29.12.10

¿Y por qué a los banqueros no se les baja el salario? Un 5%... o ¿un 50%?... Que se ajusten ellos también... pues son culpables

"España está enfrentando una suerte de proceso de devaluación interna de precios y salarios, dado que al pertenecer a la zona euro la devaluación de la moneda no es una opción.

Hay que matizar a quienes afirman que el problema es el exceso de deuda pública: España tenía superávit antes de empezar la crisis y contaba con un ratio de deuda pública sobre el PIB de los más bajos de la UE en 2007.

Nuestro problema era un nivel excesivo de endeudamiento de hogares y empresas, facilitado por el sector financiero. Todos tienen que reconducir sus balances hacia una situación más equilibrada.

Las Administraciones públicas se están aplicando en esta tarea. Dentro de los ajustes destaca la reducción de los salarios públicos. Se aprobó una reducción del 5% para obtener un ahorro de 4.500 millones de euros en dos años.

El sector privado no financiero también ha puesto mucho. Cierres de empresas y dos millones de desempleados desde que empezó la crisis. Miles de empresas han negociado ajustes salariales. (...)

¿Y qué ajustes ha afrontado el sector financiero? Los accionistas han perdido mucho dinero. Los tenedores de deuda, bastante. Pero quienes trabajan en el sector financiero, especialmente los más "cualificados", no parece que se hayan visto muy afectados.

Para ilustrarlo, un dato: según los datos del INE al cierre del tercer trimestre, en el conjunto de los sectores de la economía el coste por hora trabajada disminuye un 2%, en el de actividades financieras y de seguros sube un 1,7%.

¿Es razonable que en una institución financiera, en proceso de saneamiento por sus errores, se negocie entre la dirección y los sindicatos ajustar el empleo mediante prejubilaciones a partir de los 53 años, mientras solicita 4.000 millones de euros en ayudas públicas a través del FROB?

¿Es sensato que entidades financieras que cuentan con ayudas públicas repartan bonos entre sus directivos? ¿Cómo es posible que desde el sector financiero se receten ajustes salariales al resto de la economía sin recomendárselos a sí mismo?

¿Cuánto vale la garantía otorgada por el sector público -es decir, el conjunto de contribuyentes- a bancos y cajas sobre sus depósitos, que son la parte fundamental de su financiación? (...)

Si, por ejemplo, en España se acordara una reducción del 5% de los salarios del sector financiero se conseguirían varios efectos positivos, siempre y cuando los ahorros obtenidos no se destinaran a beneficios.

En primer lugar, esto ayudaría a sanear el sistema financiero, devolviendo ayudas públicas, fortaleciendo los sistemas de garantías de depósitos y reduciendo el recurso al endeudamiento exterior.

Segundo, tendría un efecto positivo sobre los mercados y sobre la imagen de nuestro país.

Y en tercer lugar, mejoraría la confianza de hogares y empresas en la economía, no solo por lo anteriormente mencionado, sino porque además sería percibido como una decisión razonable y eficiente.

Muchos pensarán que esto es un cuento de Navidad. Una propuesta de este tipo tiene dificultades para aplicarse, pero no son insalvables. El ajuste no tendría por qué ser lineal, ni entre todas las entidades financieras ni entre todos los niveles salariales.

Si la iniciativa surgiera del propio sector sería más fácil de aplicar. Si no, el Estado podría "ayudar" a tomar la decisión.

Realinear los intereses de quienes trabajan en el sector financiero con aquellos que les financian -depositantes, bonistas y accionistas- incluyendo al prestamista de última instancia -el Estado-, no resolverá todos los problemas de la industria financiera.

Pero es el mejor camino para enderezar las cosas. Hay que abandonar la idea de que los accionistas se encargarán de hacerlo. No lo han hecho y no lo harán. En el caso de las instituciones financieras hay un claro interés público en minimizar las posibilidades de colapso del sistema financiero.

Una parte vital de la solución es hacer a los responsables partícipes de los costes de un eventual fallo del negocio que está bajo su control." (CARLOS ARENILLAS: Un cuento de Navidad. El País, opinión, 28/12/2010, p. 29)

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