Su objetivo es convencer a la población de que el sistema público de pensiones no es viable tal como está y que la única manera de que sobreviva es reduciendo significativamente las pensiones públicas, de manera que la población se asegure privadamente.
La Seguridad Social maneja, en cualquier país, la mayor cantidad de dinero que exista en aquel país. De ahí que la banca, ayudada por la presión de los mercados financieros, desearía intervenir en el manejo y gestión de tales fondos. (...)
El argumento que constantemente se hace a favor de las tesis de que el sistema de pensiones públicas no es sostenible es el de la transición demográfica, es decir, que debido al alargamiento de la esperanza de vida de la población, habrá cada vez más y más ancianos y que al coincidir con menos jóvenes (en parte consecuencia del descenso de la fecundidad), no habrá suficientes jóvenes para sostener a tantos ancianos.
Tal argumento, sin embargo, ignora varios hechos. Uno de ellos es que en los sistemas de reparto, la relación importante no es el número de jóvenes por cada anciano, sino el número de cotizantes y tamaño de cada cotización por pensionista.El número de cotizantes depende del porcentaje de la población que trabaja y cotiza a la Seguridad Social, un porcentaje que en España es todavía hoy muy bajo, sólo un 52%, cuando el promedio en los países nórdicos de tradición socialdemócrata (que tienen los sistemas de protección social más avanzados) alcanza unos porcentajes mucho mayores, de 72%.
Y ello como consecuencia del elevado porcentaje de la mujer adulta que trabaja en el mercado laboral. En España, nos queda mucho por hacer para facilitar la integración de la mujer en el mercado de trabajo y con ello aumentar el porcentaje de adultos que trabajan, pagan impuestos, crean riqueza y contribuyen a la Seguridad Social. (...)
La otra variable que es muy importante para averiguar si el sistema de pensiones públicas es viable en el futuro es el tamaño de las cotizaciones sociales, así como de los impuestos que se generan para el estado a fin de sostener a pensionistas y a no pensionistas.
Es decir, que la sostenibilidad de las pensiones depende de la riqueza del país. Y ello depende, además del número de trabajadores, de su productividad, un elemento clave que raramente es analizado por los sostenedores de las tesis catastrofistas de la Seguridad Social.
El problema con esta argumentación es que es profundamente errónea y es fácil de demostrar. Si la productividad del trabajador durante el periodo 2008-2060, aumenta cada año un 1,5% (el aumento promedio en los últimos años), entonces el PIB en 2060 sería 2,23 veces más grande que el PIB del 2007. Es decir que si consideramos el PIB del 2007 como 100, en 2060 será 223.
Pues bien, si el número de recursos para los pensionistas en 2007 era 8 (8% del PIB) y para los no pensionistas 92 (100-8), en 2060 sería para los pensionistas 33 (el 15% de 223) y para los no pensionistas sería 190 (223-33). Y todo ello medido en unidades monetarias que tendrían la misma capacidad de compra en 2060 que en 2007. Ni que decir tiene que el PIB en 2060 sería muchas veces más grande que el PIB de 2007 debido a la inflación y otros factores.
Pero, las cifras que cito aquí son cifras de monedas de valor constante, es decir que tendrían la misma capacidad adquisitiva. No hay por lo tanto ningún problema. (...)
Otro error que otros voceros de la banca hacen es que indican que resultado de una reducción del número de cotizantes por pensionista, las pensiones del futuro no podrán sostenerse. Esta tesis es equivalente a asumir que el descenso del número de trabajadores en el campo español (pasando de representar el 18% de la población adulta hace cuarenta años a 2% en la actualidad) ha representado un descenso del alimento producido en España.
Hoy, se vería el ridículo que habían hecho cien economistas si, hace cuarenta años, hubieran indicado que, consecuencia de que habrían menos trabajadores en el campo en 40 años a partir de entonces, la gente pasaría hambre porque no habría suficiente alimento.
Tal ridiculez estaría basada en la ignorancia de tales economistas, al no darse cuenta de que un trabajador ahora produce lo que 9 hacían antes.
Pues igual de ridículo están haciendo los 100 economistas cuando ahora están diciendo que, dentro de 40 años habrá la mitad de trabajadores por pensionista, ignorando que en 40 años, un trabajador sostendrá más del doble de pensionistas que ahora." (Vicenç Navarro: Respuesta a los portavoces de la banca sobre las pensiones; en www.vnavarro.org, 20/12/2010)
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