Tomando esos números como punto de partida se puede pensar en qué tiene que ocurrir para que el Gobierno sea capaz de reducir sus necesidades de financiación al 3% del PIB en 2013, tal y como nos hemos comprometido con Bruselas y los mercados financieros.
Para hacer fácil el ejercicio, supongamos inicialmente que no cambia el déficit exterior. En ese escenario llegar al 3% de necesidades de financiación pública inevitablemente implicaría que el sector privado español tendría que volver a ser un "deudor" por el equivalente al 2% del PIB.
¿Es esto razonable? Me temo que no. Necesitaríamos un inmenso shock de confianza para que las empresas decidieran invertir más, y las familias optasen por gastar más de lo que ingresan. Y aunque tuvieran tal confianza habría que ver si el sistema financiero estaría dispuesto a financiarles.
Y las empresas invierten cuando la capacidad instalada está cercana al pleno empleo, las expectativas de beneficios son atractivas y la seguridad jurídica está a salvo de medidas de última hora. (...)
¿Cuál es el problema? Que en los últimos 10 años nunca hemos sido capaces de conseguir que el déficit corriente fuese cero. (...)
Salvo que nos salve el mundo exterior -lo que no parece: quienes crecen son los emergentes, no los países desarrollados que son los que nos compran y de donde viene los turistas- para conseguir este shock de crecimiento basado en la demanda externa neta la demanda interna tendría que crecer muy moderadamente. Exactamente esta es la razón -que nada tiene que ver con ninguna conjura internacional- por la que desde "fuera" se mira con tanto escepticismo los escenarios macro que apuestan por crecimientos sostenidos de la economía española cercanos al 3% a partir del año próximo.
¿Estamos necesariamente condenados bien a no honrar los compromisos con Bruselas, bien a volver a re-endeudarnos, o bien a languidecer durante los próximos años? No.
Pero hay que actuar ya. Somos una economía sobrediagnosticada. Se sabe qué hay que hacer y quién lo impide. Se sabe que el reparto de los costes sociales no es un tema "tecnocrático" sino político. Se sabe que antes de repartir hay que crear la riqueza. Se sabe que el crecimiento sólo se consigue si existe un compromiso con el mercado, la productividad y la educación." (JOSÉ JUAN RUIZ: Miénteme, dime que podemos. El País, ed. Galicia, opinión, 07 /05/2010, p. 33)
No hay comentarios:
Publicar un comentario