"Una persona tiene tos y fiebre. Acude al servicio de urgencias de un
hospital. Ahí, le diagnostican una posible tuberculosis. ¿Cuál es el
siguiente paso? Si se trata de una persona con tarjeta sanitaria, los
médicos le mandarán a un especialista. Puede, incluso que haga falta
ingresarle y aislarle. ¿Y si es un inmigrante en situación irregular?
El decreto que publicó este martes el BOE parece tajante. Una persona
en esa situación tendrá restringida la atención sanitaria a la
“urgencia por enfermedad grave o accidente, hasta el alta médica”.
También se atenderá la “asistencia al embarazo, parto y postparto”, y a
los “extranjeros menores de 18 años” que “recibirán asistencia sanitaria
en las mismas condiciones que los españoles”. El plazo para regularizar
sus papeles será el 31 de agosto.
Entonces, en el caso del hombre con tuberculosis, ¿tendrán los
médicos que dejarle marchar y tomar el metro, donde puede infectar a
decenas de personas? ¿Es lógico que se vaya a casa con las dificultades
que va a tener para seguir el tratamiento? ¿Hay algún agujero para
evitar lo que puede ser un problema de salud pública? (...)
La tuberculosis tiene distintas fases, explica el experto, y en unas el
individuo es muy infeccioso, y hay que “ingresarlo y aislarlo”, y en
otras, no. Con el actual decreto, “no podemos ingresarlos”, afirma
Toranzo.
Pero en el otro caso la situación tampoco es mejor. “Si no se
le va a ingresar, hay que derivarlo a un neumólogo”. “En urgencias no
tenemos que ver si tiene seguro o no”. Lo que está claro es que “si es
un problema de salud pública, alguien le tiene que ver”, concluye. (...)
“Es importante señalar que la población que recibe atención medica en
urgencias por enfermedad grave debe recibir atención hasta el alta
médica”, como recoge el decreto, “no hasta el alta hospitalaria”. Y esta
diferencia “es muy importante”.
Precisamente, Sanz indica que esto “es
complejo en determinadas patologías como la tuberculosis”. “Esta
enfermedad es diagnosticada mayoritariamente en el nivel hospitalario,
las revisiones se hacen en el hospital, pero el seguimiento y la
medicación, salvo excepciones, se tramita en atención primaria. La falta
de acceso a atención primaria puede dificultar el cumplimiento del
tratamiento de tuberculosis. Esto puede tener graves repercusiones para
la salud pública”.
Este caso no es solo un ejercicio teórico. En España se diagnostican
unos 8.000 casos al año, y, de ellos, la mitad se da en inmigrantes.
Unos —sobre todo de Europa del Este— la traen consigo.
Otros la adquieren aquí, un fenómeno que se incrementa por las
condiciones de vida de muchos, con hacinamiento e insalubridad. La falta
de tarjeta sanitaria (y del correspondiente acceso a la atención
primaria) “posiblemente dificulte la adherencia a los tratamientos de
tuberculosis”, incide Sanz.
Esta situación tiene un riesgo añadido. La tuberculosis, y otras
enfermedades, tienen un alto potencial contagioso. No tratarlas a tiempo
supone extender su riesgo. Y, con ello, aumentar el coste para el
sistema sanitario. Justo lo contrario de lo que se quiere conseguir." (El País, 24/04/2012)
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