del comercio aumentará las divergencias internas, eliminará miles de empleos y deprimirá sectores fundamentales en ambas partes al desprotegerlos. Impulsará la concentración que dará aún más poder a los grandes grupos de capital industrial y financiero, como ha ocurrido siempre que se conceden ventajas asimétricas en los mercados. Dañará al medio ambiente, dificultando los procesos de transición hacia una mayor sostenibilidad. Y, para colmo, debilitará aún más a Europa al llevarse a cabo justo cuando Trump va a reforzar el proteccionismo de Estados Unidos.

A esas grandes amenazas económicas se le pueden sumar otras dos que tienen que ver con la política, el poder y la hegemonía.

Por un lado, Europa mantiene una posición de sometimiento ante Estados Unidos que no sólo hace que sufra ella misma los costes que se imponen a terceros, como en el caso de las sanciones a Rusia. Además, la lleva a adoptar posiciones de incoherencia e incluso de franca inmoralidad. Por ejemplo, condenando la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia y permitiendo al mismo tiempo que Israel cometa un genocidio con Palestina. Una contradicción vergonzante que le impide asumir posiciones de liderazgo internacional autónomas y resta credibilidad a cualquier iniciativa de política exterior en el futuro inmediato.

Por otro, Europa se muestra incapaz de contener el avance de fuerzas populistas de extrema derecha que cada vez disimulan menos su propósito final de dinamitar el actual modo de funcionamiento de la Unión Europa, sus instituciones, valores y políticas.

Todo esto le ocurre a Europa en el peor de los momentos, cuando la presidencia de Trump va a abrir un periodo de convulsión y conflicto abierto en todos los órdenes. La guerra comercial puede ser demoledora para una Europa económicamente debilitada, dependiente, sin proyecto estratégico y desprotegida; y la tensión militar la obligará a destinar recursos a este rubro, aumentando el descontento que alimenta a la extrema derecha y mina la confianza institucional.

Lo sorprendente de todo esto es que se produzca por causas tan visibles.

En primer lugar, por la aplicación continuada durante décadas de políticas favorecedoras de los mercados que sólo han servido para reforzar el poder de las grandes corporaciones. Y no precisamente gracias a su dinamismo y capacidad innovadora, sino la influencia conseguida sobre las instituciones europeas para poder extraer rentas sin límite. Ni siquiera el shock que produjo la Gran Recesión, ni la crisis del COVID-19 sirvieron para que los responsables de la Unión Europea tomaran conciencia del daño que generan sus errores y el servilismo hacia el poder económico y cambiaran de orientación política, como incluso Estados Unidos hizo bajo la presidencia de Biden.

Aunque el crecimiento del PIB es una expresión bastante burda, al menos resulta significativo de la debilidad y decadencia que esas políticas han provocado en la Unión Europea: su PIB (incluyendo el de Reino Unido antes del Brexit) sólo aumentó un 21% en los últimos 15 años, frente al 72% de EE.UU. y el 290% de China.

Desde el 2000, su peso en la economía mundial medido en paridad de poder de compra (es decir, equiparando los precios) ha bajado 5,1 puntos; el PIB per cápita en relación con el de Estados Unidos se redujo en casi dos puntos y, en lugar de ser 12 veces mayor que el de China como lo era entonces, ahora sólo es poco más de 3 veces superior.

En segundo lugar, la debilidad europea proviene de su incapacidad para reforzar la democracia y las instituciones representativas, lo que impide que la UE se consolide como un proyecto que la ciudadanía apoye y sienta como propio. Aunque la opinión no sea exactamente comparable por la forma en que se realiza el Eurobarómetro, es significativo, por ejemplo, que en 2000, sólo un 19% de la población encuestada tenía una imagen negativa o bastante negativa de la Unión, mientras que en 2024 un 59% consideraba que las cosas iban en la mala dirección.

En su día, Angela Merkel reclamó reglas presupuestarias que ningún Parlamento pudiera modificar y lo consiguió. Pero el resultado ha sido el reforzamiento de los grupos de poder que actúan en las sombras, el declive económico, el descontento social que ha catapultado a la extrema derecha y la irrelevancia cada vez mayor de la Unión Europea en el tablero mundial.

Tras las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, la gobernabilidad se ha hecho más difícil e inclinada hacia posiciones radicales, populistas y peligrosamente volcadas hacia el militarismo, esto último, incluso con el apoyo de los socialistas. Si no se produce un giro de orientación y la Unión Europea no apuesta por políticas económicas que protejan su actividad productiva y generen más bienestar, y si no define con urgencia un proyecto propio que la libere de los imperativos de las imposiciones estadounidenses, Europa puede entrar en una etapa de dolor, frustraciones y conflictos hasta hace poco imprevisibles."

(Juan Torres López, blog, 20/01/25)

Estados Unidos en 2025: Problemas sociales negados mediante retóricas de rechazo... A veces, la reacción consciente dominante ante esos problemas sociales es la negación, la negativa a verlos... pueden surgir narrativas o retóricas que posicionen a esas sociedades como víctimas de abuso por parte de extranjeros. Estados Unidos en 2025 ilustra este proceso: su retórica de rechazo apunta a poner fin a su victimización... Trump, hace un gesto de exaltación de la grandeza pasada renovando literalmente el imperialismo estadounidense. Amenaza con recuperar el Canal de Panamá, o invadir México... Dejando a un lado las típicas fanfarronadas de Trump, esto es un notable expansionismo... China y el resto de los países BRICS están ahora cerrando esa salida por todas partes. De ahí la rabia frustrada por la insistencia de Trump en rechazar ese final reabriendo deliberadamente la idea de una escotilla de escape de las expansiones coloniales. Se parece a la idea de Netanyahu (si no a su violencia) de tratar de reabrir esa escotilla para Israel expulsando a los palestinos de Gaza... Los líderes políticos y económicos del resto del mundo están repensando sus estrategias en consecuencia, ante las decadencias entrelazadas del imperio estadounidense y del sistema capitalista estadounidense... La cambiante economía mundial y la relativa decadencia del G7 en su seno han alejado al capitalismo estadounidense de la globalización neoliberal y lo han encaminado hacia el nacionalismo económico. Los aranceles, las guerras comerciales y los pronunciamientos ideológicos del tipo “Estados Unidos primero” son formas concurrentes de ese repliegue hacia el interior... La enorme desigualdad de riqueza e ingresos en Estados Unidos y la exposición global del poder de los multimillonarios sobre el gobierno reemplazan las percepciones de Estados Unidos como un país excepcional por su vasta clase media... la estrategia estadounidense dominante que niega los problemas sociales mientras enfatiza retóricamente los peligros de fuerzas extranjeras malignas sugiere que puede estar acercándose a su agotamiento (Richard Wolf)

 "Las sociedades sobreviven y crecen cuando logran sortear sus contradicciones. Sin embargo, con el tiempo, las contradicciones acumuladas superan los medios existentes para sortearlas. Entonces surgen problemas sociales que persisten o empeoran dentro de esas sociedades porque no se los sortea con éxito o no se los atiende. A veces, la reacción consciente dominante ante esos problemas sociales es la negación, la negativa a verlos. La negación de los problemas sociales internos desplaza la resolución de las contradicciones que los causan. El declive social resultante, al igual que el conjunto de contradicciones internas que refleja, se niega e ignora. En cambio, pueden surgir narrativas o retóricas que posicionen a esas sociedades como víctimas de abuso por parte de extranjeros. Estados Unidos en 2025 ilustra este proceso: su retórica de rechazo apunta a poner fin a su victimización.

En los Estados Unidos de hoy, una de esas retóricas es la de no permitir que los extranjeros sigan abusando de ellos “que amenazan nuestra seguridad nacional”. Esta retórica culpa a los malos líderes políticos estadounidenses de no haber puesto a Estados Unidos en primer lugar y, por lo tanto, haberlo hecho grande de nuevo. Otra retórica exige que “nosotros” nos neguemos a permitir que “nuestra democracia” sea destruida por enemigos extranjeros (y sus equivalentes nacionales): personas que, según se dice, odian, no entienden o subestiman “nuestra democracia”. Otra retórica de rechazo es la de que los extranjeros “engañen” a Estados Unidos en los procesos de comercio y migración. La mayoría de los estadounidenses adoptan una o más de esas retóricas, pero, como nos proponemos demostrar aquí, esas retóricas son cada vez menos eficaces.

Una retórica reaccionaria, la de Trump, hace un gesto de exaltación de la grandeza pasada renovando literalmente el imperialismo estadounidense. Amenaza con recuperar el Canal de Panamá, convertir a Canadá en el 51.º de los Estados Unidos, conquistar Groenlandia, que pertenece a Dinamarca, y posiblemente invadir México. Se dice que todos esos extranjeros amenazan la seguridad nacional o que “engañan” a los Estados Unidos. Dejando a un lado las típicas fanfarronadas de Trump, esto es un notable expansionismo. Estos gestos colonialistas reiterados alimentan nociones más amplias de hacer que Estados Unidos vuelva a ser más grande.

El colonialismo ayudó repetidamente al capitalismo europeo a sortear sus contradicciones internas (escapando temporalmente de los problemas sociales que causaba), pero al final ya no pudo hacerlo. Después de la Segunda Guerra Mundial, el anticolonialismo limitó esa salida. Los neocolonialismos europeos posteriores y el colonialismo informal del imperio estadounidense tuvieron una vida más corta. China y el resto de los países BRICS están ahora cerrando esa salida por todas partes. De ahí la rabia frustrada por la insistencia de Trump en rechazar ese final reabriendo deliberadamente la idea de una escotilla de escape de las expansiones coloniales. Se parece a la idea de Netanyahu (si no a su violencia) de tratar de reabrir esa escotilla para Israel expulsando a los palestinos de Gaza. El apoyo de Estados Unidos a Netanyahu también asocia a Estados Unidos con la violencia colonialista en un mundo abrumadoramente comprometido con el fin del colonialismo y su legado no deseado.

Estados Unidos se jacta de tener el estamento militar más fuerte del mundo. La retórica dominante en ese país presenta todo lo que hace como una defensa propia que exigen los enemigos extranjeros, lo que justifica que el gobierno gaste mucho más en defensa que en los pocos problemas sociales internos que la retórica siquiera reconoce. Sin embargo, Estados Unidos perdió las guerras en Vietnam, Afganistán, Irak y ahora Ucrania, y los estamentos militares de esos países estaban lejos de ser los más fuertes del mundo. Resulta que la proliferación de armas nucleares y la competencia técnica entre las potencias nucleares han cambiado los equilibrios militares en todo el mundo. Las enormes subestimaciones que Estados Unidos hace de la capacidad bélica de Rusia en 2022 ilustran ese cambio de manera muy dramática. También ilustran que una retórica que enfatiza la negativa a ser víctimas de los ejércitos extranjeros socava o desplaza los análisis sobrios de un mundo militarmente cambiado. Hoy el mundo observa no sólo cambios en las configuraciones militares globales, sino también costosas negaciones de las mismas por parte de los líderes estadounidenses. Los líderes políticos y económicos del resto del mundo están repensando sus estrategias en consecuencia. La retórica de negarse a ser victimizado puede volverse autodestructiva.

Otra razón por la que esos líderes están rediseñando sus planes de crecimiento se deriva de las decadencias entrelazadas del imperio estadounidense y del sistema capitalista estadounidense. Lo que los líderes estadounidenses niegan, muchos líderes extranjeros tienen incentivos para verlo, evaluarlo y aprovecharlo. Los miembros (9) y socios (9) del BRICS, a enero de 2025, representan casi la mitad de la población mundial y el 41 por ciento del PIB mundial (en términos de paridad de poder adquisitivo). Se ha invitado a otras cuatro naciones y es probable que se unan en 2025: Vietnam, Turquía, Argelia y Nigeria. Indonesia acaba de sumarse como socio pleno del BRICS, lo que suma su población de aproximadamente 280 millones. En contraste, el G7 (el segundo bloque económico más grande del mundo) representa alrededor del 10 por ciento de la población mundial y el 30 por ciento de su PIB (también en términos de paridad de poder adquisitivo). Además, como documentan los datos del Fondo Monetario Internacional, los últimos años muestran una brecha cada vez mayor entre las tasas de crecimiento anual del PIB de Estados Unidos, líder del G7, y China e India, líderes del BRICS.

A lo largo de la historia del capitalismo, desde sus inicios en Inglaterra hasta el auge del imperio estadounidense a principios del siglo XXI, la mayoría de las naciones se centraron principalmente en el G7 para diseñar estrategias de crecimiento económico, deuda, comercio, inversiones, tipos de cambio y balanzas de pagos. Las empresas grandes y medianas hicieron lo mismo. Sin embargo, en los últimos 15 a 20 años, los países y las empresas se han enfrentado a una situación global completamente nueva y diferente. China, India y el resto de los países BRICS ofrecen un enfoque alternativo posible. Ahora todos pueden enfrentar a los dos bloques entre sí. Además, en esta jugada, los BRICS tienen mejores y más ricas cartas que el G7. Las retóricas de rechazo presentan estos cambios en la economía mundial como las malas intenciones de otros extranjeros, que probablemente odian la democracia. Estados Unidos debería negarse con justicia y, de ese modo, frustrar esas intenciones, argumentan. En cambio, se presta mucha menos atención a cómo los problemas sociales internos de Estados Unidos configuran y son configurados por una economía global cambiante.

La cambiante economía mundial y la relativa decadencia del G7 en su seno han alejado al capitalismo estadounidense de la globalización neoliberal y lo han encaminado hacia el nacionalismo económico. Los aranceles, las guerras comerciales y los pronunciamientos ideológicos del tipo “Estados Unidos primero” son formas concurrentes de ese repliegue hacia el interior. Otra forma es el llamado a traer hacia el interior partes del exterior de Estados Unidos: las poco sutiles amenazas imperialistas de Trump dirigidas a Canadá, México, Dinamarca y Panamá. Otra forma es el aviso que muchas de las principales universidades estadounidenses están enviando a los estudiantes matriculados de otros países (más de un millón el año pasado). Sugiere que consideren la probabilidad de grandes dificultades para obtener visas para completar sus títulos en medio de la creciente hostilidad del gobierno estadounidense hacia los extranjeros. Una menor presencia de estudiantes extranjeros socavará la influencia estadounidense en el exterior durante los próximos años (de la misma manera que la fomentó en el pasado). Las instituciones de educación superior estadounidenses, que ya enfrentan serias dificultades financieras, verán cómo se profundizan a medida que los estudiantes extranjeros que pagan eligen otros países para sus títulos. La retórica del “Estados Unidos primero” corre el riesgo de autodestruir la posición global de Estados Unidos.

Políticamente, la estrategia de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial fue contener las amenazas extranjeras percibidas mediante una combinación de poder “duro” y “blando”. Esto permitiría a Estados Unidos eliminar el comunismo, el socialismo y, después de la implosión soviética de 1989, el terrorismo, siempre que fuera posible, de manera abierta o encubierta. El poder duro sería desplegado por el ejército estadounidense a través de cientos de bases militares extranjeras alrededor de las naciones percibidas como amenazantes y mediante invasiones si, cuando y donde se considerara necesario. El poder duro también tomó la forma de amenazas implícitas de guerra nuclear (que se hicieron creíbles por los bombardeos atómicos estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki) y por gastos totales de la carrera armamentista estadounidense en armas nucleares y no nucleares que ningún otro país, solo o en grupos, podría igualar.

El “poder blando” serviría para proyectar globalmente definiciones particulares de democracia, libertades civiles, educación superior, logros científicos y cultura popular. Esas definiciones se presentaban como las que mejor ejemplificaban lo que realmente existía en Estados Unidos. De esa manera, Estados Unidos podía ser exaltado como la cumbre global de los logros humanos civilizados: una especie de discurso asociado a otros discursos que negaban los problemas sociales internos. A partir de ahí, era fácil demonizar a los enemigos como seres inferiores.

El poder blando estadounidense fue y sigue siendo una especie de publicidad política. El anunciante comercial habitual promueve sólo todo lo positivo (real o plausible) del producto de su cliente. Por lo general, todo lo negativo (real o plausible) es asociado por ese mismo anunciante sólo con el producto de la competencia de su cliente. Se podría llamar a esto “comunicación publicitaria”. En la Guerra Fría del siglo XX, el poder blando estadounidense supuso una aplicación de la comunicación publicitaria en la que Estados Unidos y sus partidarios, públicos y privados, funcionaron como cliente y anunciante. Estados Unidos se anunciaba a sí mismo como “democracia” y la URSS como su opuesto negativo o “dictadura”. La comunicación publicitaria de la Guerra Fría continúa hoy en la forma ligeramente modificada de “democracia” versus “autoritarismo”. Pero, como la publicidad, después de demasiadas repeticiones su influencia disminuye.

Por desgracia para Estados Unidos, los problemas económicos que hoy aquejan a su sistema capitalista –tanto los causados ​​por contradicciones internas acumuladas como los causados ​​por su posición decreciente dentro de la economía mundial– socavan directamente sus proyecciones de poder blando. La imposición de aranceles y la reiterada amenaza de aumentarlos reflejan la necesidad de protección gubernamental para las empresas estadounidenses, cada vez menos competitivas. La retórica estadounidense que, en cambio, culpa a los extranjeros de “hacer trampa” suena cada vez más hueca. La deportación de millones de inmigrantes es una señal de que la economía ya no es lo suficientemente fuerte y crece lo suficiente como para absorberlos productivamente (lo que en su día “hizo grande a Estados Unidos” y mostró esa grandeza al mundo). La retórica estadounidense que denuncia las “invasiones extranjeras” de inmigrantes se topa con un creciente escepticismo e incluso con el ridículo dentro y fuera de Estados Unidos.

La enorme desigualdad de riqueza e ingresos en Estados Unidos y la exposición global del poder de los multimillonarios sobre el gobierno (Musk sobre Trump, directores ejecutivos donando millones de dólares a la celebración de la investidura de Trump) reemplazan las percepciones de Estados Unidos como un país excepcional por su vasta clase media. Los niveles récord de deuda gubernamental, corporativa y de los hogares, junto con abundantes señales de que ese endeudamiento está empeorando, no ayudan a proyectar a Estados Unidos como un modelo económico. La experiencia del año 2024 con una estrategia estadounidense dominante que niega los problemas sociales mientras enfatiza retóricamente los peligros de fuerzas extranjeras malignas sugiere que puede estar acercándose a su agotamiento. El año 2025 puede entonces brindar condiciones para un profundo desafío a esa estrategia, que coincida con los desafíos que enfrenta la posición global del capitalismo estadounidense."

(Richard Wolf, Jaque al neoliberalismo, 20/01/25, fuente Counter Punch)

El previsible colapso de la seguridad paneuropea Lo único que Estados Unidos quería era la hegemonía sobre Europa. Ahora la tiene como nunca antes. Los verdaderos perdedores son los europeos... Las bases para una arquitectura de seguridad paneuropea que mitigara la competencia en materia de seguridad nacieron con los Acuerdos de Helsinki de 1975, que establecieron reglas de juego comunes para el Occidente capitalista y el Este comunista en Europa. El desarrollo posterior de la confianza inspiró el “nuevo pensamiento” de Gorbachov y su visión gaullista de un hogar europeo común para unificar el continente... pero la seguridad en Europa entró en conflicto directo con las ambiciones de hegemonía global de Estados Unidos... La decisión de ampliar la OTAN canceló los acuerdos de seguridad paneuropeos... En 2010, Moscú propuso una zona de libre comercio entre la UE y Rusia para facilitar una Gran Europa desde Lisboa hasta Vladivostok, pero todas las propuestas para un acuerdo Helsinki-II fueron ignoradas o criticadas como una siniestra estratagema para dividir a Occidente... ha sido casi imposible advertir contra el previsible colapso de la seguridad europea... La combinación de ignorancia y deshonestidad por parte de las élites políticas y mediáticas occidentales ha impedido así cualquier corrección del rumbo... Biden se burló de las advertencias de Moscú de que Rusia se vería obligada a mirar hacia China en respuesta a la expansión de la OTAN (Glenn Diesen, Un. Sureste Noruega)

 "Durante la Guerra Fría, el sistema internacional se organizó en condiciones de suma cero. Había dos centros de poder con dos ideologías incompatibles que dependían de las tensiones continuas entre dos alianzas militares rivales para preservar la disciplina de bloque y la dependencia en materia de seguridad entre los aliados. Sin otros centros de poder ni un punto intermedio ideológico, la pérdida de uno era una ganancia para el otro. Sin embargo, ante la posibilidad de una guerra nuclear, también había incentivos para reducir la rivalidad y superar la política de bloques de suma cero.

Las bases para una arquitectura de seguridad paneuropea que mitigara la competencia en materia de seguridad nacieron con los Acuerdos de Helsinki de 1975, que establecieron reglas de juego comunes para el Occidente capitalista y el Este comunista en Europa. El desarrollo posterior de la confianza inspiró el “nuevo pensamiento” de Gorbachov y su visión gaullista de un hogar europeo común para unificar el continente.

En su famoso discurso ante la ONU en diciembre de 1988, Gorbachov anunció que la Unión Soviética reduciría sus fuerzas militares en 500.000 soldados y que 50.000 soldados soviéticos serían retirados del territorio de los aliados del Pacto de Varsovia. En noviembre de 1989, Moscú permitió la caída del Muro de Berlín sin intervenir. En diciembre de 1989, Gorbachov y Bush se reunieron en Malta y declararon el fin de la Guerra Fría.

En noviembre de 1990 se firmó la Carta de París para una Nueva Europa, un acuerdo basado en los principios de los Acuerdos de Helsinki. La Carta sentó las bases para una nueva seguridad paneuropea incluyente que reconocía el principio de “poner fin a la división de Europa” y la búsqueda de una seguridad indivisible (seguridad para todos o seguridad para nadie):

“Al terminar la división de Europa, nos esforzaremos por lograr una nueva calidad en nuestras relaciones de seguridad, respetando plenamente la libertad de elección de cada uno a ese respecto. La seguridad es indivisible y la seguridad de cada Estado participante está inseparablemente ligada a la de todos los demás”.
En 1994 se creó la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), una institución de seguridad paneuropea integradora basada en los Acuerdos de Helsinki (1975) y la Carta de París para una Nueva Europa (1990). El Documento de Bucarest de la OSCE de diciembre de 1994 reafirmó:
“Siguen convencidos de que la seguridad es indivisible y de que la seguridad de cada uno de ellos está inseparablemente vinculada a la seguridad de todos los demás. No reforzarán su seguridad a expensas de la seguridad de otros Estados”.
La expansión de la OTAN cancela la seguridad paneuropea

Sin embargo, la seguridad en Europa entró en conflicto directo con las ambiciones de hegemonía global de Estados Unidos. Como Charles de Gaulle había señalado célebremente, la OTAN era un instrumento para la primacía estadounidense desde el otro lado del Atlántico. Preservar y ampliar la OTAN serviría a ese propósito, ya que Estados Unidos podría perpetuar la debilidad de Rusia y revivir las tensiones garantizaría que la dependencia de seguridad de Europa pudiera convertirse en obediencia económica y política.

¿Por qué gestionar la competencia en materia de seguridad cuando hay un bando dominante? La decisión de ampliar la OTAN canceló los acuerdos de seguridad paneuropeos al dividirse el continente y se abandonó la seguridad indivisible al ampliar la seguridad de la OTAN a expensas de la seguridad de Rusia. El secretario de Defensa de Estados Unidos, William Perry, consideró la posibilidad de dimitir de su cargo en oposición a la expansión de la OTAN. Perry también argumentó que sus colegas de la administración Clinton reconocieron que la expansión de la OTAN cancelaría la paz con Rusia posterior a la Guerra Fría, pero el sentimiento predominante era que no importaba porque Rusia ahora era débil. Sin embargo, George Kennan, el arquitecto de la política de contención de Estados Unidos contra la Unión Soviética, advirtió en 1997:
“¿Por qué, con todas las posibilidades esperanzadoras que generó el fin de la Guerra Fría, las relaciones Este-Oeste deberían centrarse en la cuestión de quién se aliaría con quién y, por implicación, contra quién?”[1].
La OTAN fue descrita continuamente como la “garantía de seguro” que se ocuparía de Rusia si su expansión creara conflictos con este país. La Secretaria de Estado Madeleine Albright explicó en abril de 1997: “En el caso improbable de que Rusia no funcione como esperamos… la OTAN está ahí”[2]. En 1997, el entonces senador Joe Biden predijo que la membresía de los Estados bálticos en la OTAN causaría una respuesta “vigorosa y hostil” de Rusia. Sin embargo, Biden argumentó que el distanciamiento de Rusia no importaba ya que no tenían ningún socio alternativo. Biden se burló de las advertencias de Moscú de que Rusia se vería obligada a mirar hacia China en respuesta a la expansión de la OTAN y bromeó diciendo que si la asociación con China no daba resultados, Rusia podría formar una asociación alternativa con Irán[3].

 Rusia sigue impulsando una Europa más grande

Cuando se hizo evidente que el expansionismo de la OTAN haría irrelevante a la OSCE inclusiva, el presidente Yeltsin y más tarde el presidente Putin intentaron explorar la oportunidad de que Rusia se uniera a la OTAN. Ambos fueron recibidos con frialdad en Occidente. Putin también intentó convertir a Rusia en un socio confiable de Estados Unidos en la guerra global contra el terrorismo, pero a cambio Estados Unidos impulsó otra ronda de expansión de la OTAN y “revoluciones de colores” a lo largo de las fronteras de Rusia.

En 2008, Moscú propuso construir una nueva arquitectura de seguridad paneuropea, pero los estados occidentales se opusieron porque debilitaría la primacía de la OTAN [4]. En 2010, Moscú propuso una zona de libre comercio entre la UE y Rusia para facilitar una Gran Europa desde Lisboa hasta Vladivostok, que brindaría beneficios económicos mutuos y mitigaría el formato de suma cero de la arquitectura de seguridad europea. Sin embargo, todas las propuestas para un acuerdo Helsinki-II fueron ignoradas o criticadas como una siniestra estratagema para dividir a Occidente.

Según el actual director de la CIA, William Burns, Ucrania era “la línea roja más clara” para Rusia y probablemente desencadenaría una guerra [5]. No obstante, en febrero de 2014, la OTAN apoyó un golpe de Estado en Kiev para arrastrar a Ucrania a su órbita. Como predijo Burns, comenzó una guerra por Ucrania. El acuerdo de Minsk podría haber resuelto el conflicto entre la OTAN y Rusia, aunque los países de la OTAN admitieron más tarde que el acuerdo solo tenía como objetivo ganar tiempo para armar a Ucrania.

 El colapso de la seguridad paneuropea

Gorbachov concluyó que el expansionismo de la OTAN traicionaba los Acuerdos de Helsinki, la Carta de París para una Nueva Europa y la OSCE como acuerdos para la seguridad paneuropea:

La expansión de la OTAN hacia el este ha destruido la arquitectura de seguridad europea tal como se definió en el Acta Final de Helsinki de 1975. La expansión hacia el este fue un giro de 180 grados, un alejamiento de la decisión de la Carta de París de 1990, adoptada conjuntamente por todos los Estados europeos, de dejar atrás para siempre la Guerra Fría. Las propuestas rusas, como la del ex Presidente Dmitri Medvedev de que nos sentáramos juntos a trabajar en una nueva arquitectura de seguridad, fueron ignoradas arrogantemente por Occidente. Ahora estamos viendo los resultados. [6]

Putin estuvo de acuerdo con el análisis de Gorbachov:

Todo lo hemos hecho mal... Desde el principio no hemos conseguido superar la división de Europa. Hace veinticinco años cayó el muro de Berlín, pero se trasladaron muros invisibles al este de Europa. Esto ha provocado malentendidos mutuos y acusaciones mutuas. Son la causa de todas las crisis desde entonces [7].

George Kennan predijo en 1998 que cuando finalmente comenzaran conflictos como resultado del expansionismo de la OTAN, esta sería celebrada por defenderse de una Rusia agresiva:

Creo que es el comienzo de una nueva guerra fría… No había ninguna razón para ello. Nadie amenazaba a nadie. Esta expansión haría que los Padres Fundadores de este país se revolvieran en sus tumbas… Por supuesto que habrá una mala reacción por parte de Rusia, y entonces [los que están a favor de la expansión de la OTAN] dirán que siempre les dijimos que así son los rusos, pero eso es simplemente un error [8].

En Occidente ha sido casi imposible advertir contra el previsible colapso de la seguridad europea. La única explicación aceptable ha sido que la expansión de la OTAN era simplemente una “integración europea”, ya que los países del vecindario compartido entre la OTAN y Rusia se vieron obligados a desvincularse del mayor Estado de Europa. Era evidente que volver a dividir el continente recrearía la lógica de la Guerra Fría, y era igualmente evidente que una Europa dividida sería menos próspera, menos segura, menos estable y menos relevante en el mundo. Sin embargo, defender la no división del continente es constantemente demonizado como ponerse del lado de Rusia en una Europa dividida. Cualquier desviación de las narrativas de la OTAN tiene un alto costo social, ya que los disidentes son difamados, censurados y cancelados. La combinación de ignorancia y deshonestidad por parte de las élites políticas y mediáticas occidentales ha impedido así cualquier corrección del rumbo."

(Glenn Diesen, Un. Sureste Noruega, Jaque al neoliberalismo, 21/01/25, fuente Brave New Europe, notas en el original)

¿Es posible una paz duradera entre Estados Unidos y Rusia? El Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov, desestimó las propustas de paz del Equipo Trump para Ucrania como insatisfactorias... Sin un fin duradero y permanente al conflicto, los rusos preferirán confiar en un resultado en el campo de batalla, incluso a riesgo de que su negativa conduzca a una escalada continua, incluso nuclear, de la política arriesgada de Estados Unidos... Lo que se necesita es un acuerdo de tratado de “panorama general” que establezca la arquitectura de seguridad... ¿Muchos estadounidenses verán ese acuerdo como una “debilidad”, como una concesión al “liderazgo” y la “grandeza” de Estados Unidos? Por supuesto, se percibirá de esta manera, porque Trump efectivamente estaría sellando la derrota de Estados Unidos y reposicionando a Estados Unidos como un estado entre iguales en un nuevo Concierto de Poderes, es decir, un mundo multipolar... otra manera posible de “equilibrar” la apariencia de derrota de Estados Unidos y la OTAN sobre Ucrania podría ser, según los asesores halcones de Trump, pulverizar a Irán, como señal de la “virilidad” estadounidense (Alastair Crooke)

 "La semana pasada, el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov, desestimó las propuestas de paz del Equipo Trump para Ucrania como insatisfactorias. En esencia, el punto de vista ruso es que los llamados a un conflicto congelado no tienen sentido: desde el punto de vista ruso, tales ideas (conflictos congelados, ceses del fuego y fuerzas de paz) no pueden calificarse ni remotamente como el tipo de acuerdo basado en tratados y una “visión amplia” que los rusos defienden desde 2021. 

Sin un fin duradero y permanente al conflicto, los rusos preferirán confiar en un resultado en el campo de batalla, incluso a riesgo de que su negativa conduzca a una escalada continua, incluso nuclear, de la política arriesgada de Estados Unidos.

La pregunta es más bien: ¿es posible una paz duradera entre Estados Unidos y Rusia? (...)

En su Gran tablero de ajedrez de 1997 , Brzezinski argumentó que Estados Unidos y Kiev podrían potencialmente explotar antiguas complejidades culturales y lingüísticas (como se hizo en Afganistán) para formar el pivote alrededor del cual el poder central podría disolverse mientras se negaba a Rusia el control de Ucrania:

“ Sin Ucrania, Rusia nunca se convertiría en la potencia del corazón; pero con Ucrania, Rusia puede y será [ser una potencia del corazón] ”, insistió. Rusia necesitaba verse envuelta en tal atolladero de identidad cultural ucraniana, argumentó.

¿Por qué esta decisión política fue tan perjudicial para las perspectivas de una paz definitiva entre Estados Unidos y Rusia? Porque Kiev, instigado por la CIA, ha promovido la afirmación identitaria totalmente falsa de que “Europa termina en Ucrania” y que más allá están “los eslavos”.

Esta manipulación por sí sola ha permitido a Kiev transformarse en un ícono de la guerra total por la identidad cultural contra Rusia, a pesar de que la lengua ucraniana (correctamente conocida como ruteno) no es una lengua germánica. Tampoco se encuentra ningún ADN vikingo (germánico) entre los ucranianos occidentales de hoy.

En su deseo de apoyar a Kiev y complacer a Biden, la UE ha aprovechado este revisionismo estratégico ucraniano: “Ucrania” concebida como “valores europeos” en defensa de los valores “rusos” (asiáticos). Era un polo, aunque falso, en torno al cual se podía forjar la unidad europea en un momento en que la realidad era la de una unidad de la UE que se estaba disipando.

 Entonces, ¿es posible una “paz sostenible” con Rusia? Si se intentara hacerlo en términos de intentar sostener una Ucrania residual como un istmo belicoso de “Europa y sus valores” alineado contra la “esfera eslava regresiva”, entonces la paz no sería posible. Porque su premisa básica sería completamente falsa y conduciría definitivamente a un nuevo conflicto en el futuro. Es casi seguro que Moscú rechazaría tal acuerdo.

Sin embargo, existe una creciente preocupación entre el público estadounidense de que la guerra en Ucrania parezca destinada a una escalada interminable, con temores palpables de que Biden y los "halcones" del Congreso estén llevando a Estados Unidos hacia un "holocausto nuclear".

¿Debemos nosotros, la humanidad, seguir al borde de la aniquilación si en Moscú se rechaza un “acuerdo” de Trump, limitado estrictamente a Ucrania? La urgencia de detener el avance hacia la escalada es clara; sin embargo, el espacio para la maniobra política se está reduciendo continuamente, a medida que continúa la compulsión de los halcones de Washington y Bruselas a lanzar un ataque mortal contra Rusia.

Pero vista desde la perspectiva del Equipo Trump, la tarea de negociar con Putin dista mucho de ser sencilla. El público occidental nunca ha estado psicológicamente condicionado a esperar la posibilidad de que surja una Rusia más fuerte. En cambio, toleró que los “expertos” occidentales se burlaran del ejército ruso; denigraron a los dirigentes rusos como incompetentes; y que su liderazgo fue presentado en sus televisores como puramente malvado.

Teniendo en cuenta la contribución fundamental de Brzezinski a la democracia y su posterior "concentración" en una "esfera de identidad" dirigida por tecnología de élite, no es difícil entender cómo un país fragmentado como Estados Unidos se encuentra en desventaja mientras el mundo se desliza hacia una cultura basada en la multipolaridad.

Por supuesto, no es exactamente cierto decir que Estados Unidos no tiene una cultura comunitaria, dada la amplia diversidad de culturas inmigrantes en Estados Unidos. Pero es cierto que lo que se considera cultura tradicional ha estado bajo asedio. Después de todo, este fue el quid de la reciente elección presidencial y de las elecciones en muchas otras naciones.

 La idea de que una vez que los enviados de Trump hayan estado inicialmente en Moscú y se hayan ido con las manos vacías, Trump vendrá corriendo para llegar a un acuerdo con Ucrania, no refleja lo que Moscú ha señalado interminablemente. Lo que se necesita es un acuerdo de tratado de “panorama general” que establezca la arquitectura de seguridad y los límites entre los intereses de seguridad de Heartland y Rimland.

Pero, ¿muchos estadounidenses verán ese acuerdo como una “debilidad”, como una concesión al “liderazgo” y la “grandeza” de Estados Unidos? Por supuesto, se percibirá de esta manera, porque Trump efectivamente estaría sellando la derrota de Estados Unidos y reposicionando a Estados Unidos como un estado entre iguales en un nuevo Concierto de Poderes, es decir, un mundo multipolar.

Es una gran "solicitud". ¿Puede Trump tragarse el orgullo estadounidense? Una forma factible de avanzar sería regresar al nudo gordiano original y desatarlo: es decir, desatar el nudo de la ausencia de un tratado escrito posterior a la Segunda Guerra Mundial que limite el movimiento siempre hacia adelante de la OTAN y, al hacerlo, poner fin a la ficción de que llevar a la OTAN a donde quiera no es asunto de nadie más que suyo.

Desafortunadamente, la otra manera posible de “equilibrar” la apariencia de derrota de Estados Unidos y la OTAN sobre Ucrania podría ser, según los asesores halcones de Trump, pulverizar a Irán, como señal de la “virilidad” estadounidense."       

(Alastair Crooke, Jaque al neoliberalismo, 19/01/25, fuente Strategic Culture)

Sí, podemos esperar ver más crueldad infligida a los palestinos en general y a la población de Gaza en particular... Sí, podemos esperar que Trump colme de regalos a Israel mientras aumenta las tensiones con Irán como lo hizo en su mandato anterior... Nada de esto cambia el hecho claramente establecido de que Joe Biden fue un presidente excepcionalmente horrible para este momento de la historia, y que la humanidad probablemente estaría mejor si hubiera perdido en 2020... No me malinterpreten, Trump va a ser terrible para los palestinos, terrible para Oriente Medio y terrible para el mundo. No estoy elogiando a Trump, estoy criticando a Biden (Caitlin Johnstone, periodista australiana independiente)

Caitlin Johnstone @caitoz

No me malinterpreten, Trump va a ser terrible para los palestinos, terrible para Oriente Medio y terrible para el mundo. Y es muy posible que ni siquiera este fin básico y mínimo de un holocausto activo se sostenga. 

No estoy elogiando a Trump, estoy criticando a Biden. 

Biden, que podría haber acabado con todo esto con una llamada telefónica en cualquier momento y decidió no hacerlo, todos los días durante 15 meses. Cuya combinación única de demencia, corrupción y sionismo virulento de toda la vida hizo posibles estas atrocidades genocidas de maneras que no podrían haber sucedido en el mismo grado bajo ninguna otra administración. 

Cuyos controladores sionistas impulsaron tantos crímenes contra la humanidad como pudieron en el resto de su administración mientras paralizaban los esfuerzos de paz ocultando sus verdaderas intenciones. Sí, podemos esperar ver más crueldad infligida a los palestinos en general y a la población de Gaza en particular. 

Sí, podemos esperar que Trump colme de regalos a Israel mientras aumenta las tensiones con Irán como lo hizo en su mandato anterior. 

Nada de esto cambia el hecho claramente establecido de que Joe Biden fue un presidente excepcionalmente horrible para este momento de la historia, y que la humanidad probablemente estaría mejor si hubiera perdido en 2020.

(Don't get me wrong, Trump is going to be terrible for the Palestinians, terrible for the middle east, and terrible for the world. And it's very possible that even this basic, bare-minimum end to an active holocaust won't hold. I'm not praising Trump, I'm shitting on Biden. Biden, who could have ended this all with a phone call at any time and chose not to, every day for 15 months. Whose unique combination of dementia, corruption and lifelong virulent Zionism made these genocidal atrocities possible in ways that couldn't have happened to the same degree under any other administration. Whose Zionist handlers pushed through as many crimes against humanity as they could possibly cram into the remainder of their administration while stalling peace efforts by hiding their true intentions. Yes, we can expect to see more cruelty inflicted upon the Palestinians in general and the people of Gaza in particular. Yes, we can expect Trump to shower Israel with gifts while ramping up tensions with Iran like he did in his previous term. None of this changes the clearly established fact that Joe Biden was a uniquely horrible president for this point in history, and that humanity would probably be better off if he'd lost in 2020.)

12:39 a. m. · 16 ene. 2025 75,8 mil Visualizaciones

“Una vergüenza”: el papa Francisco reaviva su disputa con Trump justo antes de su investidura... “Esta no es la manera de resolver las cosas”, afirma el pontífice sobre la ofensiva antiinmigratoria que planea emprender el presidente electo de Estados Unidos... el Papa ya llamó a Trump «no cristiano» en 2016 por sus planes de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México. Trump devolvió el golpe entonces, llamando al Papa Francisco «vergonzoso» (POLITICO)

 "El papa Francisco arremetió contra los planes de Donald Trump de deportar a millones de inmigrantes indocumentados, calificando de «desgracia» la propuesta del presidente electo de Estados Unidos.

«Si es verdad, esto será una desgracia... Esta no es la manera de resolver las cosas», dijo el pontífice el domingo, hablando en el programa de entrevistas italiano Che Tempo Che Fa. El pontífice respondió así a una pregunta sobre las redadas de inmigración previstas en Chicago en los días posteriores a la toma de posesión de Trump.

Trump, que jurará su cargo el lunes, ha prometido empezar a deportar a millones de inmigrantes indocumentados en su primer día en el Despacho Oval, haciendo del «mayor programa de deportación de la historia de Estados Unidos» una de las principales promesas de su campaña.

No es la primera vez que el Papa Francisco se enfrenta a Trump por las políticas de inmigración del abanderado republicano.

El primer papa latinoamericano y primer líder no europeo de la Iglesia católica en casi 1.300 años llamó a Trump «no cristiano» en 2016 por sus planes de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México.

Trump devolvió el golpe entonces, llamando al Papa Francisco «vergonzoso» y una «persona muy política». Los dos suavizaron ostensiblemente las cosas en 2017 cuando Trump visitó el Vaticano en un viaje que él llamó el «honor de su vida.»

El Papa Francisco dijo el domingo que no había hablado con Trump desde que el presidente electo ganó las elecciones de noviembre. También pidió que los países con tasas de natalidad en descenso acepten más migrantes.

 «Italia tiene una media de edad de 46 años... dejemos entrar a los inmigrantes», dijo, pero añadió que los inmigrantes deben estar “integrados”.

«Si el migrante no está integrado, es un problema», dijo.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que deja el cargo el lunes, es sólo el segundo presidente católico de la historia después de John F. Kennedy. Biden tenía previsto reunirse con el Papa Francisco en Roma en su último viaje al extranjero en el cargo, pero canceló la visita debido a los catastróficos incendios forestales de Los Ángeles."

(Seb Starcevic , POLITICO, 20/01/25, traducción DEEPL, enlaces en el original)

Trump en clave imperial... Trump manifestó que se sentía tentado de ser “dictador”, al menos por un día... Lo que parece transmitir ese planteamiento es un claro deseo de consolidar un área propia fundamentada en una asociación asimétrica en la que Estados Unidos (EEUU) sería el único que gozaría de soberanía real, subordinando el resto de vecinos y aliados a su dictado (algo similar a lo que tenía en mente Leónidas Brézhnev en 1968 cuando hablaba de la “soberanía limitada” del resto de miembros del Pacto de Varsovia)... buscará dividir y debilitar a los Veintisiete potenciando las relaciones bilaterales con cada uno de ellos en detrimento de Bruselas... No parecen ser, contra lo que pudiera parecer a primera vista, ocurrencias o desvaríos de actores noveles en el escenario internacional... dispone de muchos y muy potentes instrumentos para hacer realidad sus sueños, inspirados por un agresivo y ultranacionalista enfoque transaccional que buscaría no sólo intentar revertir el declive del liderazgo estadounidense, sino tomar ventaja en la competencia entre potencias globales que ya quedó reflejada en la Estrategia de Seguridad Nacional que el propio Trump suscribió en diciembre de 2017 (Jesús A. Núñez Villaverde, Real Instituto Elcano)

 "No es, desde luego, el único. Ahí está desde hace tiempo Vladímir Putin empeñado en garantizarse una zona de influencia propia en sus vecindades europea y asiática, mientras que Xi Jinping no deja duda alguna sobre su pretensión de absorber Taiwán y ampliar su dominio en los mares del sur y del este de China. Y hasta Turquía sueña a lo grande e Israel sigue ganando terreno soberano de otras naciones manu militari. En todo caso, lo chocante con Donald Trump es que sus recientes pretensiones imperialistas respecto a Canadá, Panamá y Groenlandia rompen por completo su pretendida imagen de no belicista y su supuesto perfil aislacionista.

Trump y su estrambótico compañero de viaje, Elon Musk, parecen pretender remodelar el mundo a su imagen y semejanza. Eso supone, en primer lugar, terminar el derribo del orden internacional vigente, tanto en lo que afecta a instituciones que directamente no respetan –como las Naciones Unidas– o que ya no les resultan útiles –como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)–, al tiempo que se sienten libres para saltarse los compromisos internacionales heredados- como el Acuerdo de París –y para hacer caso omiso de las reglas fundamentales que regulan las relaciones internacionales– incluso aunque se trate de aliados. Así se entiende, por ejemplo, que no descarte el uso de la fuerza militar para lograr el control de Groenlandia y del canal de Panamá o que muestre un desprecio tan visible contra el primer ministro canadiense.

“Cuando un personaje como Trump habla de que el control de estos territorios es de ‘vital’ importancia para la seguridad nacional estadounidense, es inevitable rememorar la referencia al ‘Lebensraum’ germánico del que Adolf Hitler echó mano en su momento”.

No parecen ser, contra lo que pudiera parecer a primera vista, ocurrencias o desvaríos de actores noveles en el escenario internacional, sino meditadas posturas de quienes van a liderar la principal potencia militar, económica, cultural, tecnológica y energética del planeta. Eso hace que dispongan de muchos y muy potentes instrumentos para hacer realidad sus sueños, inspirados por un agresivo y ultranacionalista enfoque transaccional que buscaría no sólo intentar revertir el declive del liderazgo estadounidense, sino tomar ventaja en la competencia entre potencias globales que ya quedó reflejada en la Estrategia de Seguridad Nacional que el propio Trump suscribió en diciembre de 2017.

Cuando un personaje como Trump habla de que el control de estos territorios es de “vital” importancia para la seguridad nacional estadounidense, es inevitable rememorar la referencia al “Lebensraum” germánico del que Adolf Hitler echó mano en su momento; sobre todo si se recuerda que el propio Trump manifestó que se sentía tentado de ser “dictador”, al menos por un día, y de contar con los generales que aquel había tenido. Lo que parece transmitir ese planteamiento es un claro deseo de consolidar un área propia fundamentada en una asociación asimétrica en la que Estados Unidos (EEUU) sería el único que gozaría de soberanía real, subordinando el resto de vecinos y aliados a su dictado (algo similar a lo que tenía en mente Leónidas Brézhnev en 1968 cuando hablaba de la “soberanía limitada” del resto de miembros del Pacto de Varsovia).

Visto desde la Unión Europea (UE) esa perspectiva anuncia problemas. Por un lado, porque podemos vislumbrar que, con todo su poderío económico y tecnológico, buscará dividir y debilitar a los Veintisiete potenciando las relaciones bilaterales con cada uno de ellos en detrimento de Bruselas. En la medida en que no pueda subordinar al conjunto de la Unión a sus planes, tratará de alimentar la fragmentación que ya existe, cortejando a unos (con Viktor Orbán y Giorgia Meloni a la cabeza), mientras castiga a otros; todo ello con la intención de contribuir al descrédito de un proyecto de unión política que representa lo contrario de lo que el magnate propugna. Por otro, más allá de que su propia figura servirá de ejemplo a seguir por parte de actores euroescépticos y antieuropeístas, empeñados en dinamitar la Unión desde dentro, podría encargarse de apoyarlos financieramente para que puedan tener mayor capacidad para promover el mismo ultranacionalismo antidemocrático que define al próximo inquilino de la Casa Blanca.

En esa misma línea cabe temer que su implicación directa en la resolución del conflicto en Ucrania, aprovechando que EEUU es el principal contribuyente económico y militar de Kyiv, termine por forzar un acuerdo que deje el país dividido y la UE más expuesta al ardor militarista de Moscú.

Que, contraviniendo la tradicional costumbre de no contar con mandatarios extranjeros en la toma de posesión, Trump haya cursado invitaciones al presidente chino (que la ha rehusado), a Benjamín Netanyahu (que previsiblemente tampoco asistirá), a Nayib Bukele (presidente de El Salvador), a Daniel Noboa (presidente de Ecuador), a Javier Milei (presidente de Argentina), a Giorgia Meloni (primera ministra de Italia), a Jair Bolsonaro (expresidente de Brasil), a Salomé Zurabichvili (expresidenta de Georgia), a Nigel Farage (diputado británico y líder del partido Reform UK), a Eric Zémmour (líder del partido francés ultraderechista Reconquista) y a Santiago Abascal (líder del partido ultraderechista Vox), da una  idea de sus simpatías y sus intenciones."

( Jesús A. Núñez Villaverde, Real Instituto Elcano, 15/01/25)

20.1.25

Gaza siempre perseguirá a Joe Biden... Ocho bebés murieron congelados este mes en Gaza antes del anunciado alto el fuego... Mientras tanto, Biden pidió al Congreso otros 8.000 millones en armas para Israel (que se suman a los 17.900 millones ya entregados)... Biden dijo en un discurso televisado: «Estoy seguro de que han muerto inocentes, y es el precio de librar una guerra.»... Biden vetó todas y cada una de las resoluciones de la ONU que pedían el cese temporal de los bombardeos... Biden mintió a la opinión pública sobre las pruebas de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak en 2002, mintió a la opinión pública sobre los acontecimientos del 7 de octubre, primero pregonando mentiras sobre bebés decapitados y acusaciones de violación, que fueron desmentidas o carecían de pruebas sustanciales (aunque Biden siguió repitiendo las falsas afirmaciones durante muchos meses), y después afirmando que la ayuda humanitaria era de suma importancia para su administración, cuando era plenamente consciente de que Israel estaba impidiendo que la ayuda llegara a los palestinos de Gaza... Al salir del despacho, sus manos están empapadas de sangre. Desde su papel clave a la hora de llevar a Estados Unidos a la guerra contra Irak en 2003 hasta su leal apoyo al genocidio de Israel, Joe Biden será recordado por el asesinato masivo oculto tras la estéril jerga diplomática de su administración... Biden y luego Kamala Harris ignoraron, se burlaron abiertamente y restaron importancia en repetidas ocasiones a Gaza y al alto el fuego, a pesar de que múltiples encuestas indicaban que se trataba de una cuestión muy cercana al corazón de muchos votantes en estados indecisos... Los gritos de Gaza deberían perseguir a Biden durante el resto de sus días (Sumaya Awad)

 "Ocho bebés murieron congelados este mes en Gaza antes del anunciado alto el fuego. Mientras tanto, en Washington, DC, en uno de los últimos actos de Joe Biden como presidente, su administración pidió al Congreso que autorizara otros 8.000 millones de dólares en armas para Israel (que se suman a los 17.900 millones que Biden ha dado a Israel desde el 7 de octubre de 2023).

Biden pasó la mayor parte de su vida intentando cumplir su sueño de convertirse en presidente de Estados Unidos. Y lo ha conseguido. Al salir del despacho, sus manos están empapadas de sangre. Desde su papel clave a la hora de llevar a Estados Unidos a la guerra contra Irak en 2003 hasta su leal apoyo al genocidio de Israel, Joe Biden será recordado por cientos de millones de personas en todo el mundo por el asesinato masivo oculto tras la estéril jerga diplomática de su administración.

 Han pasado quince meses desde que comenzó la embestida de Israel contra Gaza. El Ministerio de Sanidad de Gaza ha informado de que al menos 46.006 palestinos han muerto durante la actual invasión aérea y terrestre de la pequeña franja de tierra del tamaño aproximado de Filadelfia. Es probable que la cifra de muertos sea una drástica subestimación. Un estudio de Lancet publicado a principios de este mes estima que el número de muertes se ha subestimado en un 41%. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Israel ha destruido nueve de cada diez viviendas de Gaza, y al menos el 92% de todas las carreteras han quedado destruidas o dañadas. Esto ha provocado el desplazamiento de más de 1,9 millones de palestinos de Gaza, que viven en su mayoría en tiendas improvisadas, bombardeadas habitualmente por Israel. En uno de esos bombardeos, Israel atacó un hospital de campaña en Deir al-Balah, donde decenas de palestinos recibían tratamiento. Dos días antes de cumplir 20 años, Shaban al Dalou fue uno de los cuatro pacientes quemados vivos mientras recibía tratamiento, con una vía intravenosa en el brazo, en el campamento de tiendas del hospital Al Aqsa.

 Casi nueve meses antes del asesinato de al-Dalou, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) hizo pública una declaración en la que afirmaba la plausibilidad de que los actos de Israel en Gaza constituyeran genocidio. Se dio a Israel un plazo de treinta días para cumplir las medidas establecidas por la CIJ, incluida la exigencia de permitir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza. Israel no cumplió, y no ocurrió nada una vez transcurrido el plazo asignado. De hecho, Biden desestimó por completo el fallo de la CIJ y siguió entregando a Israel armas por valor de cientos de millones de dólares.

Biden pasó su último año como presidente financiando la destrucción de Gaza y medidas de limpieza étnica contra dos millones de palestinos. El día dieciocho del asalto israelí a Gaza en 2023, cuando habían muerto más de seis mil palestinos, casi la mitad de ellos niños, Biden dijo en un discurso televisado: «Estoy seguro de que han muerto inocentes, y es el precio de librar una guerra.»

 En las primeras semanas del ataque israelí contra Gaza en octubre y noviembre de 2023, cuando el número de muertos ascendía a diez mil, la administración de Biden vetó todas y cada una de las resoluciones de la ONU que pedían el cese temporal de los bombardeos. Con cada veto, y con cada discurso redoblando el apoyo al genocidio de Israel (un término introducido ya en noviembre de 2023), Biden y sus portavoces siguieron pregonando la importancia de las «negociaciones diplomáticas» como única forma de avanzar. De hecho, tras vetar una propuesta del Consejo de Seguridad de la ONU para hacer una pausa en los combates que permitiera la entrada de ayuda humanitaria crítica en Gaza, la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, declaró: «Estamos sobre el terreno haciendo el duro trabajo de la diplomacia. Creemos que debemos dejar que esa diplomacia se desarrolle». No hubo mucha diplomacia efectiva bajo la mirada de Biden, pero sí muertes masivas y horribles.

La postura belicista de Biden sobre Palestina, su total sometimiento a los caprichos de Israel, no supuso una ruptura con sus anteriores posiciones en política exterior. Quizás uno de los periodos que definieron su carrera fue el periodo previo a la guerra de Irak de 2003, cuando actuó como impulsor de la guerra dentro del Partido Demócrata. Como escribió Branko Marcetic para Jacobin en 2019, poco antes de la elección de Biden,

     "Biden fue uno de los setenta y siete senadores que votaron a favor de dar a Bush la autorización para emprender la guerra contra Irak, uniéndose a compañeros demócratas como Hillary Clinton, Chuck Schumer, Harry Reid y Dianne Feinstein. Veintiún senadores demócratas, entre ellos Dick Durbin, Ron Wyden y Patrick Leahy, votaron en contra. «En cada momento crucial, [el Presidente Bush] ha optado por la moderación y la deliberación», dijo Biden en el Senado. «Creo que seguirá haciéndolo. . . . El presidente ha dejado claro que la guerra no es inminente ni inevitable»."

Al igual que Biden mintió a la opinión pública sobre las pruebas de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak en 2002, mintió a la opinión pública sobre los acontecimientos del 7 de octubre, primero pregonando mentiras sobre bebés decapitados y acusaciones de violación, que fueron desmentidas o carecían de pruebas sustanciales (aunque Biden siguió repitiendo las falsas afirmaciones durante muchos meses), y después afirmando que la ayuda humanitaria era de suma importancia para su administración. En realidad, su secretario de Estado, Antony Blinken, era plenamente consciente de que Israel estaba impidiendo que la ayuda llegara a los palestinos de Gaza y no hizo nada al respecto por miedo a que reconocer esta flagrante violación de la ley exigiera que Estados Unidos detuviera los envíos de armas.

 Durante casi dos décadas, Biden se ha comprometido a proporcionar a Israel una financiación militar incesante, concretamente mediante el envío de armas. Como vicepresidente de Barack Obama, Biden voló personalmente a Israel para asegurar «la mayor promesa de ayuda militar» en la historia de Estados Unidos, proporcionando a Israel 38.000 millones de dólares en financiación militar a lo largo de diez años. Esa cifra ahora parece pequeña si se tiene en cuenta la friolera de 17.900 millones de dólares que Biden dio a Israel en el año posterior al 7 de octubre y los otros 8.000 millones de dólares que su administración está tratando de impulsar a través del Congreso en su última semana en el cargo.

 El movimiento para poner fin al genocidio y conseguir un alto el fuego y un embargo de armas a Israel ha crecido de forma desigual pero tremenda en los últimos quince meses. Pero no pudo forzar el cese de la brutalidad contra los palestinos, y a menudo no pudo superar los interminables recursos movilizados por el Comité Americano-Israelí de Asuntos Públicos y otros grupos pro-Israel contra las voces progresistas de Estados Unidos que se pronunciaron contra la guerra. Esas voces eran demasiado escasas dentro del Partido Demócrata, que perdió credibilidad entre amplias franjas de votantes en parte debido a su incapacidad para ofrecer lo que millones de estadounidenses exigían, un alto el fuego. Durante la campaña electoral, Biden y luego Kamala Harris ignoraron, se burlaron abiertamente y restaron importancia en repetidas ocasiones a Gaza y al alto el fuego, a pesar de que múltiples encuestas indicaban que se trataba de una cuestión muy cercana al corazón de muchos votantes en estados indecisos. De hecho, incluso ahora, en los últimos momentos antes de dejar el cargo, Biden ha permitido que Donald Trump tome las riendas para lograr un alto el fuego tras quince meses de permanecer impasible mientras Israel cruzaba cada «línea roja» que él trazaba.

 Muchas autopsias de la administración de Biden sin duda ignorarán o restarán importancia a su papel en el genocidio de Israel. Pero los palestinos y sus muchos partidarios en todo el mundo nunca olvidarán sus acciones y su inacción. Los gritos de Gaza deberían perseguir a Biden durante el resto de sus días."

( Sumaya Awad , JACOBIN, 19/01/25, traducción DEEPL, enlaces en el original)

Dicen las malas lenguas en Washington que la decisión de Trump de mudar su toma de posesión al interior del Capitolio, alegando las temperaturas extremas, es una milonga... cuando JFK o Barack Obama tomaron posesión se daban termómetros igualmente extremos... puede que la principal razón resida en que este Trump empoderado ya no precisa multitudes como las necesitaba hace ocho años... claro que mover la ceremonia a la rotonda del Capitolio reduce el número de invitados de 220.000 a 20.000... así que sólo entratán donantes, acólitos, verdaderos creyentes y algunos extraños invitados por imperativo legal; la mejor manera de demostrar el poder absoluto del nuevo emperador sin que nada ni nadie pudieran estropearle la imagen viral... La mayor concentración de poder económico, político y tecnológico que probablemente habrá visto la humanidad reunida para aplaudir y vitorear el hombre al cual dieron por muerto, que le ha puesto un mote a la mayoría o les ha ridiculizado en algún mitin. La oligarquía tecnoindustrial genuflexa en una misma sala celebrando su triunfo... si Trump se lo demandase, muchos se animarían a entregarle a su primer hijo varón; como en las misas negras de los buenos tiempos (Antón Losada)

 "El poder necesita símbolos que lo representen mientras es ejercido. El día 20 no habrá mayor representación simbólica de quien está o no está cerca del poder en la era Trump que entrar o quedarse fuera de la exclusiva ceremonia

Dicen las malas lenguas en Washington que la decisión del presidente electo, Donald Trump, para mudar su toma de posesión al interior del Capitolio, alegando las temperaturas extremas previstas para el día 20, es una milonga. Argumentan que cuando JFK o Barack Obama tomaron posesión se daban termómetros igualmente extremos. De hecho, el día del anuncio de la mudanza, la meteorología prevista no era ni noticia en el despliegue informativo que ya cubría los intensos preparativos para la ceremonia; se hablaba más de la notable disponibilidad hotelera que aún ofrecía la capital. Las mismas malas lenguas atribuyen la decisión a la ya legendaria obsesión de Trump con el tamaño de las multitudes que los demás congregan, comparadas con las suyas.

Seguro que el tamaño de la multitud esperada tuvo algo que ver en la decisión. Pero puede que la principal razón resida en que este Trump empoderado ya no precisa multitudes como las necesitaba hace ocho años, cuando su llegada a presidencia partía al país en dos y la cantidad de gente constituía un factor de legitimación; como lo constituiría durante el asalto del 6 de enero. Su triunfo en noviembre ha resultado tan transversal y abrumador que ya no hace falta demostrar que el pueblo le adora. No necesita masas porque ya las tiene así que ¿para qué arriesgarse a imágenes al aire libre con huecos o manifestantes cuando puedes trasladarlo al interior, convertir el Capitolio en un plató y controlar el plano y la redifusión? Cumplida su función, como siempre, las masas son desplazadas y contenidas en un lugar seguro. Nada personal, solo negocios.

Si les parece una afirmación exagerada no tienen más que constatar la extraordinaria operación de blanqueo del personaje, implementada ante nuestros ojos desde noviembre; que ya nos ha hecho olvidar que fue condenado penalmente hace una semana por 32 delitos y será el primer presidente delincuente convicto de la historia de los USA, o que nos ofrece toneladas de análisis perfectamente normalizados donde se nos explica por qué nos iría mejor si le devolvieran el Canal de Panamá o le vendieran a buen precio Groenlandia, o que nos invitó a reírnos de Justin Trudeau cuando le llamó gobernador de Canadá, o que informa con total naturalidad sobre en qué ciudad empezaran las redadas masivas en la primera potencia mundial o sobre la caza de brujas que el presidente ha anunciado en la administración federal para identificar y despedir a los “colaboracionistas” con lo que denomina “el cartel de la censura”.

Aunque también pudiera ser que la principal razón para el traslado responda a cuestiones más simbólicas, menos mediáticas. Mover la ceremonia a la rotonda del Capitolio reduce el número de invitados de 220.000 a 20.000. Doscientos mil invitados tendrán entradas “conmemorativas”, pero sin derecho de admisión. El poder necesita símbolos que lo representen mientras es ejercido. El día 20 no habrá mayor representación simbólica de quién está o no está cerca del poder en la era Trump que entrar o quedarse fuera de la exclusiva ceremonia. Sólo entran donantes, acólitos, verdaderos creyentes y algunos extraños invitados por imperativo legal; la mejor manera de demostrar el poder absoluto del nuevo emperador sin que nada ni nadie pudieran estropearle la imagen viral.

La mayor concentración de poder económico, político y tecnológico que probablemente habrá visto la humanidad reunida para aplaudir y vitorear el hombre al cual dieron por muerto, que le ha puesto un mote a la mayoría o les ha ridiculizado en algún mitin. La oligarquía tecnoindustrial sobre la cual ha alertado Joe Biden en su despedida reunida y genuflexa en una misma sala celebrando su triunfo. Si no estuvieran los extraños invitados por imperativo legal y las cámaras en directo y si Trump se lo demandase, muchos se animarían a entregarle a su primer hijo varón; como en las misas negras de los buenos tiempos."

(Antón Losada , eldiario.es, 19/01/25

Toretsk, uno de los principales bastiones ucranianos en la región de Donetsk, también ha caído... las líneas ucranianas son cada vez más débiles... según los datos proporcionados por los mapas de los canales rusos de Telegram y el Instituto para el Estudio de la Guerra de Estados Unidos... los rusos han alcanzado las afueras de Pokrovsk, el centro logístico ucraniano más importante desde el que las carreteras y los ferrocarriles alimentan todos los sectores del frente en la región de Donetsk... las regiones de Lugansk, Donetsk, Zaporizhia y Kherson fueron anexionadas por Rusia en 2022, y aunque todavía no están completamente bajo control militar ruso (aparte de Lugansk), forman parte, junto con Crimea, de las reivindicaciones territoriales que Moscú siempre ha puesto como condición previa para negociar un acuerdo que ponga fin al conflicto... Si los rusos consiguieran importantes éxitos territoriales en otras regiones como Dnepropetrovsk y Karkhiv, Sumy y en el futuro quizás Odessa, las pretensiones de Moscú podrían hacerse más extensas (Analisidifesa)

 "Volvemos a hacer balance de las operaciones militares en Ucrania utilizando las noticias disponibles y los mapas proporcionados por los canales rusos de Telegram y el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) de Estados Unidos.

Tras meses de combates casa por casa, la ciudad de Toretsk, uno de los principales bastiones ucranianos en la región de Donetsk, está ahora completamente en manos de las fuerzas rusas, salvo unos pocos grupos de casas en las afueras del norte y la mina Toretskaya (que conecta las afueras de la ciudad con el pueblo de Krymskoye), donde los rusos ya han penetrado.

Todavía no hay anuncios oficiales de la caída de la ciudad, pero los avances rusos por todo Donetsk siguen debilitando las líneas ucranianas. Los blogueros militares rusos estiman que la caída de Toretsk (Dzerzhinsk para los rusos) les permite apuntar desde el sur a Slavyansk y Kramatorsk, amenazadas también desde el este por los avances rusos hacia Lyman, lo que obliga a las tropas de Kiev a diluir las fuerzas concentradas en defensa de los dos bastiones.

Incluso en Chasov Yar, una plaza fuerte que constituía el bastión logístico en la retaguardia del frente de Bajmut, tras semanas de estancamiento los rusos avanzan rápidamente en los distritos del norte y el oeste, ahora completamente ocupados: la caída de la ciudad facilitaría aún más el avance ruso sobre Slaviansk y Kramatorsk, pero sobre todo permitiría a las fuerzas de Moscú acortar el frente en ese sector.

 También en la región de Donetsk, pero más al suroeste, las fuerzas rusas capturaron el 18 de enero la localidad de Vremevka, donde, según fuentes militares citadas por TASS, los ucranianos han perdido ya casi todas sus posiciones, mientras que, tras la caída de Kurajovo, los rusos están cercando a las fuerzas ucranianas que permanecen desplegadas al oeste de la ciudad en un cerco casi completo.

A falta de rápidas soluciones negociadoras que detengan las operaciones militares, los rusos en este sector podrían aspirar a rodear o conquistar Slavyansk y Kramatorsk y penetrar después en la región de Karkhiv también desde el sur (así como desde el norte y el este) con el objetivo de alcanzar Izyum, uno de los centros más importantes del que los rusos tuvieron que retirarse tras la contraofensiva ucraniana de septiembre de 2022.

Las unidades rusas también han penetrado en Velyka Novosyolka (...), que ahora está casi completamente rodeada: su caída, después de la de Ugledar (Vuhledar para los ucranianos) que cayó en manos rusas a principios de octubre, permitiría a los rusos amenazar el frente ucraniano de la región de Zaporizhia desde el este, donde fuentes ucranianas llevan meses diciendo que esperan una fuerte ofensiva rusa desde el sur.

 Una hipótesis creíble es que Moscú está esperando la caída de Velyka Novosyolka para poder atacar al enemigo desde dos direcciones diferentes, teniendo en cuenta que las principales carreteras que conectan Donetsk con Zaporizhia (T-0518 y T-0428) estarán bajo control ruso, así como la M-30 min dirección a la región de Dnepropetrovsk, desde cuya frontera las fuerzas rusas que avanzan al suroeste de Pokrovsk se encuentran ahora a menos de 5 kilómetros.

Tras haber alcanzado las afueras del sur de Pokrovsk, el centro logístico ucraniano más importante desde el que las carreteras y los ferrocarriles alimentan todos los sectores del frente en la región de Donetsk, en las últimas horas las unidades de Moscú han lanzado un asalto al oeste de Pokrovsk sobre las localidades de Udachnoye, Zverevo, Uspenovka y Kotlino (esta última estaría ya en manos rusas junto con una mina cercana).

Según han revelado algunos canales militares rusos de Telegram, las fuerzas de Moscú pretenden ocupar todos los accesos a la ciudad, a la que ahora sólo pueden acceder los ucranianos desde el norte por la carretera T-515 y desde el noroeste por la autopista E50 Pavlograd-Pokrovsk, ahora al alcance de las fuerzas rusas, que se encuentran a pocos kilómetros.

Las cosas no van mejor para las tropas de Kiev en la región rusa de Kursk, donde, sin embargo, los ucranianos siguen aportando fuerzas para frenar la contraofensiva rusa que, según el Ministerio de Defensa de Moscú, ya ha permitido recuperar más del 60% del territorio ocupado por los ucranianos el pasado agosto.

 «La ofensiva de las tropas rusas avanza en todas las direcciones. El enemigo sufre pérdidas significativas y se retira de los territorios ocupados», reza el comunicado del ministerio.

«A pesar de la transferencia de reservas ucranianas adicionales, han sido liberados 801 kilómetros cuadrados del territorio de la región de Kursk de los 1.268 inicialmente ocupados».

A ambos lados de la penetración ucraniana en la región de Kursk, los rusos han realizado en los últimos días un avance marginal a través de la frontera hacia la región ucraniana de Sumy, donde se concentra el apoyo logístico ucraniano para apoyar a las seis brigadas desplegadas en territorio ruso.

Por el momento es difícil comprender cuál es el propósito de esta penetración rusa, pero no se puede descartar que oculte el objetivo de desencadenar una maniobra de pinza sobre una parte de la región de Sumy para encerrar a las fuerzas ucranianas en un bolsillo.

Para concluir, conviene recordar que las regiones de Lugansk, Donetsk, Zaporizhia y Kherson fueron anexionadas por Rusia en referendos celebrados en septiembre de 2022, y aunque todavía no están completamente bajo control militar ruso (aparte de Lugansk), forman parte, junto con Crimea, de las reivindicaciones territoriales que Moscú siempre ha puesto como condición previa para negociar un acuerdo que ponga fin al conflicto.

 Si los rusos consiguieran importantes éxitos territoriales en otras regiones como Dnepropetrovsk y Karkhiv, Sumy y en el futuro quizás Odessa, las pretensiones de Moscú podrían hacerse más extensas."                    

(Analisidifesa, 20/01/25, traducción DEEPL, enlaces, gráficos y mapas en el original)

Alegrémonos por la liberación de todos los rehenes, israelíes y palestinos, en el acuerdo de paz de Gaza, incluidos 21 niños palestinos... Los rehenes palestinos tuvieron que esperar 8 horas más para ser liberados, mientras las tropas israelíes prohibían las muestras de alegría de sus amigos y familiares fuera de la prisión de Ofer, e incluso los atacaron con bombas de estruendo y balas de metal recubiertas de goma... Dado que las autoridades militares y penitenciarias israelíes practican habitualmente la tortura, algunos de los liberados llevan cicatrices físicas y psicológicas que les perseguirán el resto de sus vidas, no menos que a los rehenes israelíes liberados... las presas hablaron de las duras condiciones que soportaron en la prisión de Damon, como abusos, palizas, aislamiento y humillaciones... El periódico israelí Arab 48 afirma que muchas de las mujeres parecían débiles e inseguras al bajar de los vehículos que las transportaban (Juan Cle, UN. Michigan)

 "Es una noticia maravillosa que el domingo y el lunes hayan sido liberados rehenes israelíes y palestinos como parte del acuerdo de alto el fuego negociado por Qatar, Egipto y Estados Unidos.

Hamás liberó a Romi Gonen, de 24 años, secuestrada en el festival de música Nova el 7 de octubre de 2023. Emily Damari, de 28 años, fue secuestrada en su casa del kibutz Kfar Aza. Asimismo, Doron Steinbrecher, de 31 años, enfermero veterinario, fue secuestrado en el mismo kibutz. La alegría y el alivio de sus familias son la alegría y el alivio de todos nosotros. Su secuestro fue un crimen de guerra, por el que -entre otras cosas- los dirigentes de Hamás fueron acusados ante el Tribunal Penal Internacional.

Los rehenes palestinos liberados por Israel deben ser celebrados con la misma alegría y fervor. 90 de ellos -69 mujeres y 21 niños- tuvieron que esperar 8 horas más para ser liberados, mientras las tropas israelíes prohibían las muestras de alegría de sus amigos y familiares fuera de la prisión de Ofer, e incluso los atacaron con bombas de estruendo y balas de metal recubiertas de goma.

Muchos de los palestinos puestos en libertad el lunes, poco después de medianoche, eran presos de conciencia, encarcelados por sus publicaciones en las redes sociales, como podrían haberlo sido en Rusia o Arabia Saudí. Los palestinos, al ser apátridas y carecer de ciudadanía, no tienen derecho a tener derechos. No tienen derecho a la libertad de expresión. El tipo de expresión ociosa de sentimientos en Facebook que apenas provoca un bostezo en Estados Unidos puede significar años de confinamiento.

Al Jazeera (prohibida en Israel) informó de que uno de los rehenes palestinos liberados era la periodista Rula Hassanein. Analicemos su caso. El Comité para la Protección de los Periodistas explicó que el 19 de marzo, personal militar israelí -sin justificación alguna- detuvo a Hassanein, redactora de la red de medios de comunicación Wattan, con sede en Ramala, en su residencia del barrio de Al-Ma'asra, en Belén, Cisjordania palestina. La maniataron, la encapucharon y le confiscaron su ordenador portátil y su teléfono móvil. Después fue trasladada a la prisión de Damon, cerca de Haifa.

Según el CPJ, Hassanein compareció ante el tribunal militar de Judea, situado en la prisión de Ofer, al noroeste de Jerusalén, el 25 de marzo. Fue acusada de incitación en los medios sociales y de apoyar a una organización proscrita considerada ilegal por la legislación israelí.

Recordemos que es una periodista en activo que publica en varios periódicos regionales. Fue detenida por tuitear o retuitear su angustia por la guerra total israelí contra Gaza. No hizo nada que pudiera castigarse con penas de cárcel en un país democrático. No representaba un peligro claro e inmediato de violencia. Es víctima de una brutal ocupación militar extranjera.

La CIJ explicó: «La salud de Elia, la hija prematura de Hassanein, que padece debilidad del sistema inmunitario y úlceras en las palmas de las manos, los pies y la boca, ha empeorado desde la detención de su madre, que la amamantaba exclusivamente, según dichas fuentes e informes médicos, revisados por el CPJ. Hassanein dio a luz el año pasado a gemelos, Elia y Youssef, dos meses antes de lo previsto debido a complicaciones de salud, y perdió a Youssef tres horas después de nacer, según dichas fuentes.»

Sólo espero que Elia, su hija, esté bien después de tantos meses separada de su madre.

Al Jazeera escribe que otra rehén palestina liberada, una joven de 18 años, también había sido detenida por sus publicaciones en las redes sociales. Cita a su madre:

    «La abrazaré enseguida. Por supuesto que la abrazaré. Al principio, sólo serán lágrimas de alegría...

    «La acusaron de incitación por los posts que escribió en Facebook».

Ella llamó a los cargos «ridículos». Y así lo fueron.

Al Jazeera añadió: «El padre de otro joven que aún no ha sido puesto en libertad dijo a la AFP que su hijo también fue detenido por su actividad en las redes sociales».

 Así que algunos de los 90 liberados hoy eran culpables de utilizar las redes sociales mientras eran palestinos.

Dado que las autoridades militares y penitenciarias israelíes practican habitualmente la tortura, algunos de los liberados llevan cicatrices físicas y psicológicas que les perseguirán el resto de sus vidas, no menos que a los rehenes israelíes liberados.

El periódico israelí Arab 48 informó: «En declaraciones a los medios de comunicación, las presas hablaron de las duras condiciones que soportaron en la prisión de Damon, como abusos, palizas, aislamiento y humillaciones, que agravaron su sufrimiento y se sumaron al dolor del encarcelamiento.»

El periódico afirma que muchas de las mujeres parecían débiles e inseguras al bajar de los vehículos que las transportaban.

Hay que recordar que un gran número de palestinos son tomados como rehenes por el ejército israelí, que no presenta cargos contra ellos ni les ofrece la oportunidad de defenderse. Por eso se les llama legítimamente «rehenes» y no prisioneros. No hay garantías procesales."

( Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com, enlaces en el original)