"Apenas nada ha cambiado en el meollo de la crisis, el sector financiero y sus aledaños: desde hace meses hay consenso sobre la dirección en la que hay que ir, pero el diablo está en los detalles, y en los detalles no hay avances. "Queda mucho por hacer", reconocía ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Más allá de las finanzas, el suspenso es evidente en varios frentes. Los países del G-20 van exactamente en dirección contraria a la marcada en algunos de los compromisos firmados. Singularmente en el comercio mundial, que afronta una peligrosa escalada proteccionista encabezada justamente por EE UU. (...)
Pero Obama se destapó hace unos días con una sorpresa: presionado por los sindicatos en un momento delicado de su presidencia, con la reforma sanitaria en el alero, anunció que gravará las importaciones de neumáticos chinos.Esa medida, que entrará en vigor al día siguiente de la cumbre de Pittsburgh, ha desatado la ira de China y ha encendido todas las alarmas: los expertos descartan una guerra comercial, pero los datos demuestran que el proteccionismo acelera a marchas forzadas." (El País, ed. Galicia, Economía, 20/09/2009, p. 26/7)
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