"Si hay un tema en el que Alemania no quiere que la UE le diga lo que
tiene que hacer, ese es su sistema financiero. Y es que el país germano
tiene un peculiar sector bancario que a menudo es criticado por
expertos internacionales que alaban en cambio otros aspectos de la
economía del país.
De él dicen los críticos que quizá es uno de los
menos eficaces y de los más costosos para sus clientes de los sistemas
bancarios europeos. (...)
Más allá de la banca privada encontramos el segundo grupo de entidades
financieras en Alemania. Se trata de los bancos de derecho público, o
sea las cajas de ahorro y regionales, que juntas suman aproximadamente
un 31 por ciento de los activos bancarios del país. (...)
En general los expertos se ponen de acuerdo que las cajas de ahorros
regionales son el talón de Aquiles de la economía alemana. Así, en total
hay una constelación de 429 entidades diferentes, con más de 40
millones de cuentas corrientes a lo largo y ancho del país.
Y es que el
71 por ciento de los tres millones de pymes del país acuden a ellas como
su principal entidad financiera y es que esta era la voluntad inicial
del sistema de cajas de proximidad, un trato directo con los clientes
para gestionar sus ahorros y conceder pequeños créditos, sin mover
grandes cantidades de dinero.
El problema es que se ha demostrado que estas entidades son también
mucho más fragiles antes los poderes locales y regionales. De hecho
estan desde su fundación ligadas al poder político, puesto que la
gestión es cooperativa con los gobiernos locales, es decir, en buena
parte, pública.
No sólo eso, sino que además son organizaciones
atomizadas con vocación a menudo limitada a una zona geográfica o a una
ciudad. (...)
Si nos planteamos cómo recibió el sistema financiero alemán la
crisis entre 2008 y 2011, la respuesta debe también verse fragmentada
según los tipos de entitades.
La banca comercial privada y la banca regional sufrió duramente su
dureza, registrando pérdidas importantes a razón de sus exposiciones a
activos tóxicos y a las turbulencias de los mercados financieros. Las
bancas cooperativas quedaron un poco más al margen, y conservaron acceso
a la financiación gracias a sus depósitos.
El gobierno alemán, sin embargo, no se quedó de brazos cruzados y
puso en marcha un plan de salvamiento en otoño de 2008, con el objetivo
de estabilizar un frágil sistema financiero alemán. Los poderes públicos
alemanes gastaron más de 250.000 millones de euros de garantías o
aportaciones de capital en reparar un sistema notablemente dañado.
Mutiplicaron estructuras de bancos malos, programas de liquidación de
activos, unas medidas sucediendo a veces a otras sin mucha transparencia
contable y financiera.
El Eurostat mostró, finalmente, sin embargo, que
hubo en este periodo una progresión de nueve puntos del endeudamiento
público alemán. (...)
Dos son los grandes nombres de bancos rescatados en Alemania. Hypo Real Estate
(HRE) fue una entidad especializada en la financiación de proyectos
inmobiliarios y colectividades locales.
Sus activos tóxicos se
transfirieron por 173.000 millones de euros a un banco malo, las
pérdidas del cual, cifradas en 10.000 millones de euros en 2011 debidos
principamente a la exposición a la deuda griega, se financian
completamente por el estado alemán .
En cuanto a Commerzbank, el segundo más importante del país,
sus problemas derivados de la crisis de 2008 y los riesgos de quiebra
que la marcaron, conducieron a los poderes públicos alemanes a tomar
casi totalmente su control." (El Economista, 14/12/2012)
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