"Aquella sospecha al inicio de la crisis de que estábamos ante un saqueo
en lugar de una crisis ya se ha convertido en una certeza absoluta. (...)
Quieren convencernos de que como los pensionistas cobraban 600 euros
al mes después de trabajar toda la vida, nuestros niños utilizaban
libros del colegio y no tenían que comprarlos y el médico nos atendía
aunque no tuviésemos dinero, vivíamos por encima de nuestras
posibilidades y hemos terminado reventando la caja del Estado.
Pero
cuando uno empieza a rascar en lo que está sucediendo descubre que el
dinero con el que el Estado social financiaba las medicinas de un
anciano de Cuenca o mantenía el colegio de un niño de Móstoles es el
aval de las grandes constructoras que construyen la ampliación del canal
de Panamá o se destina a ayudar a la banca (107.913 millones de euros
procedentes de recursos públicos se han empleado o comprometido en la
reestructuración del sector financiero entre inyecciones de capital,
avales y líneas de crédito, según el Tribunal de Cuentas).
Y
luego está Europa, ese bálsamo de Fierabrás que nos presentaron para
resolver todos nuestros problemas, y que se nos ha convertido en un
calvario gracias a unos tratados, acuerdos y leyes que nos parecían tan
lejanas cuando se firmaban pero que ahora definen cada hora de nuestra
vida. (...)" (Texto de presentación del libro "Crisis S.A.: El saqueo neoliberal", de Ana Tudela, Pascual Serrano, Rebelión, 03/11/2014)
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