" (...) ¿Es necesaria pues una regeneración democrática?
Es
necesario que se recuperen espacios democráticos y eso sólo será
posible con una movilización social. Pero en mi opinión esa
regeneración democrática no consiste sólo en cambiar las cúpulas de los
partidos, sino que implica un cambio en profundidad de la lógica
económica.
¿Esa lógica económica incluye un cambio de modelo productivo?
Un
nuevo modelo productivo es imprescindible en los llamados países
periféricos de la Unión Europea (UE). Hay que apostar por la
reindustrialización y por un cambio productivo orientado hacia
especializaciones de más calidad y de más contenido tecnológico. Pero al
mismo tiempo es necesario situar en el centro de la política económica
la creación de empleo.
Y eso no se está haciendo porque las políticas
económicas que se aplican están instaladas en una lógica que no
funciona: la austeridad no da lugar a crecimiento y el crecimiento no
necesariamente da lugar a más empleo; y más empleo no significa empleo
decente.
Hay que aplicar una política económica que permita recuperar la
economía pero con otro tipo de crecimiento. Y por eso es
imprescindible otro modelo productivo que apueste por la
sostenibilidad, la equidad, el empleo, la producción y la protección
medioambiental.
En el libro ustedes defienden que los salarios deben crecer, pero está ocurriendo justo lo contrario.
Es una obscenidad y una mentira decir que los salarios son los responsables de la crisis o que bajarlos es la solución.
Así lo único que se consigue es una política procíclica que agrava y
prolonga la crisis.
Los beneficios de las empresas sí que están
creciendo, pero ese excedente empresarial se está utilizando para desendeudarse
y para comprar activos financieros y no va a la inversión productiva.
Aquí los salarios juegan un papel crucial porque dinamizan la demanda.
Pero desde hace tres décadas los salarios han crecido menos que la productividad. Llevan 30 años estancados
y ese estancamiento se ha suplido con deuda. Pero ya no existe el
mecanismo de la deuda. Por tanto, el estancamiento salarial, al no
existir el plus de la deuda, lo que hace es deprimir la demanda. (...)
¿Es partidario de una quita de la deuda?
Las
cuentas públicas y el déficit no fueron el origen del problema, son la
consecuencia. Ahora que la masiva ayuda a los bancos ha convertido
deuda privada en deuda pública es cuando nos dicen que sí hay un
problema en las cuentas públicas. Eso es lo peor de lo peor porque yo
considero que un actor importante en el viraje de la política económica
tienen que ser los Estados.
Nosotros en el libro defendemos más gasto público y no menos, como se está haciendo ahora. Hay que aumentar el gasto público y movilizar recursos. Si el sector privado no puede gastar, tiene que gastar el Estado, pero para ello, para que el Estado pueda activar la demanda agregada tiene que plantearse el tema de la deuda.
Pagar los intereses que genera esa deuda es una losa que hace imposible otra política económica porque detrae recursos para otras partidas. Es por tanto imprescindible alguna forma de reestructuración: una quita, una moratoria, una renegociación o lo que se plantea desde los movimientos sociales, que es la impugnación de la deuda ilegítima.
Nosotros en el libro defendemos más gasto público y no menos, como se está haciendo ahora. Hay que aumentar el gasto público y movilizar recursos. Si el sector privado no puede gastar, tiene que gastar el Estado, pero para ello, para que el Estado pueda activar la demanda agregada tiene que plantearse el tema de la deuda.
Pagar los intereses que genera esa deuda es una losa que hace imposible otra política económica porque detrae recursos para otras partidas. Es por tanto imprescindible alguna forma de reestructuración: una quita, una moratoria, una renegociación o lo que se plantea desde los movimientos sociales, que es la impugnación de la deuda ilegítima.
Ustedes definen esta crisis como la Gran recesión. ¿Qué escenario dibuja para la economía española a corto y medio plazo?
Una
economía no puede estar siempre en caída libre porque una economía en
caída libre se extingue. Lo que el Gobierno y la troika preveían no se
ha cumplido. Esperaban que la crisis tendría forma de J: una caída
seguida de una rápida recuperación.
En el conjunto de la UE la evolución
ha sido en forma de J invertida: caída mucho más profunda de lo que se
creía inicialmente, en parte por la política de recortes aplicada a
partir de 2010, y una recuperación también más lenta y menos intensa. En
esa J invertida se encuentran las economías europeas, pero no España.
España está en una L: una caída muy pronunciada seguida de un
estancamiento o una levísima y lentísima recuperación. Ese es el
escenario para los próximos años. Yo preveo una dinámica de lo que
ocurrió en algunos países latinoamericanos: el llamado Stop and Go, es decir crecer un poco y luego parar por la intensidad de los desequilibrios que genera ese crecimiento.
Si fuera ministro de Economía, ¿qué tres medidas adoptaría?
Lo
más urgente es parar el desastre social que se está produciendo en
este país. Hay que parar las políticas de austeridad. Olvidémonos de
ella. Lo primero que haría es una reforma fiscal introduciendo más
progresividad en el sistema, eliminando exenciones y luchando de verdad
contra el fraude.
También aumentaría el gasto público social para
paliar la fragmentación y la desigualdad social, que ahora mismo es
espeluznante. Por último, adoptaría una política para crear empleo y
pondría a los actores sociales e institucionales a trabajar en una
reformulación del tejido productivo español. (...)" (Entrevista a Fernando Luengo, Público, 16/09/2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario