"Todas las historias tienen un
comienzo. Esta en concreto se remonta un año atrás, allá por el mes de
marzo de 2012. Dos personas, Lorenzo Barba y Yolanda Romero, deciden
ponerse el mundo por montera y empezar a remover Roma con Santiago con
el objetivo de luchar contra uno de los grandes males de nuestro tiempo:
los desahucios.
Pero hará falta echar la vista un poco más lejos para conocer los
antecedentes. En 2007, Lorenzo y su esposa Yolanda, Yoli, con un niño de
poco más de un año, empiezan a tener problemas económicos. El primero,
transportista, se queda en paro. Su mujer, por su parte, se ve obligada a
cerrar la tienda de golosinas que regenta ante la caída de ventas del
negocio.
Con este panorama, ambos ven que en un futuro no muy lejano se
haría difícil poder pagar la letra de su piso —350 euros — de la
barriada jerezana de San Telmo.
"Estuvimos diez meses intentando negociar con el banco, —recuerda
Yoli—pero nos daban la contestación que le dan a las tres cuartas partes
de los españoles: ustedes firmaron en el notario las cuotas que tenían
que pagar, y como no pueden hacerlo, si pierden la casa la culpa es
suya".
Lorenzo
encontró trabajo vendiendo coches de segunda mano, pero no garantizaba
llevar un sueldo fijo a casa. "Había meses que no vendía ni un coche, y a
lo mejor en otro vendía tres o cuatro y sí lograba traer a casa tres o
cuatro mil euros, pero esto no nos llevaba a ninguna parte, porque todo
se lo acababa comiendo el banco".
Y al final, a primeros de 2012, llegó lo inevitable. "Hay un momento en
el que tienes que valorar qué es lo más importante: que tu hijo pueda
comer todos los días o seguir pagando la hipoteca. Evidentemente es lo
primero".
Con la
casa embargada, la pareja empieza a informarse por internet de una
asociación, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que allá
en Barcelona ya trabaja por paralizar los casos de desahucios que, por
centenares, se daban en Cataluña. Así, tras ponerse en contacto con Ada
Colau, portavoz de la PAH barcelonesa, logran abrir en marzo la
plataforma jerezana.
Sus inicios no fueron fáciles, ya que, aunque los medios locales
empiezan a interesarse por ellos, "para los políticos éramos unos
frikis, unos don nadie", recuerda Yoli. Un año después, cómo son las
cosas, ya no son ellos los que solicitan reuniones con los gobernantes,
ni llaman a la puerta de los medios de comunicación para darse a
conocer.
Ahora es al revés: Lorenzo no da abasto para atender las
llamadas que recibe a sus dos móviles. La 1, Cuatro, La Sexta, Antena 3,
Canal Sur, Cope... Todos quieren conocer de primera mano quién es una
de las primeras personas que, en Andalucía, ha conseguido ganarle la
batalla a los desahucios.
El del pasado viernes no era un
día más. Horas después de la entrada en vigor del Decreto Ley sobre la
función social de la vivienda, Lorenzo, Francisco Javier Armida y su
pareja María, Marco Vega y Dolores Bermejo tenían una cita importante en
Cádiz. Quizás, la más importante en muchos meses.
En la Delegación
Territorial de Fomento, Vivienda, Turismo y Comercio les esperaba el
delegado, Manuel Cárdenas, para firmar la documentación que les
permitirá seguir viviendo en sus casas los próximos tres años sin el
temor a ser desahuciados.
Cada uno de ellos tiene una historia detrás, aunque vínculos en común
como estar parados, tener hijos menores de edad y tener fechado ya el
lanzamiento de su vivienda.
El caso de Dolores Bermejo es conocido. Esta divorciada, madre de una
niña de 12 años, estuvo a punto de ser desahuciada de su piso de la
jerezana barriada de La Vid el 8 de abril por mantener con su banco una
deuda de 97.185 euros. El pasado viernes se garantizaba poder seguir
disfrutando de ella hasta 2016.
"Cómo cambia la vida", afirmaba emocionada. Poco amiga de las cámaras y
de salir en prensa, no salía de su asombro al ver la enorme repercusión
mediática de esta histórica firma.
Marco Vega fue otra de las personas que el viernes estampaba con gusto
su autógrafo en el documento que le garantiza ser uno de los primeros
beneficiarios del Programa Andaluz en Defensa de la Vivienda. Parado
desde hace años, este ex instalador de gas natural también tiene dos
hijos pequeños.
Su vivienda ya está embargada y cada vez veía más cerca
la fecha del lanzamiento. "Mi familia ha pasado un calvario. Ni te
imaginas lo que ha supuesto para nosotros que se haya aprobado este
decreto", afirmaba exultante.
Por su parte, el caso de Francisco Javier y su pareja María es
diferente. Ambos fueron desahuciados el pasado 18 de enero, por lo que, a
pesar de firmar como el resto de sus compañeros, no las tenían todas
consigo, ya que, en principio, el programa afecta a las personas que,
entre otros requisitos, no hayan sido aún desahuciados.
"A ver qué pasa.
Desde luego confiamos en que salga esto para adelante, porque somos
muchos los andaluces que ya nos hemos quedado sin casa".
Francisco, "Nene" para sus amigos, era alicatador. María, por su parte,
repartía publicidad hasta hace seis años, cuando se quedó embarazada de
sus gemelas. Desde que perdieron su piso, están alojados en casa de la
madre de Nene, pero es tan pequeño que la mujer se ha visto obligada a
vivir en una tienda de alimentación de la barriada jerezana de Federico
Mayo, donde le habilitaron un par de dormitorios. "La rabia que nos da
es que está malviviendo por culpa de nosotros", lamenta su hijo.
Al igual que el resto, no se esperaban la enorme expectación que
levantó la firma de la solicitud del expediente. "Sinceramente creíamos
que habría un par de cámaras de televisión y otras dos personas de
prensa, pero no esto".
Ante las cámaras, Melchor López, secretario de la PAH de Jerez,
exclamaba eufórico que "por fin los andaluces somos primeros en algo. Ya
está bien de decir que somos unos flojos". (eldiario.es, 15/04/2013)
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