4.12.25

Tenía ganas de leer algo así: La economía española, en proceso de desendeudamiento... La deuda pública está estabilizada, la deuda privada se reduce con gran intensidad y la deuda externa de España está en su cifra más baja desde hace 25 años... Estamos reduciendo —de forma intensa y rápida— el elevado nivel de deuda que se disparó en la década de la austeridad... en 2025 la deuda pública es del 103,4% del PIB, esto es, prácticamente la misma cifra que hace diez años... La mayor transferencia de fondos del Gobierno central —gracias al aumento de los ingresos públicos— explica la reducción en tres puntos de la deuda autonómica... en 2025, la deuda privada está en su cifra más baja desde hace 25 años... Los hogares están destinando una parte significativa del aumento de su renta —tienen más ingresos porque hay más gente trabajando y con mejores empleos y salarios— a desendeudarse... Y lo mismo está sucediendo con las empresas, que están reduciendo su deuda todavía con más rapidez e intensidad... Este desendeudamiento de las empresas y las familias permite que también se reduzca la deuda externa de nuestro país. Nuestra deuda neta con el exterior equivale al 44% del PIB, su cifra más baja desde 2001. En 2019 la deuda neta de España con acreedores extranjeros era del 72 % del PIB. Por lo tanto, en estos cuatro años se ha reducido en casi 30 puntos, gracias a los saldos positivos de nuestro sector exterior... conformando así un proceso de saneamiento del elevado nivel de deuda acumulado en la década anterior (Manuel Lago)

 "Uno de los bulos más recurrentes de la derecha sobre la economía española es que crecemos dopados por la deuda, esto es, que nuestro PIB crece por una supuesta explosión del endeudamiento. La realidad es exactamente la contraria: España está en un intenso proceso de desendeudamiento, tanto público como privado. Estamos reduciendo —de forma intensa y rápida— el elevado nivel de deuda que se disparó en la década de la austeridad.

Empecemos por el análisis de la deuda pública, la que es responsabilidad del conjunto de las administraciones. En 2008, la deuda pública era equivalente al 40% del PIB, pero se disparó hasta el 102,5% en 2015.  A pesar de los recortes del gasto, de la mal llamada austeridad, la deuda se disparó en 62 puntos de PIB.

Por el contrario, en 2025 la deuda pública es del 103,4% del PIB, esto es, prácticamente la misma cifra que hace diez años: en concreto, un punto porcentual más. Para que se entienda mejor: en la década de la crisis financiera, la deuda pública creció 60 veces más que entre 2015 y 2025. Es evidente que la deuda pública no es el factor que explica el crecimiento de nuestro PIB.

La positiva evolución de la deuda pública es especialmente destacable en el caso de las comunidades autónomas. En la crisis financiera, la deuda autonómica se multiplicó casi por cuatro, pasando de menos del 7% en 2008 a situarse por encima del 24% de su PIB en apenas siete años. Hoy, en 2025, la deuda de las comunidades es del 21% de su PIB: lejos de aumentar, la deuda se ha reducido en tres puntos.

La mayor transferencia de fondos del Gobierno central —gracias al aumento de los ingresos públicos— explica esta reducción de la deuda autonómica en un escenario tan complejo como el que hemos vivido desde 2020 hasta ahora.

Menos deuda publica pero, sobre todo, menos deuda privada, porque el endeudamiento del sector privado el de las empresas y los hogares se ha reducido de forma significativa. De hecho, en 2025, la deuda privada está en su cifra más baja desde hace 25 años.

Entre 1995 y 2007, la economía española vivió un ciclo expansivo —a caballo de la burbuja inmobiliaria— que se construyó sobre una montaña de deuda. Y la gran recesión posterior agravó aún más el problema, llevando la deuda de los hogares españoles hasta el 76% del PIB.

Hoy, en 2025, la deuda está por debajo del 44%, casi la mitad, porque las familias llevan diez años amortizando deuda. Los hogares están destinando una parte significativa del aumento de su renta —tienen más ingresos porque hay más gente trabajando y con mejores empleos y salarios— a desendeudarse. Hoy, el endeudamiento de las familias españolas se sitúa por debajo del valor medio de los países de la UE.

Y lo mismo está sucediendo con las empresas, que están reduciendo su deuda todavía con más rapidez e intensidad. La deuda empresarial se disparó hasta alcanzar el 97% del PIB en 2014, como resultado de los años disparatados de la especulación, primero, y de la larga recesión, después. Por el contrario, desde 2014 la deuda empresarial se ha reducido en 34 puntos hasta situarse por debajo de la media de la UE.

Este desendeudamiento de las empresas y las familias permite que también se reduzca la deuda externa de nuestro país. Nuestra deuda neta con el exterior equivale al 44% del PIB, su cifra más baja desde 2001. En 2019 la deuda neta de España con acreedores extranjeros era del 72 % del PIB. Por lo tanto, en estos cuatro años se ha reducido en casi 30 puntos, gracias a los saldos positivos de nuestro sector exterior.

Esta es la realidad de las cifras: la deuda pública está estabilizada, la deuda privada se reduce con gran intensidad y la deuda externa de España está en su cifra más baja desde hace 25 años, conformando un proceso de saneamiento del elevado nivel de deuda acumulado en la década anterior. Desde 2018, al menos, estamos resolviendo un grave problema de deuda que sufrían las empresas, los hogares, las administraciones publicas y España como país."                 (Manuel Lago , 20Minutos, 02/12/25) 

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