"Es muy probable que tras la subida de impuestos se encuentre el temor del Gobierno a una crisis de la deuda pública. Crisis que no debe entenderse como un colapso catastrófico, sino como un encarecimiento excesivo que asfixie la recuperación de la economía a partir de finales de 2011. En la medida que los ahorradores de los países con superávit se muestren más reacios a invertir en aquellos países con déficit persistentes que no muestran señales de ajuste, el coste del servicio de la deuda aumentará y se convertirá en un pesado lastre para la esperada recuperación de la economía.
Así que la esmirriada subida impositiva podría leerse como un mensaje trémulo a los inversores de que España hará lo que sea necesario para estabilizar sus cuentas públicas. Sin ella, quieren decir el presidente y su equipo económico, el déficit quizá hubiera llegado al 12% en 2010 y la deuda pública al 80%." (Jesús Mota: El envés de la trama fiscal. El País, ed. Galicia, Opinión, 01/10/2009, p. 27)
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