"(...) En los años cincuenta hubo una teoría muy promocionada por los
estamentos de gran poder económico (que reflejan el punto de vista de
los súper ricos), que postulaban que la mejor manera de reducir las
desigualdades era el crecimiento económico.
El autor más conocido,
promotor de esta visión, fue el Premio Nobel de Economía Simon Kuznets.
Su argumento parecía lógico y razonable. A medida que la población
laboral pasa de trabajar en la agricultura (que tiene unos salarios
bajos) a la industria (que tiene unos salarios altos), hay menos
desigualdades.
La realidad, sin embargo, es distinta. Las mayores
desigualdades no ocurren dentro de la fuerza laboral, sino entre los que
derivan sus rentas del capital (los capitalistas, término que ahora no
se utiliza por creerse erróneamente que es un término anticuado) y los
que las derivan del trabajo (los trabajadores, que hoy son la gran
mayoría de la población).
Esta distribución de las rentas está
determinada primordialmente por razones políticas, no económicas. Cuanto
mayor es el poder de los propietarios del capital (que concentran la
riqueza y las rentas) mayores son las desigualdades y cuanto mayor es el
poder los asalariados y empleados menos desigualdades hay. Y es ahí
donde está la raíz del tema de las desigualdades.
El gran poder del
mundo del trabajo que se dio a los dos lados del Atlántico Norte en el
periodo 1945-1980 fue la mayor causa del crecimiento de la economía y
del decrecimiento de las desigualdades. Este decrecimiento se revirtió
con el cambio político en los años ochenta, con las políticas públicas
neoliberales del Presidente Reagan y de la Sra. Thatcher, de las que se
apropiaron más tarde también las izquierdas gobernantes, que pasaron de
la socialdemocracia al socioliberalismo.
A partir de entonces, las
rentas del capital se han incrementado enormemente, de manera tal que en
muchos países, como España, estas rentas representan un porcentaje del
PIB incluso mayor que las rentas del trabajo. Esta enorme concentración
de las rentas y de las riquezas y el empobrecimiento de los trabajadores
son las causas (silenciadas e ignoradas) de la gran recesión y el bajo
crecimiento, como he mostrado extensamente en mis trabajos.
Es
interesante que incluso la OCDE acaba de reconocer este hecho. El mayor
problema de la economía europea, incluyendo la española, es la escasa
demanda, que está paralizando la economía de estos países. No es mera
casualidad que en la UE-15 los países con una mayor recesión hayan sido
los que tienen mayores desigualdades. España es un claro ejemplo de
ello."
(Artículo de Vicenç Navarro que se publicará en la columna “Pensamiento
Crítico” en el diario PÚBLICO, 9 de septiembre de 2014; en vnavarro.org, 08/09/2014)
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