1.5.12

“El banco decía que mi protesta le daba mala publicidad” Una santiaguesa consigue la dación en pago de su hipoteca por la presión social

"A las protestas y a las movilizaciones, a la presión, da las gracias Susana, una vecina de Santiago, que se acaba de quitar una deuda de 80.000 euros de encima. Cuatro meses después de anunciarle que iba a subastar su casa, el Banco Santander ha rectificado y donde afirmaba que era imposible hacer nada para saldar la deuda hipotecaria de Susana, ahora acepta la vivienda como pago.

 Ella entrega un piso que compró en otro contexto, el de 2003, mucho menos ingrato que el actual, y que la ataba a razón de 600 euros al mes. (...)

La propiedad llegó a acumular una deuda de 140.000 euros, costas judiciales incluidas, cuando dejó de pagar la hipoteca. Un viernes del pasado enero le dejaron debajo de la puerta el aviso de que el lunes siguiente se subastaría su casa.

En ese momento entró en contacto con la plataforma Stop Desahucios Compostela, que hizo de altavoz de su situación. “Quiero recalcar el trabajo de Stop Desahucios, su apoyo moral, lo que me protegieron, su comportamiento es digno de valorar. Si no es por ellos estaría en la calle y con una deuda de 80.000 euros”, explica.

La pasada semana firmó el acuerdo verbal al que llegó con el banco para entregar su vivienda como pago de la deuda. El Santander aceptó además que viva en su casa hasta comienzos del mes de octubre, con tiempo para clarificar su situación y buscar una nueva vivienda, de alquiler, para ella y sus dos hijos. 

Ahora, dice, se pondrá también en manos de los asistentes sociales del Ayuntamiento para valorar todas sus opciones y comenzar de nuevo. (...)

“El procedimiento de aviso se hizo de forma totalmente irregular, pues las notificaciones judiciales deben ser entregadas por lo menos 20 días antes de que se efectúe la subasta y, en este caso, no se respetó el plazo ni se acreditó que Susana recibiese la notificación”, indican desde Stop Desahucios. 

Con su asesoramiento legal y la presión en la calle, pararon la subasta y comenzaron la lucha para conseguir la dación en pago. Se concentraron en las puertas del banco periódicamente e hicieron ruido. “Les estábamos dando mala publicidad, nos reprochaban eso. A ellos no les gustaba la mala propaganda, pero [mi situación] era la realidad”, cuenta Susana.

 Le costó llegar al director de la sucursal y al abogado, que en un principio se negaron a negociar. “Pero a raíz de hacer concentraciones e insistir llegamos a un acuerdo verbal”. Stop Desahucios se encargó de hacer llamamientos a la ciudadanía “e invitando a sumarse y a colaborar”.        (El País, Galicia, 20/04/2012)

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