JCM: Los
medios de comunicación presentan todo esto como natural y la
alternativa la presentan como algo inferior, anacrónica, poco preparada,
ingenua, en el mejor de los casos bienintencionada pero sin ningún viso
de realidad. Los medios de comunicación son a día de hoy el gran
constructor de ese sentido común.
IS: ¿Qué piensa usted sobre la
necesidad de que estos movimientos colectivos que están surgiendo se
organicen tanto a nivel local, regional, nacional e incluso
internacional alrededor de un fin político para jugar dentro de este
juego democrático o pseudodemocrático que nos han impuesto hasta hoy
día?
JCM: Ese
horizonte es necesario, no vamos a poder cambiar todo esto hasta que no
tengamos nuevas mayorías, lo que pasa es que desearlo no es construirlo.
Las nuevas mayorías, a día de hoy, una buena parte de ellas están
sujetas a ese sentido común neoliberal.
Una buena parte de la gente que
protesta no está contra el sistema sino que está en contra de los
excesos del sistema, y por tanto no quiere superar la lógica
capitalista, sino lo que quiere es superar, como si fuera posible, los
excesos de la lógica capitalista pero siguiendo con el nivel de consumo y
vida que tenía hace 10 o 20 años, aunque eso supusiera la explotación
de los países del Sur, de África o la devastación de la naturaleza.
Por
esto, la solución de fondo pasa por un cambio de conciencia, y los
cambios de conciencia reclaman más tiempo. Creo que ahora mismo pensar
en términos electorales o en términos de articulación es empezar la casa
por el tejado. Creo que hay que intentarlo, permitiendo que la gente se
encuentre, pero también que tenemos que saber que los procesos van a
ser más lentos de lo que imaginamos.
Y que es verdad que como se ha roto
la linealidad de los tiempos, como de repente vivimos en un tiempo
donde un pequeño acto puede generar un gran resultado. Un buen ejemplo
de ellos es que se puede prender fuego un muchacho en Túnez y caer la
dictadura. Pequeños actos pueden generar grandes resultados y eso
siempre está abierto.
Pero todavía hay demasiada gente que es rehén de
la vieja realidad, bien porque todavía no ha pagado los precios de la
crisis, bien porque interioriza que esto es una situación pasajera y
pronto regresará la anterior, o bien porque es tan rehén que quiere
regresar al pasado aunque esté expulsado del sistema porque no termina
de ver la alternativa.
Uno de los
problemas es que lo que moviliza realmente a la gente es la construcción
real o ficticia de una alternativa en sus cabezas, y a día de hoy eso
no existe. Por tanto, creo que es prácticamente imposible que pensemos
que va a poder articularse una nueva mayoría en tanto en cuanto no
seamos capaces de construir un nuevo sentido común como algo evidente y
deseable.
Mi conclusión personal es que es momento de darle la vuelta a
la tesis 11 sobre Feuerbach de Marx cuando decía que hasta ahora los
filósofos han interpretado el mundo y de lo que se trata es de
transformarlo. Diría que como de lo que se trata es de transformar el
mundo, estamos en un momento en el que hay que volver a interpretarlo." (...) (Juan Carlos Monedero, Attac España, 14/12/2013)
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