
Es verdad que esos patrióticos y autosatisfechos empresarios –entre los que se cuenta la flor y nata de los rentistas inmobiliarios y financieros— representaban más de las dos terceras partes del PIB español; como también lo es que el 82% de las grandes empresas que cotizan en el IBEX tienen filiales en paraísos fiscales totalmente opacos a la hacienda española.
Es decir, Zapatero escenificó por lo magnífico el día 27 de noviembre, día de "reflexión electoral" en Cataluña, su sumisión política expresa a una élite económica tan rapaz como la española, formada, como es harto sabido, por menos de 1.500 personas.
Su sumisión política, esto es, a una exigua minoría que, representando apenas un 0'035% de la población, controla de manera decisiva, además de los grandes medios de desinformación y propaganda legitimatoria, la dinámica económica fundamental de nuestro país, con una capitalización de 789.759 millones de euros, equivalente (en 2008) al 80'5% del PIB.
Al día siguiente, los socialistas catalanes perdían a la mitad de su electorado." (Sin Permiso14/02/2011, citando a 'Reino de España: las políticas del miedo y el derrumbe electoral del PSOE', de Antoni Domènech · G. Buster · Daniel Raventós)
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