Estas crisis originadas por un colapso del crédito resultan ser mucho más prolongadas y profundas que las crisis desatadas por un estallido inflacionario.(...)
Contrariamente a la creencia popular, el dinero que circula por el mundo no es creado por los gobiernos sino por la banca privada en forma de préstamos, que es el origen de la deuda.
Este sistema privado de creación de dinero se volvió tan poderoso en los últimos dos siglos, que ha llegado a dominar a los gobiernos a nivel mundial. (...)
Para comprender ésto hay que señalar que el sistema financiero ha funcionado siempre como un gigantesco esquema ponzi, donde los nuevos deudores permiten mantener la velocidad del crédito.
Si se produce un colapso de los nuevos deudores el sistema se queda sin la opción de conceder más crédito y a medida que esta opción se endurece en el tiempo, el sistema entero colapsa y requiere inyecciones de liquidez con la esperanza de que los flujos vuelvan a la normalidad. (...)
Los bancos centrales son los responsables de la oferta monetaria primaria, o base monetaria, conocida también como dinero de alto poder expansivo. Este dinero de alto poder expansivo es el que llega a los bancos privados, que son quienes lo reproducen por la vía del crédito.
La reproducción del dinero original depende de la tasa de encaje, o reservas mínimas requeridas, que produce el efecto inverso: ante menor exigencias de reservas, mayor es la cantidad de dinero que crea la banca privada. Esto se conoce como el multiplicador monetario, y su fórmula, de gran simpleza es m=1/r, donde m es el multiplicador monetario, y r el nivel de reservas exigidas, en porcentaje.
De este modo, ante un nivel de reservas del 50% (r =0,5 en la ecuación), el multiplicador monetario es 2, como era en los orígenes de la banca inglesa en el año 1630.
Si el nivel de reservas es del 20%, el multiplicador monetario es 5, y si las reservas exigidas son del 10%, el multiplicador es 10 (m=1/0,1) , lo que indica que se está multiplicando diez veces la cantidad de dinero real ofrecida por el banco central.
Gran parte de la desregulación financiera promovida desde los años 80 consistió en dar a los bancos la mayor de las libertades para la estimación de sus reservas.
De este modo el clásico estigma de reservas en torno al 10% o 20%, fue reducido a niveles del 1%, e incluso inferiores, como lo fue con Citigroup, Goldman Sach. JP Morgan y Bank of America que, en sus momentos más serios, afirmaban tener una tasa de encaje del 0,5%, con lo cual el multiplicador (m=1/0,005) permitía crear 200 millones de dólares con un solo millón de dólares en depósito.
Y en el período de la burbuja, las reservas llegaron a ser inferiores al 0,001%, lo que indica que por cada millón de dólares en depósito real, se creaban 1.000 millones de dólares de la nada.
Esta fue la gallina de los huevos de oro para la banca. (...)El remedio que ofrecían los bancos centrales era muy simple: apenas husmeaban un incremento de la inflación elevaban la tasa de interés para así encarecer el crédito y bloquear los potenciales nuevos préstamos (cortando de este modo los potenciales nuevos préstamos) e incentivando, a tasas más altas, el “ahorro” seguro de los prestamistas.
¿Se logra entender ahora el abismo en el cual estamos, y por qué gobiernos y bancos centrales corren a tapar esos enormes agujeros que dejó el dinero falsamente creado? ¿Se entiende por qué la Fed y el Banco Central Europeo corren a rescatar la basura de los activos tóxicos creada en este tipo de operaciones? " (Jaque al liberalismo, 15/06/2011)
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