"El general Franco, el hombre que pronto vendrá a Barcelona, ha
elegido como instrumento de gobierno la corrupción. Sabe que un país
podrido es fácil de dominar, que un hombre comprometido por hechos de
corrupción económica o administrativa es un hombre servil. Por esta
razón el Régimen ha fomentado la inmoralidad en la vida pública y
económica.
Como sucede en ciertas profesiones indignas, el Régimen
procura que todo el mundo se ensucie las manos y esté comprometido".
Este texto forma parte de la octavilla que Jordi Pujol Soley divulgó, y
que su esposa Marta Ferrusola mecanografió, durante una visita del
dictador Franco en la primavera de 1960 y que le acarreó la cárcel.
Parece un escrito premonitorio de lo que él organizaría cuando
llegara al poder en el Gobierno de Cataluña. Creo necesario hacer un
ejercicio de recuperación de la memoria reciente para que la ciudadanía
no olvide, ni pase página, ante el terrible engaño que ha perpetrado el
expresidente Pujol.
Utilizó el poder para crear una tupida red de
negocios ilícitos que beneficiaban a toda una casta de políticos, al
propio partido (CDC), empresarios, jueces y medios de comunicación.
Todo el mundo sabía lo que pasaba en el país, mucha gente era
consciente del trato de favor que dispensaba el Gobierno catalán a
ciertos sectores y personas. Pero pocas personas e instituciones de
control querían indagar, nadie quería llegar al fondo de los rumores de
corrupción fuera por miedo, por complicidad o, lo que es peor, por no
hacer daño a Cataluña.
Asunto este que Pujol trabajó muy bien como se
demostró en el caso Banca Catalana, que después de estafar a
miles de accionistas y que la fiscalía le abriera un procedimiento
judicial, echó mano de la bandera, se puso la patria como escudo y envió
a sus acólitos y cómplices mediáticos a vociferar vivas a Cataluña e
insultos a los fiscales acusadores. Esta victoria contra la democracia y
la justicia le abrió las puertas de la impunidad.
A partir de este episodio se abrió una fase donde sus amigos, su
partido, miembros de su Gobierno y su entorno, empezaron a coser la
trama delictiva con la participación imprescindible del Gobierno catalán
para saquear dinero público en beneficio personal o del partido.
Una vez creciditos los hijos, algunos formaron parte de la red de
chupadores de la Hacienda pública, ganando posiciones en el entramado,
según su inteligencia al servicio del delito, e iban ampliando y
consolidando la corrupción del Régimen.
No existen empresas del clan
Pujol que merezcan tal nombre: no producen ni puestos de trabajo, ni
productos o servicios que sirvan para mejorar la economía. Lo que hay es
una mínima estructura de mediación financiera, urbanística y de
contratación localizada allí donde fuera más útil para su exclusivo
beneficio. Ahora empezamos a entender los eslóganes del Gobierno
nacionalista: Fem país o La feina ben feta no té fronteres.
El fango franquista debió de servir de inspiración al Régimen para
utilizar actitudes autoritarias contra algunas instituciones y medios de
comunicación que eran comprados y callados a base de subvenciones o
amenazas.
A esta manera de hacer política algunos lo llamaban “oasis
catalán”, pero era una trama de corrupción que algunos (pocos) medios de
comunicación y algún partido político llevó al Parlamento y a la
justicia las actuaciones ilícitas del Régimen, cosa que les significó
ser tildados de traidores a la patria. (...)
Fíjense que mientras en Cataluña se sigue hablando exclusivamente del
proceso, en el resto de España hay una fuerte presión social contra los
lentos movimientos del PP y del PSOE, para frenar la corrupción. Y les
puedo asegurar que el tamaño, la duración y la intensidad del expolio
mafioso del Régimen de Pujol no tienen parangón.
Estoy convencido que en un país con fuerte convicción democrática,
sin interceptores nacionalistas, la ciudadanía se hubiera echado a la
calle, para mostrar su ira y su repulsa contra el mayor robo que ha
sufrido Cataluña. Caerían esculturas, efigies, placas conmemorativas y
nombres de calles del señor Pujol, que envilecen a muchos pueblos y
ciudades de nuestro país.
Me temo que nada de esto va a pasar. Algunos están más interesados en
mirarse en el espejo y repetirse qué valientes que somos que hacemos
frente a España, que en reconocer lo cobardes que han sido en permitir y
jalear un Régimen corrupto en Cataluña." (
Joan Boada I Masoliver , El País, 5 NOV 2014)
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