"(...) la formación de Pablo Iglesias se alza con el primer puesto en voto
directo, ya que obtendría un 17,6% de los sufragios, a 5,9 puntos del PP
(11,7%) y a una distancia más corta del PSOE (14,3%), que se quedaría a
3,3 puntos de Podemos. (...)
La diferencia entre el voto directo y la estimación de voto estriba
en que mientras que las cifras del primero tienen en cuenta la respuesta
espontánea del encuestado, la de estimación de voto refleja un
porcentaje estadístico, elaborado, teniendo en cuenta diferentes
variables. (...)
Podemos se
mantiene como tercera fuerza política por detrás del PP y del PSOE,
según la encuesta de intención de voto realizada por el Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS). La encuesta desvela que el PP
obtendría un 27,5%, el PSOE un 23,9% y Podemos alcanzaría el 22,5%.
Estas cifras desvelan un descenso de más de dos puntos del PP y un
ascenso del PSOE de 2,7 puntos, en el que ha sido el primer examen de Pedro Sánchez
desde que fue elegido secretario general de los socialistas. Además, la
distancia entre ambos partidos se reduce de los 8,8 puntos de julio a
los 3,6 actuales. (...)
Nunca un partido con ocho meses de vida había conseguido un ascenso similar. Podemos ya consiguió un resultado espectacular en las elecciones europeas de mayo
y ahora consolida su despegue a siete meses de las autonómicas y
municipales (a las que no se presenta con marca propia) y a un año de
las generales. (...)" (
Anabel Díez
, El País, Madrid
5 NOV 2014)
"Escenario insólito por el profundo malestar ciudadano. PP, PSOE y Podemos se reparten tres cuartas partes del voto. La "cocina" del CIS matiza la voluntad de castigo a las grandes opciones.
Nunca antes tres fuerzas políticas se habían repartido casi de forma
similar las tres cuartas partes de la estimación de voto. Esa
circunstancia es la que hace visible el cambio evidente en el tablero
electoral, fundamentalmente como consecuencia de los escándalos y el
deterioro de los partidos tradicionales.
El tablero cede porque más del 90% de los encuestados por el CIS
ve mala o muy mala la situación política, mientras que los españoles no
perciben la mejora económica que proclama el Gobierno. Podemos recoge
ese malestar y el consiguiente deterioro de la política tradicional.
El barómetro del CIS y la encuesta del domingo de Metroscopia para EL
PAÍS coinciden y dejan claro que PP, PSOE y Podemos se pueden repartir
cada uno el 25% aproximado de los votos y, a partir de ahí, hay matices
por la ponderación de recuerdo de voto o de simpatía o de margen de
error que puede hacer que uno de ellos suba al 27% y que otro quede en
el 22%.
Lo importante, por tanto, no es si Podemos gana, sino si tiene
opciones de ganar. Lo espectacular es si puede competir con PP y PSOE y
eso es un cambio impensable hace un año, porque nunca había pasado nada
parecido. En las encuestas es más cierto y veraz el "trazo grueso" o la
tendencia que el porcentaje exacto.
Otro 25% queda para otras opciones como IU, UPyD, nacionalistas o grupos minoritarios, según todas las encuestas.
En todo caso, el bipartidismo se confirma como hundido porque hasta
ahora el PP y el PSOE sumaban como mínimo el 70% de los votos en todas
las elecciones o en la estimación en las encuestas.
Ahora, a duras penas
llegan los dos al 50%. La conclusión global es que cualquiera de los
tres partidos está en condiciones de ganar, o lo que es lo mismo,
Podemos, solo ocho meses después de su nacimiento tienen posibilidades
de ser la primera fuerza política.(...)
Hay una variable fundamental y es que el trabajo de campo del CIS se
hizo entre el 1 y el 13 de octubre, es decir, cuando ya había estallado
el escándalo de las tarjetas negras de Caja Madrid, pero antes de la
operación Púnica y la explosión de otros casos de corrupción. Por el
contrario, el sondeo de Metroscopia es posterior y sí medía esas
variables que afectan al voto de Podemos y que hunde a PP y PSOE. (...)
Normalmente, la intención directa es menos significativa, pero en
este caso sí lo es porque no hay posibilidad de ponderar variables como
el recuerdo de voto que no existe en el caso de Podemos.
El PP tiene un
voto directo de solo el 12,8% que se convierte en una estimación del
30%, porque el CIS pondera de forma muy significativa y quizás elevada o
desproporcionada su recuerdo de voto. La cocina que debe tener toda
encuesta es arriesgada en este caso.
En este momento, según detectó Metroscopia, un porcentaje cercano al
20% de votantes del PP está molesto, desmovilizado y apuntado a la
abstención y eso hunde el voto directo al partido de Mariano Rajoy. Sin
embargo, el CIS pondera el recuerdo de voto y lo incorpora a la
estimación para llevarlo al 30%.
Porque, incluso en voto más simpatía gana Podemos con el 19%, el PSOE
es segundo con el 18 y el PP tercero con el 14%. Es decir, de nuevo el
orden de los tres cambia según las variables, con opciones para que gane
cualquiera de ellos." (
Fernando Garea , El País,
5 NOV 2014)
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