Es el peor temor de cualquier desempleado que, además, sea fumador. Desde el próximo 1 de marzo, la red de hospitales de Franciscan Health System, del Estado de Washington, no contratará a aquellas personas que tengan nicotina en su cuerpo.
"La nicotina se añade a la lista de sustancias que se tratarán de detectar en el periodo que media entre el momento en que le ofrecemos a alguien un trabajo y cuando el candidato se incorpora a la empresa", ha dicho la compañía en un comunicado oficial.
"Si el candidato da positivo, sea cual sea la fuente, será eliminado de la lista de candidatos a considerar". Franciscan Health System es una de las mayores empresas de su área, y contrata a 8.100 trabajadores. (...)
Las empresas alegan todo tipo de razones para tomar estas medidas: incremento de los gastos de prevención, aumento de las bajas por enfermedad y descenso de la productividad por parones en el trabajo para fumar.
El caso es que, a la larga, y en 21 Estados norteamericanos, es perfectamente legal despedir o no contratar a fumadores.
Llamó la atención sobre ello, en 2006, Scott Rodrigues, cuando fue despedido de The Scotts Co., una empresa dedicada a la jardinería, según dijo él en su demanda "por fumar en privado, nunca en horario laboral, siempre fuera del lugar de trabajo".
La empresa implementó, en 2005, una nueva norma por la cual haría análisis de orina aleatorios a los empleados. Los que dieran positivo, serían despedidos fulminantemente. (...)
Destacó, además, que la empresa se había centrado en combatir el tabaco pero no otras dolencias tan costosas o más.
"Scotts no fuerza a sus empleados a evitar otras prácticas legales pero insanas, incluidas la obesidad, el consumo de alcohol, no hacer deporte, paracaidismo, exceso de horas ante el televisor, consumir demasiados productos azucarados, ser dueño de mascotas peligrosas, volar en avionetas privadas, hacer montañismo, participar en carreras de esquí de descenso, manejar yates en solitario o fumigar céspedes con químicos de composición tóxica", dijo.
Suena, es cierto, a broma. Pero para las personas afectadas no lo es. Rodrigues perdió su trabajo y, eventualmente, la demanda, en 2009. No está solo. Su caso no es único o aislado. Ni siquiera es de los más flagrantes porque él había trabajado para su empresa dos semanas.
¿Qué sucede si, en lugar de 14 días, hubieran sido más de 5.000, 14 años de leal servicio a una empresa? Podría responder Anita Epolito, que en 2005 fue despedida por sus jefes de la empresa consultora de seguros de Michigan Weyco. Había fumando ocasionalmente en los descansos de su jornada laboral y fumaba en casa.
El uno de enero de aquel año sus jefes prohibieron el tabaco dentro y fuera de la oficina. Un análisis de orina reveló que había fumado. En su casa. Fue despedida. "¿No significan nada mis 14 años de servicio a la empresa?", le preguntó a su jefe. "Lo siento, pero no". (...)
Pero, ¿cuánto cuesta el alcohol? ¿Y la obesidad? ¿Son equiparables al consumo de nicotina o más caros? ¿Dónde acabará la lista de razones para no contratar a alguien?
Es lo que se preguntan otros expertos y defensores de lo que llaman derecho del trabajador a la privacidad, como Lewis Maltby, presidente del lobby Workrights Institute, que ha emprendido una campaña de dimensiones nacionales contra el despido o la no contratación de fumadores.
"Obviamente no se están violando los derechos legales de los trabajadores porque no hay leyes al efecto en 21 Estados, pero estoy seguro de que sí se están violando sus derechos morales", afirma.
"No hay nada que haga del tabaco algo tan especial como para someter a los fumadores a esta campaña", añade. "Hay una larga lista de cosas que hacemos en nuestra vida privada que tienen efecto tarde o temprano en nuestra salud, sea tabaco, sea cerveza o sea alimentación.
¿Se va a poner una empresa a averiguar si hemos cumplido con nuestros impuestos? ¿O si tenemos multas de tráfico? ¿Van a dejar de contratarnos por ello? Esas empresas hospitalarias que ahora no contratan a fumadores no operan, como dicen, para ahorrar en gastos sanitarios.
Es más bien una cuestión de imagen. Lo hacen como un lavado de cara, porque queda mejor ante la clientela".
Para Maltby, el del tabaco es un episodio más en un largo serial de agravios al trabajador: "En este país las empresas se han permitido despedir a personas por casi cualquier motivo. Han despedido a trabajadores por beber cerveza, por tener demasiado sobrepeso o por conducir mal. Cualquier razón es válida". (El País, 19/02/2011)
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