Ambos por igual. Por una parte, el tándem banca-inmobiliarias ha organizado el negocio fomentado por los políticos que han tenido la llave a nivel local y regional. Las limitaciones presupuestarias de los ayuntamientos les han inducido a buscarse la vida para obtener financiación.
Ese contexto es muy favorable a la connivencia de megaproyectos discrecionales que nacen entre bastidores al margen del sentido común de un plan urbanístico.
¿Se ha aprendido lo suficiente de esta burbuja inmobiliaria para que no se vuelva a repetir?
A corto plazo, más que aprender, lo que se impone es la coyuntura. Con este último boom del ladrillo, España ha pasado de ser uno de los últimos países en tasa de endeudamiento familiar a estar por encima de todos. Por tanto, cuando el ahorro de los hogares está devorado, es imposible que la burbuja se infle en poco tiempo.
Hasta que se digiera todo el stock de viviendas, y se vaya amortizando y reduciendo el endeudamiento, la crisis seguirá cortando las alas a este modelo del andamio especulativo inmobiliario-financiero. Sin embargo, puede que dentro de 20 años nos hayamos olvidado de todo y vuelva a suceder. (...)
¿La corrección del stock’ es más una cuestión de tiempo o más bien de reducción de precios?
Se puede facilitar el ajuste con la bajada de precios, pero el gran problema es que la demanda está muy de capa caída por la crisis.
Además, existe el gran forcejeo en los precios porque en España no hay estadísticas de precios de mercado sino de las tasadoras que trabajan para las entidades financieras, que acaban siendo juez y parte.
Los precios de tasación caen la mitad que los anuncios y eso no es real porque, al final, las operaciones se acaban realizando por debajo de lo que aparece en los anuncios. (...)
¿Qué salida le daría a los pisos en manos de las cajas por los impagos?
Su conversión en vivienda social. El Gobierno se lo debería haber pedido a las cajas como pago al FROB.
El Gobierno vasco tiene intención de gravar los pisos desocupados. ¿Es una fórmula para aumentar el parque de vivienda social?
Sin duda. De hecho, en otros países hay experiencias en este sentido. En Francia ni siquiera existe una ley de vivienda, sino de cohesión social que dice que es impresentable que en una zona donde hay necesidad de viviendas las haya desocupadas.
Existe un impuesto creciente que llega a ser casi confiscatorio y eso engrosa el stock de vivienda social que allí tiene mucha importancia. " (Attac Madrid, 02/03/2011; citando a Público, Entrevista a Manuel Naredo)
"-Describe un negocio, el de la promoción inmobiliaria, que domina el urbanismo y toda planificación, una herencia del franquismo que no cambió la transición ni las sucesivas burbujas. ¿Por qué esa resistencia?
La legislación, cada vez más laxa, hizo que el agente urbanizador sustituyera al planeamiento. Y las infraestructuras se orientaron también a favorecer ese modelo de desarrollo.
-Las entidades financieras están sufriendo también sus políticas inmobiliarias, pero no tanto los políticos que las definían.
-Las cajas han actuado como la mano financiera de ese neocaciquismo. ¿Los políticos? Bueno, actuaron de acuerdo a las leyes, que puede pensarse que están hechas para justificar la trampa. " (La Voz de Galicia, 24/02/2011)
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